Sexo con mi ex

Hay todo tipo de encuentros: de algunas cosas perdidas, personas queridas, amistades nostálgicas, un buen libro, gente que darías la vida por no volver a ver… y el encuentro con un(a) ex.

Por supuesto que lo agradable o no de ese encuentro dependerá, en gran medida, de cómo terminó esa relación. No todos los finales  han sido un drama y no todas las separaciones ocurrieron porque el amor se acabara. A veces hay mudanzas de país, hay intereses y objetivos diferentes y por más sentimientos que tengamos por el otro, separarse es lo único sensato que se puede hacer.

A veces el amor y el gusto por el otro sí se acabó y no pasa nada, una amistad es posible.

Más de alguien recordará a una persona con quien se gustaban muchísimo, pero nunca hubo ocasión de intentar algo. No pasó ni un beso y esa duda es una espinita  que dura toda la vida. (Ya están pensando en ese alguien, ¿verdad?)

Incluso, pudieron haber terminado por falta de sentimiento y objetivos comunes, pero todavía queda mucha atracción física, y eso puede llevar a futuros encuentros. Uno de mis dichos favoritos es “la mujer es fuego y el hombre estopa. Luego viene  el diablo y sopla”. Sabiduría pura.

¿Hay reglas sobre encuentros casuales con un ex?

Terminar en la cama con tu ex hasta podría ayudar a uno o ambos a aceptar esa separación de mejor manera, sobre todo cuando no quieren separarse y deben hacerlo, o arrepentirse si la decisión fue por alguna tontera y encontraron la solución entre las sábanas. Pero mucho cuidado de no usarse para evadir una realidad dolorosa. Supongo que a estas alturas ya estamos grandes como para hablarlo y dejar claros los motivos y lo que funciona.

Cuando han preguntado a personas que se siguen viendo con su ex en el plano físico, muchos dicen que regresar a jugar la lotería de las citas es muy duro. Saber que con una llamada tienen a alguien conocido, confiable y que ya sabe qué nos gusta y qué no, hace más fácil esa transición. Es tener a esa misma persona como una última ‘muleta’ emocional antes de soltarla del todo. Es ir a lo seguro.

Lo importante es saber que mientras un pasado se tenga presente, se pueden volver a confundir decisiones que ya estaban tomadas. Las hormonas de un cachondeo pueden hacer pensar tonteras que ya no queríamos.

¡Solo una vez!

La motivación para darse un alegrón con tu ex vendrá también de cuánto tiempo ha pasado desde que decidieron separarse. Habrá quien quiera demostrar a su ex lo bien que está desde que se fue y lo ‘superada’ que tiene la situación hasta el punto de un coqueteo llevarlo a algo más.

Quizás eso sea más realista que fingir que todo está bien. Es como comprar una ventana de tiempo en lo que resolvemos lo demás, sin el golpe de realidad de tener que enfrentar un vacío.

Además, seamos sinceros, lo sexy conocido es mejor que la espalda por conocer y un ex ya nos ha visto sin peinar y con la camiseta rota del demonio de Tazmania que usamos de pijama.

Claro, esa única vez debemos tener claro que es muy probable que no haya caricias, ni ‘enpiernada’ con tiempo de sobra y muy posiblemente  la expectativa de sentirse como  dos extraños por el tiempo transcurrido resulte en un aburrimiento decepcionante por encontrar más de lo mismo.

Es mejor el tiempo a solas después de una separación, aprender de la experiencia y archivarla; pero ¿quiénes somos para juzgar? Cada quien maneja las separaciones y los encuentros como mejor le parece y a muchos les traiciona más su soledad que el autoengaño.

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