“Ellos no me sacaron. Yo sigo siendo presidenta”

En esta entrevista exclusiva concedida a Pública, y republicada por Factum, la suspendida presidenta brasileña Dilma Rousseff repasa su historia como mandataria, explica el motivo por el cual se considera víctima de un golpe, habla lo que piensa de las fuerzas políticas del país y de lo que el “golpe parlamentario”, en sus propias palabras, representa para la democracia de América Latina.
También responde a preguntas sobre cuestiones polémicas como el aborto, la central hidroeléctrica amazónica de Belo Monte y los recientes hechos de la Operación Lava Jato que afectan al Partido de los Trabajadores (PT): la detención de su exministro Paulo Bernardo y la esperada delación premiada del empresario condenado Marcelo Odebrecht, relacionada  a la financiación de las campañas electorales de su fuerza.


Por:  Andrea Dip, Marina Amaral, Vera Saavedra Durão and Natalia Viana. Traducción al español de Pablo Giuliano

Fotos: José Cícero da Silva/Agencia Pública.

Sin vecinos visibles y enclavado en el medio del “cerrado”, la sabana tropical de Brasilia, el Palacio de la Alvorada es un festín para los ojos.  Subimos algunos escalones y entramos en una sala con una altura enorme, colorida por los productos de tapicería del chileno Kennedy Bahía, sobre la pared de madera que rodea al cuadro “Colhendo Café” (Recolectando Café), de Djanira. Es allí,  en el ambiente más acogedor de la sala, en un sofá blanco rodeado de sillones que Dilma Rousseff, la presidenta suspendida del el 12 de mayo pasado hasta que el proceso de juicio político sea definido por el Senado, ha concedido entrevistas, la mayoría de ellas a la prensa extranjera.

Ella llega con media hora de atraso, sonriente más allá del protocolo. Dilma Rousseff y la periodista economica Vera Durao, que compone el equipo de entrevistadoras de Pública en la primera entrevista que concede a un grupo de periodistas mujeres, se conocen hace exactos 50 años, como constata la presidenta, después de chequear con la amiga la fecha de encuentro: 1966. Las dos mujeres oriundas del estado de Minas Gerais eran militantes de izquierda antes de unirse a VAR-Palmares, la organización fundada en 1969 para ejercer la lucha armada contra la dictadura militar brasileña (1964-1985).

La votación del juicio político en el Senado, con tendencia desfavorable a la presidenta, debe ocurrir en agosto próximo.

Dilma todavía no decidió si se defenderá personalmente frente a los senadores. “Soy de la clase de personas que evalúa”, dijo en el final de una entrevista franca y explosiva, con 1 hora y 52 minutos de duración. Lo que ella sabe es que seguirá luchando por la presidencia de Brasil, conquistada por primera vez por una mujer. “Ellos aún no me sacaron, sigo siendo presidenta”, advierte.

Lo que significa salir del aislamiento impuesto por el equipo del actual presidente interino y su vice, Michel Temer, que llegó a cortarle los recursos de mantenimiento para el Palacio de la Alvorada, y negó el pago de viajes para otros destinos del país más allá de Porto Alegre (estado de Rio Grande do Sul), donde vive su hija, y Belo Horizonte (Minas Gerais), su tierra natal.

En los proximos dias Dilma lanza un crowdfunding – una recolección de fondos online- por el sitio Catarse, popular entre músicos, cineastas, periodistas y ONGs que buscan recaudar dinero para sus proyectos. De esta manera la presidenta y su equipo pretenden movilizar a sus apoyadores y pagar los costos de los viajes para cruzar el país en defensa de su permanencia en el gobierno.


Marina Amaral: En la entrevista que ofreció al periodista Luis Nassif, en la TV Brasil, parece que usted traza un guión de lo que después se transformó en el juicio político, las señales que fue percibiendo. Por ejemplo, usted dice que fue extraño el momento en el que ocurrieron las manifestaciones de junio de 2013, que era un momento en el cual usted intentaba estabilizar la economía,  garantizar la inversión a largo plazo, bajar la tasa de interés, enfrentando presión de los empresarios.

Dilma: Creo que allí, en las manifestaciones de junio, la razón es otra razón. Porque allí no estábamos en una situación de crisis económica. ¿Qué es lo que ocurrió en junio de 2013? Cuando uno conquista derechos, no significa que la gente se sienta, de alguna forma, totalmente contemplada. Por el contrario, la conquista de un derecho abre espacio para la conquista de otros derechos. Por eso nosotros decíamos que la superación de la pobreza es apenas el inicio. No es el fin de nada,  es apenas un comienzo. Y lo que nosotros planteábamos es que -para un Estado excluyente como siempre lo fue el Estado brasileño, porque era parte de una sociedad excluyente, de una economía excluyente- es más fácil el proceso en el cual se transfiere el ingreso. Cuando uno transfiere la renta, eso, es una decisión política. Es obvio que uno tiene que hacer un buen programa. Yo no estoy disminuyendo lo inusitado y hasta revolucionario que es el Bolsa Familia.

Es una gran conquista, pero cuando eso se hace masivo, la gente quiere tener acceso a servicios de calidad, quieren servicios de educación de calidad, seguridad pública de calidad. La reivindicación implica un cambio del Estado que tiene un tiempo de maduración más grande. Existe un conflicto, entonces, visible, entre la rapidez con la que se da el aumento del ingreso y la rapidez con la que ocurre el avance en los servicios del Estado. El avance en el área de servicios es más lento. Y eso genera disconformismo, un malestar con la política, con la representación política. No sé si ustedes se acuerdan que en muchas manifestaciones, cuando era positivo para una persona, decían “¡Me Representa! ¡Me Representa!” (Esa persona me representa). Creo que ya en aquel momento comenzó a ocurrir también por cuenta de las investigaciones de corrupción, pero se empieza a registrar un malestar con este sistema representativo, que no es solamente típico de Brasil, ese malestar con la representación se da en relación a todo el mundo. Incluso considerando que nuestro gobierno siempre tuvo una agenda – y ahora quedará más nítido- de participación popular. El Brexit, hablando del hoy, explica un poco lo que ocurre. De la derecha a la izquierda.

Marina Amaral: Me gustaría terminar con el asunto de las manifestaciones. Puede ser mi imaginación, pero tuve la impresión de que usted estaba diciendo que había algún tipo de manipulación. El surgimiento de la derecha, por ejemplo, que comenzó a aparecer al final de las protestas de junio…¿Surgió dentro del gobierno alguna señal de que lo que había entonces era una manifestación de la derecha? Lo que digo es que para mí en este proceso y en las manifestaciones a favor del juicio político, el sector que más perdió fue el de la oposición que tradicionalmente tenía un proyecto, que es el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Dilma: No. No creo que aquello haya sido una manifestación de la derecha. No lo creo realmente. No creo que allí estuvo el respaldo de los movimientos de derecha. Creo que la base de los movimientos de la derecha está en…Antes de la crisis había una cierta oposición a repartir privilegios en Brasil. Creo que este componente, frente a la crisis, radicaliza a la clase media. Y hace con que valores de la derecha sean mucho más dominantes. Basta mirar la agenda de las manifestaciones a favor del juicio político, y no es porque sean a favor del juicio político, miren las reivindicaciones que tienen.

Lo que quiero decir es que, en este proceso y en estas manifestaciones a favor del “impeachment”, para mí el sector que más perdió fue el de la oposición que tradicionalmente tenía un proyecto, que es el PSDB. El PSDB cometió un gravísimo error político. Primero perdió su rostro,  porque se fue hacia la derecha. Pero se hizo más derechista no apenas del punto de vista económico o político. Se derechizó del punto de vista de los valores. Se mezcló con el movimiento a favor de juicio político y lo reforzó. Y estimuló, organizó y propuso un movimiento que era basado en cuestiones inadmisibles. ¿Cómo es que (el PSDB) se mezcla con un movimiento que defiende el golpe militar? ¿Cómo es posible formar parte de un oficialismo en el cual los derechos individuales y colectivos más básicos no son respetados? Entonces me parece que creó en aquel momento, en esta transacción del juicio político, una situación muy mala. ¿Por qué? Porque esto fue orquestado, querida.

¿Cómo fue orquestado? Fue orquestado apenas gané las elecciones. No es allá en 2013. Mi elección (octubre de 2014) fue una elección extremadamente conflictiva. Ultra-conflictiva. Nunca hubo una elección en Brasil con aquel perfil. Terminada la campaña,  ellos piden recontar los votos, algo que no se veía hace siglos en Brasil. Piden auditorías de las urnas electrónicas.  Como estas dos cosas no se verifican, ellos comienzan a intentar impedir mi diplomatura. Después de eso, apoyan como presidente de la Cámara de Diputados a Eduardo Cunha, que tiene una agenda predominantemente de derechas. Y que hace, quizás, el proceso más grave ocurrido en Brasil, que fue trasladar la hegemonía del centro político hacia la derecha, rompiendo con una tradición de centro democrático que viene desde la redemocratización, con Ulysses Guimaraes, la Asamblea Constituyente (1988), en la cual uno de los protagonistas importantes fue el centro democrático brasileño. El Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), el antiguo MDB.

Natalia Viana: Presidenta, y en lo que se refiere a los intereses económicos, ¿cuál fue el peso del petróleo del pre-sal en la articulación de su juicio político?

Dilma:  Mira, creo que toda las riquezas de Brasil tienen peso. El pre-sal (los mega-yacimientos de hidrocarburos submarinos descubiertos en 2007) tiene un peso muy especial. ¿Qué está en juego? No es la participación del sector privado, porque el sector privado participa del pre-sal. Observemos la subasta del campo petrolero de Libra, que es el único yacimiento integral de pre-sal. Participan cuatro empresas privadas: Shell, que es un empresa grande; Total, que es una empresa francesa grande, no una “major”, es casi una “major”; dos chinas, CNOOC y CNPC.

Es importante recordar que los mayores compradores de petróleo del mundo son los chinos.   El control de la distribución del petróleo está en manos de los chinos. Y es por eso que a cualquier gran empresa internacional le gusta asociarse a los chinos. Esto lo digo para que no seamos otarios y nos hagan creer que la presencia china es algo terrible, como decían algunas personas de Rio de Janeiro.

Natalia Viana: Pero aquella modificación propuesta por usted…

Dilma: No, ¿pero cuál es el problema? No es la presencia de los extranjeros. El problema es el siguiente: son dos regímenes, el de concesiones y el de división de lucros.

El régimen de concesión se caracteriza por el hecho de que quien encuentre el petróleo es el dueño del petróleo. Si descubrió petróleo, cualquier empresa, desde Petrobras a otras, en Brasil, se transforma en el dueño del yacimiento.  Esto se da porque el riesgo de no encontrarlo es muy alto. Muchas empresas pequeñas incluso quiebran porque no descubren el petróleo. Y gastó, 20, 30 o 100 millones de dólares para la prospección.  Bien, ¿qué ocurre en Brasil? En el pos-sal, nuestro petróleo era difícil de encontrar, implicaba riesgos, era con gran tenor de azufre, con una cosa que se llama API, la medida de la calidad del petróleo, muy bajo, de entre 14 y 15 grados API.

Además, en muchos lugares se encontraba poco petróleo. No eran campos grandes, entonces no era mucho petróleo, la calidad no era muy buena y el riesgo era elevado. El modelo de concesión ahí es correcto porque quien lo descubrió se lleva la parte del león, el petróleo, con lo cual tiene un lucro bastante razonable.

¿Cómo es el pre-sal? El pre-sal fue descubierto por prospección, exploración e investigación de Petrobras. Fue demarcada una poligonal y sabemos que el grueso del crudo está dentro de esta poligonal. Sabemos que es de muy buena calidad y que es mucho. Entonces el petróleo del pre-sal es completamente diferente del pos-sal. ¿Entonces por qué el modelo del pre-sal es de división de lucros?¿A quién le queda la parte del león, el petróleo? Le queda al dueño del petróleo. ¿Quién es el dueño? La Unión. Y las empresas privadas se quedan con una parte. Para tener una idea,  más o menos, voy a decir entre 75% y 80% le quedan a la Unión y el resto…

Vera Durao: Dilma, ¿piensas que la maldición del petróleo también pasó por el proceso que llevó a la suspensión de su mandato?

Dilma: Considero grave en ese sector de Brasil… Estoy a favor, inclusive habiendo sido acusada, una de las causas de mi juicio político es el hecho de que mi gobierno fue favorable, mi gobierno no impidió la investigación de corrupción.

Somos completamente favorables a eso. Ahora, también dejamos claro que cuando se lucha contra la corrupción no se pueden destruir ni las empresas ni los empleos. Así se hace en el resto del mundo. Estados Unidos tuvo recientemente, junto con el resto del mundo, quizás el mayor proceso de corrupción que involucró a bancos, los derivados y todos los juicios que causaron pérdidas astronómicas.

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Andrea Dip: Presidenta, voy a cambiar un poquito de asunto. En sus campañas usted visitó varios templos evangélicos. Pero el bloque evangélico en el Congreso fue el que más bloqueó proyectos inclusive del propio PT, como la cartilla contra la homofobia, la discusión de género en las escuelas, se opuso a la ley de criminalización de la homofobia y a los avances de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Durante el juicio político,  estos diputados del bloque evangélico y algunos pastores televisivos fueron los que más la atacaron en forma más violenta. ¿Valió la pena hacer esta alianza?

 Dilma: Considero fundamental que sea abierta una discusión con ellos. Que no se le dé la espalda al 30% del país. No se puede hacer eso. Tenemos que discutir con los evangelistas, hablar con ellos, porque tampoco creo que tengan uniformidad.

Marina Amaral: No todos son liderados por Cunha…

Dilma: No, no es eso. Creo que no todos tienen una visión cerrada.

Andrea Dip: Pero el bloque evangélico sí…

Dilma: Eso es otra cosa. Es la representación de ellos.  No voy a dejar de hablar con ellos por más que tengan una representación mala.

Andrea Dip: Voy a aprovechar que estamos en el tema y…

Dilma:  Preste atención. Un presidente de la República no interfiere en algunas cosas. Voy a anticipar, voy a hablar de aborto. El aborto legal en nuestro país está en la ley. La ley es clara, se puede realizar un aborto en tres casos: cuando hay violación, cuando la mujer corre riesgo de vida en el parto y por feto anancefálico. Son tres casos. Lo que ustedes están preguntando es porque no he creado otros tres casos. El cumplimiento de estos tres fueron puestos en el Sistema Unico de Salud (SUS).

Andrea Dip: No, es si usted está a favor de despenalizar el aborto.

Dilma:  Personalmente puedo estar a favor de todo. Como presidenta, no interfiero en esto.

Natalia Viana: ¿Pero usted está personalmente a favor?

Dilma: No voy a responderte eso. El día en el que salga de la presidencia te respondo. Ellos no me sacaron. Yo sigo siendo presidenta. Así como no puedo declinar aquí que soy A, B, C o D en relación a cualquier religión. No puedo hacer eso.

Andrea Dip: Pero no cree que sería bueno…

Dilma: Para ustedes puede ser excelente. Para el ejercicio de la presidencia es pésimo. Querida, si yo acepto eso, estoy aceptando que aquella mujer que entró en la Secretaría (Fátima Pelaes, titular de la Secretaría de las Mujeres del gobierno interino de Temer) llegue y diga: estoy en contra del derecho al aborto en caso de violación. Los que somos servidores públicos debemos cumplir la ley. Si la ley es mala, tenemos que cambiar la ley. El servidor público hace eso, no se queda diciendo “yo creo esto, creo aquello”. Fue así que me opuse a lo que ella dijo, porque ella no puede decir eso, no es algo que se pueda discutir. La ley es clara.

Andrea Dip: ¿Pero no es una cuestión de salud pública ya que existen más de 800.000 abortos por año?

Dilma: La salud pública garantizada incluye esos tres puntos. Su yo estuviera fuera del gobierno y fuera feminista lucharía por otras cosas, ¿sabe? Ahora, ya he sido feminista.

Andrea Dip:  ¿En el pasado, presidenta?

Dilma: Yo fui de la Acción de la Mujer Laborista, querida.

Vera Durao: ¿Del  PDT (Partido Democrático Laborista)?

Dilma: No, pero estábamos a favor de cada cosa… (risas)

Andrea Dip: ¿Entonces no es más feminista?

Dilma: Yo fui feminista. Hoy soy presidenta.

Marina Amaral: ¿Usted diría “yo fui de izquierda”?

Dilma: No entro en este tipo de cuestión de ningún modo. No le saqué derechos a los trabajadores, no saqué las vacaciones, no saqué nada, querida. Ahora, yo no hago la política. La política de salud es garantizar que el SUS cumpla lo que no cumplía. Y hasta ahora existe resistencia. O sea, no vamos a pensar que es un paseo cumplir los tres ítems (del aborto legal).  Ustedes no tienen idea.

Natalia Viana: Presidenta, ayer fue detenido en un desdoblamiento de la Operación Lava Jato Paulo Bernardo, quien fue ministro de su gobierno, acusado de sobrefacturación de 100 millones de reales por parte de la empresa de tecnología que gerencia el sistema de créditos a los funcionarios públicos. La Policía Federal dice que el dinero sería usado para una “caja 2” del Partido de los Trabajadores (PT). Por otro lado, Marcelo Odebrecht apuntó que…

Dilma: Querida, ¿puedo decirte algo? No sé el resultado de todo esto. Y ni lo que está en el expediente de la detención de Paulo Bernardo. Entonces, perdóname, pero no vas a querer que haga una evaluación sobre cosas que están bajo la investigación del Poder Judicial. Ahora, me causa horror que me pregunten sobre Marcelo Odebrecht que ni siquiera concluyó su delación premiada. En caso de que su medio de comunicación tenga una escucha dentro de la celda o del lugar donde está haciendo la delación premiada, no tienen derecho a preguntarme nada (sobre este tema).

Natalia Viana: En verdad, la pregunta no era apenas en relación a esto.

Dilma: Yo tengo una inmensa indignación con este tipo de uso político de las investigaciones de la operación Lava Jato. Uso político.

Natalia Viana: La pregunta es si usted cree que estas revelaciones afectan sus chances en el juicio político que lleva adelante el Senado.

Dilma: No, querida. Creo que ya que estoy totalmente vacunada contra esto. Se ha hecho en forma sistemática en mi contra. Sistemáticamente. La última que archivaron fue aquella en la cual casi cayó el mundo en mi cabeza porque lo llamé a Lula y dije “Voy a enviar allí donde estas a Bessias”. (El episodio ocurrió el 16 de marzo cuando estaba por asumir Lula como jefe de gabinete de Rousseff cuando el juez Sergio Moro divulga los audios entre ambos). Ahora fue archivado. Ahora, el pato que yo pago mientras esto no está archivado es inmenso. Yo me niego a discutir una delación que ni terminó por parte de Marcelo Odebrecht. Existen filtraciones de lo que no ocurrió, hay filtraciones…todas selectivas. Primero filtran lo que yo dije y hacen un escándalo con esto. Y después aparece el resto. ¿Cómo es esto? No sé lo que es lo de Paulo Bernardo, esta investigación tiene un año, no sé por qué lo detuvieron hoy, no tengo la menor idea. ¿Estaba escapando? La detención preventiva tiene que tener motivo, me niego a dar elementos para un tipo de praxis que la prensa brasileña está teniendo de uso selectivo. Porque la tesis era la siguiente: había un único partido en Brasil que en el cual había corrupción. Lo que se ve es que no es eso lo que está ocurriendo.

Vera Durao: Sergio Machado (ex presidente de Transpetro, corrupto confeso y ex dirigente del PMDB)  dijo que viene desde 1946.

Dilma: Sí. Sergio Machado debe ser um experimentado conocedor de esto. Bueno, lo que estoy diciendo es que no voy a concordar con esto. Y conmigo es sistemático. Hasta el punto de haber hablado de mi cabello. Perdí la paciencia el día que hablaron de mi cabello (Merval Pereira, columnista del diario “O Globo”, que en una nota publicó que Dilma habría usado dinero de la refinería de Pasadena para pagar gastos personales).

Vera Durao: ¿Ya has tomado las medidas necesarias?

Dilma: Todas. Lo voy a procesar criminalmente, el día que lo haga va a salir en la prensa, pero sí, voy.

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Marina Amaral: Tengo una pregunta sobre outra polémica, que es Belo Monte. Conozco la defensa que usted hace de la obra, de la necesidad, inclusive, de energética de Brasil. Quería saber si esta visión de desarrollo en la Amazonía no fue modificada por las conferencias internacionales, por un mundo en el cual la mayor amenaza futura es el calentamiento global. ¿Este tipo de debate no dejó pasada de moda la mirada hacia la Amazonía como una frontera de desarrollo?

 Dilma: Nosotros no miramos hacia la Amazonía como una frontera de desarrollo. Nosotros utilizamos los recursos que pueden ser utilizados manteniendo la preservación del medio ambiente.

Marina Amaral: Pero en Belo Monte…

Dilma: Nosotros preservamos el medio ambiente. El problema de la Amazonía, en Belo Monte, no es ese. El problema de Belo Monte es el siguiente: hay un problema serísimo en el clima. El problema en el clima siempre será la energía. El problema del mundo, en relación al clima, es la energía. En nuestro caso, tenemos algunas ventajas. Porque nosotros aún tenemos el problema de terminar con la deforestación, cómo replantar, contener y hacer agricultura de bajo carbono, etc. Y la (energía hidroeléctrica)  ofrece un gran margen para Brasil. Sumado al hecho  de que nosotros tenemos recursos hídricos. ¿Qué es lo que complica a todos los países del mundo? Ellos no tienen. O usan energía nuclear o térmicas. Entonces creo que hay una visión completamente incorrecta sobre las hidroeléctricas.

Una cosa es el hecho de que antes se hacían hidroeléctricas y no se miraban las repercusiones sobre las poblaciones afectadas. Eso es una cosa. No se miraba la mejor forma de hacer con el mínimo de impacto ambiental. Porque si no se tiene Belo Monte, tiene que haber algo que reemplace a Belo Monte. Energía solar no puede ser, porque el precio es absurdo. A no ser que descubran alguna tecnología más avanzada, no se puede pagar. La eólica es inviable, porque no hay como asegurarla, no es una energía que los especialistas llaman de “firme”.

Somos respetados internacionalmente, al contrario de lo que dicen. Esta Conferencia de París (COP-21, realizada en diciembre de 2015) no existiría sin nosotros. Ellos lo reconocen. Obama me llama para agradecer. No sale en los diários, obvio, sabemos por qué. Pero Brasil es respetado porque tiene una política que es consistente. Nosotros sólo tenemos 3% de térmica y nuclear. La alternativa es esta. Sin energía hidroeléctrica se hará con nuclear.

Marina Amaral: ¿Pero no debería haber una garantía por lo menos del gobierno de ser más protector, en vez de dejar a aquella población en manos de las grandes empresas? Por ejemplo, la TV Globo mostró recientemente un reportaje sobre la situación de Altamira (municipio donde fue construida la central hidroeléctrica de Belo Monte), que independientemente de la posición política de Globo con el gobierno, muestra las cloacas desembocando dentro de la…

 Dilma: ¿Puedo decirte algo? Una de las cosas más difíciles de Brasil es hacer saneamiento básico.

Marina Amaral: ¿Pero la contrapartida de la empresa? ¿El gobierno no debería controlar al consorcio responsable?

Dilma: Querida, no fue apenas la contrapartida de la empresa. Una parte de cualquier cloaca en Brasil tiene responsabilidad constitucional del municipio y del estado. No del gobierno federal. Yo puedo reclamar lo que sea de la empresa, pero la empresa tiene que ejecutar con base en el estado y el municipio. No voy a hablar de lo que ocurre en Altamira, sugiero que ustedes hablen con la ministra. (La ex ministra de Medio Ambiente Isabela Teixeira). Yo voy a defender una hidroeléctrica en todas las circunstancias.

¿Entonces qué hacen? Dan un golpe parlamentario, que no es igual a un golpe militar. Un golpe militar no apenas extingue el gobierno en cuestión pero también termina con el régimen democrático. Ahora, hay un precio a pagar por esto. Se comprometen las instituciones, se crea una cicatriz en la sociedad. Muchas veces se impide la recomposición del tejido democrático. Entonces existe una consecuencia grave. Y creará, en América Latina, una inestabilidad.

Natalia Viana: Presidenta, ¿cómo analiza que su “impeachment”, si es confirmado, ¿va a afectar otros países latinoamericanos y en la política latinoamericana?

Dilma: Creo que comenzó a afectar antes, primero por la importancia de Brasil en la región. Pero creo que se tiene hoy, en el mundo latinoamericano, esta variante de golpe parlamentario hecho antes que nosotros. Esto ocurrió con Paraguay, con Honduras.  (La destitución con juicio político del paraguayo Fernando Lugo) fue durante la Rio+20. Yo sé porque enviamos a los cancilleres allá para intentar evitarlo y no pudimos. ¿Qué está ocurriendo? Creo que es una nueva forma de retirar gobiernos que crean descontento en la oligarquía económica, la política o en grupos de intereses, que se considera descontento en relación a alguna de las características del gobierno en ejercicio. ¿Entonces qué hacen? Dan un golpe parlamentario, que no es igual a un golpe militar. Un golpe militar no apenas extingue el gobierno en cuestión pero también termina con el régimen democrático. Ahora, hay un precio a pagar por esto. Se comprometen las instituciones, se crea una cicatriz en la sociedad. Muchas veces se impide la recomposición del tejido democrático. Entonces existe una consecuencia grave. Y creará, en América Latina, una inestabilidad.

Natalia Viana: ¿Cree que puede ocurrir en otros países?

Dilma: Sí, puede ocurrir. No apenas yo lo creo, sino jefes de Estado de América Latina temen esto, cualquiera de ellos.

Vera Durao: ¿En la época en la que has sido suspendida del cargo recibió solidaridad de los jefes de Estado latinoamericanos?

Dilma: Si. No digo de quien por razones obvias. Las reacciones de estas personas son las más variadas. Hay algunos que hacen solidaridad activa, otros que se solidarizan pero obviamente por razones de Estado. Hay una gradación.

Natalia Viana: ¿Cree que esto debilita a la Unasur?

Dilma: Reducir la importancia de América Latina o de Africa en relación a Brasil es algo absurdo, porque la fuerza de Brasil en el mundo tiene que ver con ese liderazgo y con esa capacidad de negociación que construimos desde el inicio del gobierno de Lula. Nosotros abrimos embajadas, tuvimos una política muy clara hacia el Africa. Esto explica el motivo por el cual logramos indicar personas para presidir organismos multilaterales como el caso de la Organización Mundial de Comercio (OMC) o la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO). También explica el  motivo por el cual tuvimos un nivel de interlocución muy fuerte con todos los diferentes países. En el caso específico de América Latina, la Unasur es un producto de nuestros gobiernos, nosotros construimos la Unasur. Unasur involucra a todos los países del continente, de Sudamérica. Y siempre tuvo posiciones comunes. Todas las posiciones se dan por consenso o por consenso mínimo. Existe una cláusula democrática, existe todo un nivel de conducción. E existe una práctica: no se habla. La única condición de convivencia es no hablar del otro. No se puede llegar a externalizar una posición contundente contra un país. Eso no se hace dentro de la Unasur.

Vera Durao: ¿Si reasumes el cargo vas a cambiar esto, este sistema de presidencialismo de coalición?

Dilma: Básicamente haré un gobierno de transición. Porque es un gobierno que tendrá dos años y lo que tenemos que garantizar en este momento es la calidad de la democracia en Brasil, lo que va a ocurrir en 2018. Haré eso, sobre todo. Creo que cabe la discusión de una reforma política, sin dudas. Intentamos eso después de (las manifestaciones) 2013 y perdimos en forma amplia. Intentamos una Convención Constituyente, una reforma política, intentamos…

Natalia Viana: ¿Tendría fuerza para un plebiscito?

Dilma: No sé, no tengo idea..

Marina Amaral: ¿Pero existe el compromiso de usted en convocar a um plebiscito?

Dilma:  No, no. Eso está en discusión. Es una de las propuestas colocadas en la mesa. Ahora, existe una opción por parte de todo el mundo por una elección directa. Siempre.

Vera Durao: Dilma, ¿tú no puedes escapar de este presidencialismo de coalición apelando a tus electores, al pueblo?¿Cómo estás haciendo ahora?

Dilma: Nosotros vamos a continuar esto, seguir haciendo, no hay más como recomponer. Te digo algo, no voy a recomponer al gobierno en los términos anteriores, no existe hipótesis de eso.

Vera Durao: ¿Por qué hiciste un gobierno de composición? ¿Sentías presiones fuertes para ello?

Dilma:  Porque hasta entonces nuestro mapa era ese. Mi gobierno fue hecho así. Y vamos a recordar bien que yo tenía un vicepresidente. Y quien articula eso, obviamente, no creo que el vice sea el de mayor liderazgo, creo que el mayor liderazgo lo ejerce Cunha. Creo que el vice es uno de los elementos. Pero este gobierno forma parte del proceso electoral. Y creo que hubo un cambio en el pacto político.

Vera Durao: ¿Irás al Senado a defenderte?

 Dilma: Estoy evaluando, soy del tipo de persona que evalúa.

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