Sánchez Cerén deja intacto el gabinete de seguridad tras el fracaso electoral

La violencia, el principal problema del país, pasó de largo en los cambios que hizo el presidente de El Salvador. La reacción de Salvador Sánchez Cerén ante la derrota que sufrió su partido, el FMLN, en las elecciones legislativas y municipales del 4 de marzo de 2018, fue rotar a funcionarios del área económica y al principal responsable de las comunicaciones gubernamentales. El nervio de la estructura de su gobierno no se altera. Las destituciones son pocas. Ninguna en seguridad, el departamento donde más golpes ha recibido el gobierno.

Foto FACTUM/Archivo


Ni el desempeño de las instituciones de seguridad pública ni la corrupción interna, ni siquiera la desaparición de una agente policial a manos de sus propios compañeros, provocaron cambios en el gabinete de seguridad del presidente Salvador Sánchez Cerén. Ni la preocupación por la delincuencia de las pandillas, ni la inefectividad del gobierno para contrarrestarla, se reflejaron en las rotaciones de funcionarios que ordenó el mandatario este lunes 19 de marzo de 2018.

El mensaje presidencial fue claro: la evaluación interna de la Presidencia de la República, que tardó un par de semanas, resultó en que Sánchez Cerén escuchó lo que para él son “las prioridades más sentidas” en El Salvador: “seguridad familiar por más y mejores empleos y mejores servicios públicos”. Nada más que procurar crear más empleos y mejorar servicios públicos como el del agua, en lo que queda de su administración.

Las ediciones más recientes de encuestas como la del Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA o de LPG Datos recogieron, a principios de 2018, que el principal problema que perciben los salvadoreños es la inseguridad. La violencia que ejercen las pandillas y el control territorial que le han ganado al Estado son preocupaciones fundamentales de los ciudadanos, por mucho. En los resultados de las mismas encuestas, muy por debajo, en segundo lugar, aparecieron las percepciones negativas por la falta de empleo y la economía en general.

Bajo el lema de que los empleos y los servicios son el principal clamor en el país, los cambios que se produjeron este 19 de marzo se hicieron, con particularidad, en el Ministerio de Hacienda, el Ministerio de Economía y la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA). Otros cambios, más accesorios, fueron la destitución del director de Migración, Héctor Rodríguez, luego de que sugirió remozar de forma profunda el sentido del FMLN, el partido en el gobierno, y hacer modificaciones en la dirigencia efemelenista.

El secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, también fue sacrificado luego de que se responsabilizó al área mediática del gobierno de no saber difundir ni hacer llegar la información de lo que para el FMLN son logros.

Chicas no respondió a una consulta que se le hizo en un chat telefónico acerca de por qué el gobierno cree que los cambios en el área económica es lo único que urgía para mejorar. El nuevo secretario de Comunicaciones, Roberto Lorenzana, no respondió la llamada telefónica.

Sánchez Cerén nombró al vicepresidente, Óscar Ortiz, como nuevo secretario técnico y de planificación de la Presidencia. Ese cargo lo ejercía hasta ayer Roberto Lorenazana, quien pasó a ocupar la Secretaría de Comunicaciones que dejó Eugenio Chicas. Pero Chicas, pese a no figurar más en el órgano ejecutivo, fue elegido en 2015 como diputado por el Parlamento Centroamericano. Para continuar en su cargo de portavoz del presidente en los últimos años, el exsecretario pidió permiso al parlamento. Ahora puede ocupar su diputación centroamericana para la que se juramentó hace poco más de dos años.

En el Ministerio de Hacienda, una de las carteras de estado más importantes del gobierno, Sánchez Cerén retiró a Carlos Cáceres luego de casi nueve años en el cargo. Cáceres tuvo líos para controlar el gasto público, principalmente en la administración de Mauricio Funes, en la que tuvo que buscar no pocas a la oposición de derecha para que aprobara deuda a favor del gobierno y solventar gastos corrientes como pago de salarios y bienes y servicios.

Pero Cáceres no fue destituido por completo. El presidente ordenó al canciller, Hugo Martínez, que al exministro de Hacienda -que no tiene experiencia diplomática- se le asigne una representación de El Salvador en el extranjero. Quien fue promocionado al cargo de ministro de Hacienda fue Nelson Fuentes. Para Sánchez Cerén, el nuevo titular es “un joven profesional de sólidas credenciales profesionales”. Fuentes es un hombre de confianza de Cáceres, que incluso fue su asesor de despacho desde 2010.

Las rotaciones también ocurrieron en el Ministerio de Economía. Los cambios en realidad fueron promociones en este caso. El ministro Tharsis Salomón López fue nombrado ayer como nuevo comisionado para la inversión privada de la Presidencia, el cargo que este 19 de marzo dejó el vicepresidente Ortiz para ser secretario técnico. Y en el lugar de López, Sánchez Cerén designó a la doctora en medicina Luz Estrella Rodríguez como nueva ministra de Economía.

Rodríguez se ha desempeñado en la presidencia de Sánchez Cerén como viceministra de Economía. Años antes, fue alcaldesa de Apopa, uno de los municipios de San Salvador desde donde fue precursora, con otros alcaldes del FMLN, del proyecto Energía para El Salvador (Enepasa). Rodríguez llegó a ser presidenta de Enepasa, que luego se iba a fusionar con Alba Petróleos de El Salvador, en convenio con PDVSA, del gobierno de Venezuela. En el apogeo de Alba Petróleos, la nueva ministra de Economía llegó a ser presidenta de Alba Alimentos, un brazo de Alba Petróleos dedicado a la agricultura y comercio de granos básicos. Pero el proyecto general de Alba en El Salvador decayó en los últimos años. Algunas ramificaciones, como la aerolínea VECA, cerraron. Y otras como la arrocera San Francisco -que fue absorbida por Alba Alimentos- estuvieron operando en números rojos al menos en los primeros años de esta década.

Sánchez Cerén justificó el nombramiento de Rodríguez como ministra de Economía en la necesidad de acercarse a la población, generar crecimiento económico y crear empleos.

Las promociones de cargos en el Ministerio de Economía ante la crisis electoral del FMLN no se repitieron en autónomas como la ANDA. El presidente de la institución, Marco Fortín, fue destituido y, a juzgar por los anuncios del presidente, no recaló en ningún otro puesto de gobierno. Fortín fue el artífice del pliego tarifario con que la ANDA incrementó sobremanera el costo del servicio de agua. Sánchez Cerén, antes de los cambios, advirtió en una pequeña rueda de prensa que el futuro de Fortín en ANDA ya tenía los días contados.

Al expresidente de ANDA lo sustituye el actual director del Fondo de Conservación Vial (FOVIAL), Felipe Rivas. Sánchez Cerén no mencionó quién va a sustituir a Rivas en el FOVIAL para la recta final de su gobierno.

El último cambio es el del director de Migración, Héctor Rodríguez, quien será sustituido por la subcomisionada de la Policía Evelin de los Ángeles Marroquín. Rodríguez, tras la derrota electoral del FMLN el 4 de marzo pasado, sugirió en una carta dirigida al coordinador general del partido de izquierda, Medardo González, que se hicieran modificaciones sustanciales en la dirigencia. El exdirector denunció su despido y dijo que la acción de Sánchez Cerén responde a la carta que él envió al principal dirigente efemelenista.

Sánchez Cerén ya se encuentra en el último tramo de su mandato. Cuando falta menos de un año para la elección presidencial, el FMLN, su partido, ya recibió una derrota grave en las urnas, pero no a manos de su mayor opositor de derecha, ARENA. El partido en el gobierno tuvo que asimilar una de las votaciones más reducidas en números de su historia desde que se fundó como partido político en 1992. Perdió la Alcaldía de San Salvador, una municipalidad que había recuperado en 2015. Perdió más de una decena de otras alcaldías y cayó de forma estrepitosa: de tener 31 diputados a solo 23 en la Asamblea Legislativa. Con ello, perdió la llave para condicionar y ser parte negociadora en las decisiones que se toman con la mayoría calificada del congreso, es decir 56 votos de 84. Incluso, todos los demás partidos pueden unirse para tomar decisiones de mayoría simple -43 votos-, como crear leyes y hacer reformas, sin necesidad de consultar al FMLN.

La crisis no alteró la estructura del partido, cuya dirigencia se mantiene firme. La reingeniería iba a provenir de la Presidencia de la República. Dos semanas después de la elección y tras reuniones del gabinete, las rotaciones en el área económica y de comunicaciones que anunció Sánchez Cerén este 19 de marzo fueron todo.

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