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“Roma” desde tres ópticas

Ya han pasado veinte días desde que “Roma”, la película del cineasta mexicano Alfonso Cuarón, se estrenó en Netflix. Por eso Factum comparte tres reseñas que profundizan –cada cual a su manera– en las virtudes y los defectos del filme.

Revista Factum

"Roma": iguales en el dolor

Por Andrea Maida

Inescapable ha sido ver “Roma”, la película más reciente dirigida por Alfonso Cuarón. La historia de una empleada doméstica en el seno de una familia mexicana de los años setenta capturó la atención mundial hacia una realidad aún presente en los hogares latinoamericanos. Al capturar su propio recuerdo conflictuado en el tiempo, Cuarón ha sido capaz de reunificar los conflictos tanto sociales como emocionales de la época, mientras propone en silencio un camino hacia la reparación: entendernos hermanos en las tragedias.

Una gladiadora habita la "Roma" de Cuarón

Por Héctor Silva Ávalos

Roma” es, por encima de todo, la historia de desigualdades infranqueables, la que existe entre la mujer que es Cleo, conminada a su pequeño cuarto de casa ajena, y su patrona, quien por mucho cariño que tenga a la empleada seguirá siendo, por canon social, la jefa. La película es, también, la historia de la desigualdad que existe entre los hombres violentos como Fermín, padre de la niña que Cleo lleva en la panza, y las mujeres que han de bajarles la cabeza, agobiadas por el peso social que las abruma.

“Roma” o la exagerada ilusión de lo políticamente correcto

Por Jimena Colunga Gascón

Parece que el encono es el nuevo deporte de los mexicanos y “Roma” ha enfrentado a muchos por cosas que, en realidad, ni les van ni les vienen. Muchas cosas turbulentas han sucedido alrededor de este macro publicitado filme y la verdad, mis amigos, no es para tanto. A la gente le encanta encontrar categorías para colocar los productos nuevos que van consumiendo y, aunque tiene claras referencias estilísticas, no estamos hablando del renacimiento del Neorrealismo Italiano en Roma. Veo claramente por qué es una de las favoritas para ganar el Oscar pero no es una obra maestra ni ningún bastión de la cinematografía contemporánea de ningún lado. Es una película personal hecha por un director reconocido simplemente porque puede, y ahí hay mucho valor. Dejen de pelearse por ello.