Primal Pulse: la danza electrónica del venado azul y el jaguar dorado

“Primal Pulse es un par de mensajeros del futuro. Ambos adoptan los personajes del venado azul y el jaguar dorado porque provienen de Mesoamérica, pero del futuro. No sé, 3 mil… 5 mil años… No lo sé. Son mensajeros de un chamán. A este chamán no lo conocen, solo saben que es su maestro y ellos solo le conocen como El Súper Buena Vibra. Él les comunica que tienen que llevar este mensaje a la humanidad, porque la humanidad tiene que evolucionar, tiene que dar el siguiente paso. Ese paso no es ni del intelecto ni de la tecnología; es algo que ya tienen adentro y cada uno debe descubrirlo. El lenguaje es el de las vibraciones, la música que nos conecta con nuestro interior y la llave cada uno la tiene”.
Esa es la historia del dúo electrónico salvadoreño Primal Pulse, según uno de sus creadores, Manuel Merino.


Manuel Merino, mejor conocido como El Pitu, es uno de los dos integrantes de Primal Pulse. El otro es  su hermano, Aldo Merino. Ambos son músicos de larga trayectoria en el país. El Pitu ha pertenecido a bandas como La Púa, Chuchoefinca, Anastasio y los del Monte, Matatero Sound System y Mozote. Actualmente también es parte de Los Tachos. Aldo, por su parte, fue miembro de Tótem, Minium, Punto Rojo y Mística y Raíz. Actualmente también está en Los Tachos, Sezion y Manyula Dance Club.

El pasado 9 de junio, Primal Pulse publicó su homónimo primer EP en diferentes plataformas digitales. Revista Factum conversó con El Pitu sobre esta nueva propuesta musical salvadoreña. A continuación la entrevista…

¿Cómo te acercaste a la música electrónica?

Fue de casualidad. Mi papá tenía un disco en su colección de acetatos, que es el “Oxygène”, de Jean Michel Jarre. Escuchaba esa cosa y sentía que me iban a raptar los zombis. Desde ahí decía «¿cómo hacen esto?». Yo leía en los créditos «Jean Michel Jarre plays Moog…» No sé qué, Fairlight, ETI 4600, un montón de sintetizadores y ya empecé a investigar qué eran esos, que al final son teclados. Yo era tecladista, pero los sintetizadores siempre me llamaron la atención desde ese punto. Y siempre intenté hacer música electrónica, algunas cosas salieron bien, otras no mucho. Ahora, con esta “democratización de la tecnología”, el sintetizador lo escuchamos todos los días, prácticamente. Ahora sigo con esa onda y con ese misterio de explorar qué es el sintetizador.

Desde hace algunos años existe una tendencia de música electrónica con elementos latinoamericanos. ¿En qué momento te empieza a interesar ese subgénero de la electrónica?   

La fusión relativamente fue hace poco. Mi intención era explorar el sonido, las posibilidades sonoras del sintetizador, pero no me había enfocado en el ritmo. Luego dije, «pero bueno, hay que ponerle ritmo a esto y cómo lo hacemos». Siempre era más la melodía, el ritmo casi que era secundario. Pero luego probamos con ritmos latinos con elementos, digamos, sintetizados. Realmente no es algo nuevo, pero también es una exploración bien especial. Ya te metés con drum machine a programar ritmos y todo este rollo que lo había dejado de lado y realmente tiene una gran posibilidad.

La mayoría de música latinoamericana está basada en el ritmo, más que en una melodía. Entonces era el gancho perfecto para amarrar mi expresión, que era electrónica, con mis raíces, que son latinas.

¿Cómo recibió esta idea tu hermano?

Yo se la presenté y aquel me dijo: «jum, suena interesante». En su mood y todo pero le gustó. Aquel tiene una ventaja, es un explorador de la percusión. Tiene una colección vasta de “juguetes”, así le llamamos nosotros. Son sus percusiones. Le interesa explorar el sonido, en eso compaginamos bastante. Los dos nos sentimos bastante libres con el proyecto.

¿Qué significa para vos el proyecto de Primal Pulse?

Es una expresión bien personal. Comenzó así, como algo que yo quería experimentar con la música electrónica. Ahora le denomino proyecto, pero realmente es algo en lo que he estado trabajando en el último año y que siento que (debo) manejar en mi situación, que ha cambiado grandemente porque ya no estoy radicado solo en El Salvador. Es un proyecto que me entusiasma y al que le voy a dedicar mucho de mi tiempo de aquí en adelante, sin dejar de lado mi participación con Los Tachos. Siempre va a ser mi banda, que es muy diferente, tanto musicalmente como el contexto y la forma en que se maneja. Pero Primal Pulse va a estar para rato.

¿Vos estás viviendo en Nueva York?

Sí.

¿Cómo media esto en vos?    

Poco y mucho. Es decir, he estado en parte de la escena de allá y te lo puedo decir así claramente: lo mismo que pasa aquí pasa allá, pero 100 veces más grande. Es decir, los mismos problemas con los medios, los mismos problemas con los bares, los mismos problemas de covers, los mismos problemas con sonido, lo que no te pagan. Es absolutamente igual. Claro, como es un monstruo y tienen una organización, ya las partes más altas, el mainstream y todo eso, ya es otro mundo, obviamente. Todavía no lo conocemos y esperamos algún día conocerlo. Ja ja ja.

Valorás más lo de acá. Te das cuenta que se están haciendo las cosas bien. Lo que te falta es la visibilización. O sea, nadie sabe que aquí existen 400 bandas tocando. Eso no lo sabe nadie. Necesitamos ir a mostrarlo. La capacidad (y todo) la tenemos.

En Primal Pulse, específicamente, afecta porque tratamos de hacerlo más global. Esta música la puede escuchar cualquier salvadoreño, pero también europeo o cualquier gringo. Así como bailan en El Salvador así van a bailar en los Estados Unidos.

Los hermanos Manuel y Aldo Merino integran el nuevo proyecto Primal Pulse. Foto cortesía del dúo.

Los hermanos Manuel y Aldo Merino integran el nuevo proyecto Primal Pulse. Foto cortesía del dúo.

¿Cuál es la idea conceptual de Primal Pulse y de qué influencias parten?

Usamos máscaras. Esto se ha usado ya bastante. Hay bastantes proyectos latinoamericanos que lo usan. En el caso de Dengue Dengue Dengue!, por ejemplo. Mi idea era, más bien, el hecho de la conexión con un personaje. No quería ser yo, Manuel Merino, el que presentara este proyecto, sino que fuera alguien, en este caso es algo que retoma el chamanismo o las danzas prehispánicas. El ser humano se ponía una máscara y en ese momento ya dejaba de ser él y llegaba a ser el animal y se metía en ese papel. Esa es la idea, entrar y llegar a ese papel. Compenetrarme y no ser yo, sino llegar a ser el venado azul o el jaguar dorado.

También fue una búsqueda de cuando estoy navegando en ese mar de ceros y unos. Ahí encontré en Inglaterra a alguien que diseñaba máscaras y luego encontré que felizmente hacía jaguares y hacía venados.  Inmediatamente dije «esto tiene que ser», porque parte de una raíz muy mesoamericana. Hice un viaje al Museo Nacional de la Máscara, de México, y es impresionante la cantidad de jaguares y venados que había ahí, de todo tipo y todo tamaño. Pero no lo quería hacer tampoco algo costumbrista. Siempre hay una conexión, pero no quiero hacer lo mismo. Si la gente lo identifica y hace la conexión, qué bueno, y me interesa también que la gente ponga su parte en el proyecto, que arme su historia.

Manuel Merino, "El Pitu", explica en entrevista con Revista Factum el concepto de Primal Pulse. Foto cortesía del dúo.

Aldo Merino trabaja en las percusiones y el ritmo de Primal Pulse. Foto cortesía del dúo.

 ¿Hubo una intención de poner elementos relacionados con nuestras identidades en su música?

Desde el inicio hay una idea de llevarlo a tener una identidad salvadoreña. Y más que salvadoreña, centroamericana, del trópico, de Latinoamérica. El Salvador es un país chiquitito que se inventaron que tuviera esas fronteras. Pero realmente somos una región y eso es lo que me interesa, que nos identifiquen que venimos de una región. Música electrónica hecha desde una región. Por eso no nos queremos centrar en cosas muy localistas, muy costumbristas, sino como música electrónica hecha en Centroamérica. Que va a ser de El Salvador, va a ser de El Salvador. Pero sí hay una idea de que nos identifiquen. No vamos a copiar lo que otros ya hacen perfecto, o que hacen perfecto de acuerdo a nuestra manera de verlo, sino que darle nuestro propio sabor. Primal Pulse es una música latina hecha electrónica.

¿Cuál es la idea general del EP y qué es lo que ustedes esperan conseguir con este?

El EP es una prueba. Las canciones que tocamos en vivo no son las que están en el EP. No todas, por lo menos. La idea es lanzar este EP y luego su complemento. La idea es un solo disco que ya va a estar en los próximos meses también en línea. La idea es dar a conocer el proyecto, poder hacerlo viral o radiable, como se pueda. Luego llevarlo al exterior. Por lo mismo, por las circunstancias no voy a estar radicado acá, pero también es una oportunidad grande de poder mostrarlo y poder ser un vehículo para llevar esto a otro país. Ahorita, marcadamente, en Estados Unidos.

Actualmente tenemos bandas como Manyula Dance Club y otras más que andan por ahí (y que casi salen a la luz) que mezclan electrónica con elementos latinos. Ahora también están ustedes. ¿Cómo ves esto para la música salvadoreña?

Yo creo que son dos cosas. Por un lado es exploración. Creo que los músicos están más abiertos a otros sonidos y nuevas formas de lenguaje musical, personales. Eso por un lado. Por otro lado creo que también es por una forma de ver hacia afuera. Yo creo que va muy implícita la idea de no ver ya solo lo localista, sino de ver la manera de expandir. Yo creo que los músicos, a mi manera de verlo, están cayendo en el veinte de que la música es un producto también y, como tal, tenés que estar buscando tus mercados y cómo te vas a mover. Y si querés vivir de esto, cómo lo vas a expandir.

Ustedes tienen un show en vivo bastante cuidado, al igual que su línea gráfica. Estos elementos a veces son marginados por algunos músicos. ¿Qué valor tiene todo ese rollo?

Tiene casi el mismo valor que la música. Somos animales netamente visuales y lo primero que vamos a hacer es ver. Los músicos nos hemos alejado de eso… no sé por qué. No todos, obviamente. La parte visual la descuidamos y es esencial en todo proyecto musical.

Yo aprendí esto con los años y porque tengo la bendición de tener a mi esposa (que es parte del proyecto también) y que es una estratega de marketing: Adela García, que vive en Nueva York. Ella es parte del proyecto también, pero no está en el escenario. Igual mi diseñadora gráfica, Revi Guardado, que es esencial del proyecto también. Todo va en conjunto.

Se nos olvida esto porque no queremos darnos cuenta de que la música también es un producto que la gente va a consumir y por todos lados lo va a ver. Y si ya te miran como «este es no sé qué, a este le falta» o «no me gustó la vez que se presentó porque estaba bolo», qué sé yo. A veces funciona, funciona con el punk, pero esos son los casos contados, creo yo.

La parte visual, no sé por qué, ha sido menospreciada siempre. Por lo menos en nuestros casos. Pero yo recomiendo a las bandas que lo cuiden un montón. Es parte del valor de su proyecto.

¿Qué puede esperar el público de Primal Pulse?

Ahorita vamos a seguir la promoción del primer EP. (Luego) el próximo lanzamiento del segundo EP, para completar el primer disco. Varios toques, se vienen tres fechas: jueves 16, en La Guitarra, con Los Pirañas; viernes 24 en Scenarium, con Easy Easy y Technicolor Fabrics. Vamos a estar abriendo ahí también; y vamos a estar el 30 con Manyula Dance Club en Zanzibar, Basileando. Luego vamos a ir al LAMC (Latin Alternative Music Conference) en Nueva York a meternos ahí. La idea es sacarlo y que esto sea sostenible a largo plazo, así que esperen muchas cosas nuevas de Primal Pulse.

Como aclararon en la entrevista, Primal Pulse ha anunciado que participará en próximos eventos a realizarse en El Salvador. El primero de ellos es alternando con “Los Pirañas” (de Colombia) en el Bar La Guitarra de Playa El Tunco, este próximo jueves 16 de Junio.
El segundo es el Soulfa Live Sessions Vol 3, a realizarse en Scenarium el 24 de Junio.

Para escuchar el EP de Primal Pulse:

A través del reproductor de Spotify.

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#Música