¿Quién merece el Premio Oscar como ‘Mejor película animada’?

A continuación compartimos una valoración previa a las cinco cintas que compiten por el galardón de ‘Mejor película animada’ en la gala número 89 de los Premios Oscar, una ceremonia que —de acuerdo a Gio Romero— será recordada por la carga política de la que estará dotada. El autor opina que nunca quedarán en evidencia las motivaciones e intenciones de una Academia que busca ser consecuente con el mundo que le rodea, a costa de pagar cualquier precio, aunque esto signifique sacrificar al arte mismo.


Hollywood sufre de ceguera permanente. Al menos lo juzgo así en cuanto a producciones animadas se refiere, pues no me corresponde determinar si en las otras categorías también.

Como todos los años, luego del anuncio de los nominados a los premios de la Academia —conocidos como los “Oscar”—, nos enfrentamos nuevamente con decepción a una lista escuálida, pero sobre todo con los dados cargados.

En la categoría de ‘Mejor película animada’, dos de las grandes ausentes de esta gala son “El Niño y la Bestia”, de Mamoru Hosoda; y “Tu nombre (Kimi No Na Wa)”, magistral opera prima de Makoto Shinkai. Ambas son producciones japonesas que, en mi opinión, tenían buenos elementos para dar pelea entre los nominados de este año. Sin embargo,  como afirmé al inicio, Hollywood sufre de ceguera; y no solo eso, se trata de una ceguera a conveniencia. Pero quizá mi valoración es producto de no encontrar una explicación más lógica a la presente lista de nominados para esta categoría en el 2017.

NOMINACIONES PARA MEJOR PELÍCULA ANIMADA

    • My life as a Zucchini
    • The red turtle
    • Moana
    • Zootopia
    • Kubo and the Two Strings

No es que los  nominados no sean producciones remarcables, pero aceptémoslo, durante el 2016 hubo mejores. Quisiera comerme mis palabras este próximo 26 de febrero, fecha cuando se anuncie el ganador, así que no los mantendré en suspenso. La estatuilla tiene nombre desde ya…

Y dice Zootopia.

Sin embargo —amén de que me equivoque—, Zootopia no es la que merece más el premio. Sí, es una excelente analogía de las desigualdades raciales en los Estados Unidos; sí, es una animación soberbia; sí, es un guion ingenioso… Pero por mucho no es la mejor animación del 2016.

Técnicas de animación existen muchas, cada una llena de requerimientos, horas y horas de trabajo, de equipos compuestos por talentosas personas, todas en una sinfonía para dar a luz una obra, dar vida a personajes y sus historias. Es simplemente hermoso.

Pero entremos en materia, hablemos de las cinco películas animadas que esta vez se enfrentan para pasar a la historia como la ganadora de la presea (aunque no la única) a mejor película en su categoría, según la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas.

Los nominados

My life as a Zucchini

El stop-motion es un arte aparte, una técnica que tendría que competir en una categoría separada. Esta producción franco-suiza es una muestra de la calidad del cine europeo. Esta película no solo tiene en la mira una estatuilla del Oscar, sino que también un Annie, un Cesar y una nominación en el Festival de Cannes.

Se trata de una historia tierna e inocente que recurre más que nada a la fantasía propia de la imaginación de un niño, lo que termina por darle un aire completamente diferente al resto. “La vida de Calabacín” es, por mucho, una de las mejores de este año, una producción que carga con el peso de ser una película extranjera, un peso que la relega a una segunda categoría en comparación de alguna otra de las nominadas. ¿Por qué creo eso? Simplemente me remonto a la historia.


The red turtle

Estudio Ghibli es un viejo conocido en la gala de los Oscar. El año pasado merecía haber ganado con el largometraje “Princess Kaguya”. Ahora su apuesta es esta producción: “La Tortue Rogue”, una historia que si bien tiene el sello del estudio, también posee una marca personal, gracias a la participación del director holandés Michaël Dudok de Wit.

Este filme, convencional en comparación a sus otros contrincantes, no se queda atrás en cuanto a genialidad, pues ocupa el recurso del cine mudo, cine que no necesita palabras para narrar y transmitir una preciosa y nostálgica  historia.


Moana

Hay una palabra para describir una película como “Moana”: linda.

No hay otro calificativo que le quede mejor a esta producción de Disney, pese a que en algún momento llegás a sentirte saturado de tanta canción dentro de la trama, cabe destacar que es una película que rompe paradigmas (al menos en lo que a Disney se refiere), algo que ha sido un proceso a cuentagotas desde “Mulan”,  “La Princesa y el Sapo”, hasta pasar por “Enredados”, “Frozen” y ahora con “Moana”.

En este filme vemos a una princesa determinada, que no tiene un interés romántico para sus acciones, una líder que busca salvar a su pueblo. Pero fuera de todo aspecto, si esta película resultase ganadora de la presea, será precisamente por su animación. En ella, existe una mezcla de técnicas ya conocidas en la compañía del ratón donde veremos desde la clásica animación estándar hasta una hiperrealista, que se ocupa de cada uno de los cabellos de los personajes.

En serio, lo que más me impresionó en factores técnicos de esta cinta fue eso: el pelo de los personajes (especialmente el de la protagonista) tiene vida propia y una comprensión de las leyes de la física que es simplemente impresionante.


Zootopia

Como mencionaba unos párrafos atrás, esta es la película que seguramente ganará. ¿Por qué? Por dos razones muy simples:

  1. Es Disney.
  2. Es una analogía del racismo en los Estados Unidos. Luego del poder que demostraron tener movimientos como “Black Lives Matter” en el país del norte; y sobre todo, después de las críticas debido a la poca inclusión racial en la gala del 2016, lo más probable es que el jurado le entregue la estatuilla a esta película.

A favor de Zootopia hay que aclarar que es una película muy buena, dueña de una historia entretenida, plagada de estereotipos caricaturizados pero que no dejan de ser intencionales, una burla —y a la vez una oda— a la desigualdad que se vive en Estados Unidos.

¿Merece el premio? No lo creo. Sin embargo, jamás veremos quizá una gala tan cargada políticamente como la que se presentará este 26 de febrero, por ende, sus premios también lo serán,  desplazando tristemente lo que el arte simple y llano tiene para ofrecernos, factor que en esta ocasión juega a favor de la Zootopia.


Kubo and the Two Strings

Esta cinta es, a mi parecer y entre las nominadas, la película que debería llevarse el premio. ¿Por qué? Sencillo, porque es una animación preciosa. [Aunque debo aclarar que es una valoración meramente personal que es producto de una debilidad hacia ese tipo de animación]

Esta producción fue generada con una inteligente combinación de la técnica stop-motion y animación digital. Nos entrega una película de trama sencilla, con un mensaje claro, nada complicado, con nada que leer entre líneas y eso es lo que la hace buena: es una cinta honesta.

Ahora bien, “Kubo and the Two Strings” no es tampoco una gran producción narrativa. Es, mejor dicho, una historia predecible, poco ambiciosa en cuanto a trama y que —seamos francos— se colgó de una mitología que no le pertenecía, pues “americanizó” un producto, que al final quedó bueno. Sin embargo, como todo lo que no nos es propio, no dejó de ser meramente un reflejo  en cuanto contexto se refiere. Aunque si nos referimos a la técnica y la animación es una película grandiosa, que deja claro las miles de horas que el equipo de producción tuvo que pasar para regalarnos este filme. Eso es algo que se aprecia, por lo que para mí (al menos en aspectos técnicos) se trata de la producción que supera a todas las nominadas.


Es claro que entre las nominaciones a  ‘Mejor película animada’ tengo mis favoritas, una categoría en la que, según entiendo, se debe valorar la técnica, la innovación y también la historia.

¿Quién merece la estatuilla? De esta lista de nominados —que tiene grandes ausencias— a mi parecer, este año debería ser para “Kubo and the Two Strings”.

¿La ganará? No lo creo, y es que este año las motivaciones para seleccionar y premiar parecieran estar infestadas de deudas morales, deudas que la Academia no debería ser responsable de pagar. Pareciera que el gremio de actores, directores y guionistas quiere lavar la cara a una nación por tradición xenófoba, aunque esa es una labor que no le corresponde. Sin embargo, debo admitir que aún siendo esta una lectura demasiado simplista de mi parte, no deja de parecerme la más lógica, al menos en estos tiempos.

Es así pues, que nuevamente Hollywood se convierte en reflejo de la mirada anglosajona al Séptimo Arte,  que parte desde una perspectiva sesgada pero sobretodo ciega por elección.

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