“¿Por qué es prioridad de la Fiscalía lograr 30 años de cárcel contra estas mujeres?”

La Embajada de Holanda para Centroamérica ha comenzado hace unos meses a enfocar su trabajo en El Salvador en la defensa de los derechos humanos específicamente en la población LGBTI, la salud sexual y reproductiva y la protección de los periodistas. El embajador Peter Derreck Hof y la oficial de Derechos Humanos, Amber Douma, visitaron El Salvador la semana pasada para conocer más sobre la situación de estos grupos vulnerables y las organizaciones de la sociedad civil con las que ya están trabajando. Escucharon las historias de las mujeres condenadas por homicidio agravado contra sus hijos recién nacidos y pidieron que dejen de ser criminalizadas por haber sufrido, en algunos casos, problemas obstétricos.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


Los diplomáticos también siguen de cerca la investigación por el asesinato de cuatro periodistas holandeses en 1982, mientras cubrían la guerra de El Salvador, uno de las muchas masacres recogidas en el Informe de la Comisión de la Verdad. La televisión pública de Holanda estrenó A Sangre Fría en septiembre pasado, un documental sobre este caso aún en la impunidad. Su difusión ha conmocionado a la población que pide justicia y la extradición al país europeo del principal señalado, el comandante de la Cuarta Brigada de Infantería, coronel Mario A. Reyes Mena.

¿Cuál fue la impresión tras la visita que realizaron a Cárcel de Mujeres, en Ilopango, donde están presas las mujeres condenadas por homicidio agravado contra sus hijos recién nacidos?

PETER: Fue muy fuerte, fue la primera vez que visitamos la cárcel. Yo escuché las historias también porque el año pasado fue el Alto Comisionado de Derechos Humanos a la misma cárcel, pero es una gran diferencia entre leer las historias y escucharlas, conversar con esas mujeres. Todavía tienen un poco de esperanza en una situación que es tan injusta, una clara violación de sus derechos humanos. ¿Por qué esa es una prioridad en el sistema judicial de El Salvador? Hay tanta violencia en este país, pandillas, maras, narcotráfico, otros tipos de violencia contra las mujeres, entonces, ¿por qué poner a las mujeres en la cárcel por 30 años es una prioridad para la Fiscalía? Hay más países que tienen leyes tan estrictas como El Salvador, por ejemplo, Nicaragua, y también Costa Rica, que es un poco menos estricto; y en Surinam, donde también tienen leyes muy fuertes, pero en ninguno de esos países meten a las mujeres en las cárceles por tantos años. Y lo que me sorprende también es el Código Penal donde dice que la pena por aborto es de dos a ocho años y todas esas mujeres tienen penas de 30 años por homicidio agravado.

AMBER: La visita a la cárcel fue sumamente impresionante, ellas nos contaban sus historias, muy tristes, horribles, de injusticia desde pequeñitas. Desde ser violadas, no ser tratadas de manera justa en el sistema judicial, hasta la cárcel donde no tienen acceso a sus hijos o son dados en adopción. Escuchamos un caso de una mujer que firmó un documento… Son mujeres humildes, con mucha pobreza, que son doblemente victimizadas por esa condición. Para nosotros es increíble ver sentencias de 30 años de cárcel por a veces abortos espontáneos, donde los jueces que dan las sentencias ni siquiera escuchan sus historias…

Aquí se ha hablado mucho de este tema y el interés desde otros países también ayuda a mantenerlo en discusión ¿Ven algún interés de parte del gobierno salvadoreño? ¿Qué trabajo puede desarrollar la Embajada de Holanda desarrollar en este sentido?

PETER: Es un tema que abordamos en todas las conversaciones que tenemos con ministerios, Fiscalía, partidos políticos. Nosotros tuvimos contacto en el periodo de febrero o marzo, cuando hubo dos propuestas de ley de Lorena Peña y Johnny Wright. Estuvimos en contacto, hablando y apoyando. No solo visitamos una cárcel, nos tomamos unas fotos y salimos. Para nosotros eso no es suficiente para comprender mejor y después utilizarlo en las conversaciones que tenemos con las autoridades.

En cuanto a la propuesta de la entonces diputada Lorena Peña, ¿cómo la vieron? Porque prácticamente fue presentarla y morir. Parece un esfuerzo, un intento de hacer algo, pero luego no hay avance real.

AMBER: Lamentablemente no. Nosotros hablamos aquí con la Colectiva Feminista y con la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto y estuvimos en contacto con los diputados, a través del embajador en ese periodo, pero sí creemos que hay un avance en el debate público por lo menos. Es un tema muy tabú, que la gente apenas se atreve a discutirlo claro, con la polarización del caso y los grupos a favor y en contra. Para nosotros es importante verlo desde la perspectiva regional, pero ese intento de regresar los derechos de las mujeres lo estamos viendo en toda la región, también lo estamos viendo en el sur de América. Entonces hay que ver cómo se puede atacar este tema no solo a nivel local, sino también internacional, luchar por los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. No es solo el aborto, es la falta de educación sexual integral, de métodos anticonceptivos. Menciono los casos de Nicaragua este año, horrendos, 1,600 niñas embarazadas de 9 a 14 años; este es un tema de violencia estructural en contra de las mujeres. Estos embarazos en niñas como que pasan desapercibidos y lo que se atacan son los casos de aborto.

Amber Douma, Oficial de la Oficina de DD.HH de la Embajada de los Países Bajos (Holanda), junto a Peter Derrek Hof, Embajador de los Países Bajos en Centroamérica, durante su visita para abordar el tema de los avances en el respeto a los DD.HH. en el país. San Salvador, El Salvador, el 17 de octubre de 2018. Foto FACTUM/ Salvador MELENDEZ

Entiendo que por diplomacia no se suelen criticar las leyes de otros países, ¿pero qué vacíos legales se pueden señalar en los casos de estas mujeres? ¿Por qué creen que en países que tienen legislaciones similares no han metido a tantas mujeres y por tanto tiempo en la cárcel como acá?

PETER: Es verdad que por diplomacia no solemos criticar las leyes de otros países, pero si son leyes que están en contra de los derechos humanos sí podemos decir algo, porque los derechos humanos no siempre son solo algo interno, del país. Yo no tengo ningún problema en pronunciarme contra el Código Penal porque está en contra de los derechos humanos de las mujeres, eso es muy claro.

En la criminalización de estas mujeres, a las que acusan por aborto u homicidio agravado, hay una carga muy fuerte de la moral religiosa que a veces se entromete en cuestiones de Estado, de un Estado laico. ¿Cuál es la experiencia que Holanda puede compartir con El Salvador en ese sentido?

PETER: Yo soy un hijo de un pastor, conozco bastante bien la religión y no es siempre así que la religión es algo muy conservador en contra del aborto, LGBTI, igualdad de género, en contra de todo eso. Hay opiniones diferentes dentro de las religiones. Para mí no es algo como que la religión está en contra. No, algunas personas representantes de una religión tienen una opinión, eso podría ser, pero no es la religión en sí, ¿entiendes? Son opiniones. Yo tengo la opinión y eso ha sido destacado por las Naciones Unidas, que nunca se puede usar cultura, religión o tradición para violaciones de derechos humanos. Entonces sí, yo sé que hay ese movimiento que habla sobre la ideología de género y todo eso, existe, sobre todo en Latinoamérica, pero por ejemplo en Holanda cuando nosotros cambiamos la ley en contra del aborto, no recuerdo muy bien si fue en 1979, tuvimos un gobierno liderado por un partido cristiano, eso es una muestra que hay diferentes opiniones y (que) partidos cristianos pueden liberalizar las leyes en cuanto al aborto. Hay más países en Europa con la misma experiencia y el mismo cambio.

 ¿Cómo se involucra Holanda en la búsqueda de la justicia por el crimen de los periodistas asesinados en 1982 y la defensa de la libertad de expresión?

PETER: Es un tema importante, una prioridad. Estamos agradecidos porque la Fiscalía ha reabierto este caso, hay una investigación ahora, pero hay que seguir hablando, hay que procesar y dar con las personas culpables. Estamos al inicio del proceso y ya han pasado 36 años sin ninguna justicia para las personas, sus familiares que están en Holanda. No sé si ha visto el documental que salió en la televisión holandesa, pero ahora está disponible también la versión en español. Es un documental muy reciente, de hace unas semanas, con el impacto enorme en los Países Bajos. Yo pensé: bueno, eso pasó hace 36 años, seguro hay muy pocas personas interesadas en ese caso tan viejo. Pero no, creó un debate fuerte en el país, en la televisión, la prensa escrita, la Asamblea, por varias preguntas al gobierno: ¿Por qué no han sido procesadas todavía las personas responsables? ¿De esa persona que está en Estados Unidos no van a pedir la extradición para procesarla en Holanda? Son las posibilidades. Vamos a tener un debate en la asamblea, todavía no tenemos una fecha pero va a ser solo sobre ese tema. He tenido muchas conversaciones con el fiscal general adjunto, el equipo, siempre con el mismo mensaje: hay que investigar, procesar y juzgar. Es una prioridad para el gobierno de los Países Bajos, que haya justicia después de 36 años.

AMBER: Y no solo es el caso de los periodistas holandeses, es el caso de El Mozote, el de los Jesuitas, el de monseñor Romero. Un montón de casos y siguen apareciendo más que están en la impunidad. El problema es que es una situación actual, la impunidad. Y el trabajo de los periodistas es sumamente riesgoso, de hecho, esta es una de las regiones más peligrosas para los periodistas. Los periodistas tienen una labor casi que de defensores de derechos humanos, denunciando, pidiendo cuentas a los gobiernos. Tienen un rol sumamente importante, fundamental para la democracia. Agarrando el tema de los periodistas como ejemplo, tiene un trasfondo mucho más grande porque los periodistas deberían poder hacer su trabajo, que sean críticos. Es sumamente importante la labor que hacen.

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