Nayib Bukele recibió la credencial de presidente electo. Tuvo tiempo para las fotografías, pero no para contestar preguntas de los medios de comunicación. Sus voceros de Nuevas Ideas intentaron, sin éxito, calmar las dudas sobre su gabinete.
Una victoria electoral no es sinónimo del surgimiento de un nuevo proyecto político, sino veamos el espejo en Guatemala, donde en cada elección se redefine casi por completo su sistema de partidos, lo que no demuestra fragilidad democrática.
No se puede poner en juego la estabilidad macroeconómica a la cual todos los gobiernos de posguerra nos han acostumbrado. No puede haber escándalos de corrupción o impunidad de parte su gabinete, y si los haya denúncielos.
Muchos se sintieron aludidos cuando Felisa Cristales, diputada de ARENA, habló de dinosaurios. Recibió muchos reclamos.
Ahora que hay un nuevo horizonte, las nuevas generaciones y los desencantados se han dado cuenta del poder que tienen. Ahora deben saber que también tienen ese mismo poder para exigir que el nuevo presidente no vaya a resultar como todos los demás.
Eso de la remontada fue invento que no tuvo base. Le pido a dirección que sea humilde y dimitan. Las frases son de Fidel Fuentes, el alcalde de San Marcos, que exige al FMLN un giro radical.
