Miles de salvadoreños se quedarán sin TPS y gobierno intenta venderlo como logro

El gobierno de Salvador Sánchez Cerén quiso jugar con la semántica al intentar vender, en voz de varios de sus funcionarios, que el anuncio de la administración Trump no marca el final del TPS para cerca de 190,000 salvadoreños sino que es, por el periodo de gracia de 18 meses concedido, un logro gestado en San Salvador. Lo cierto es que en septiembre de 2019 buena parte de los tepesianos serán sujetos de deportación.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


En el rostro del canciller Hugo Martínez no hay preocupación. Mientras camina hacia la sala de prensa saluda muy sonriente a los periodistas. Levanta la mano y avanza al lado de la embajadora de Estados Unidos en El Salvador, Jean Manes. Pareciera que lo que va a anunciar es una buena noticia. Pero no.

Lo que este lunes ocho de enero confirmó la Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, en inglés) puede más bien ser el inicio de una tragedia humanitaria para decenas de miles de salvadoreños residentes en la Unión Americana que en un año y medio podrían no tener otro horizonte que la deportación. De lo que el canciller Martínez y la embajadora Manes hablaron ayer fue del fin del Estatus de Protección Temporal (TPS), un beneficio concedido por la administración del presidente George W. Bush que Washington había prorrogado varias veces desde entonces.

El fin del TPS llega en la administración de Donald Trump, un presidente cuyo discurso y políticas públicas en temas migratorios han estado marcados por rasgos xenófobos y racistas. En ese escenario político hostil, muy poco ha podido hacer la diplomacia salvadoreña por revertir la decisión estadounidense de cancelar el beneficio migratorio, la cual había empezado a perfilar a mediados de 2017, cuando anunció un escenario similar para unos 50,000 haitianos.

Aunque el fin del TPS era algo que ya se esperaba desde hacía unos meses, el anuncio oficial ocurrió el lunes 8 de enero. Cerca de las 10:00 de la mañana, el DHS emitió un comunicado en el que confirmaba el 9 de septiembre de 2019 como el último día en que miles de salvadoreños dejarán de vivir legalmente en Estados Unidos. Los 18 meses de plazo a partir del 9 de marzo de este año no son en sentido legal estricto una prórroga, como había ocurrido en otros años, sino un periodo “para permitir una transición ordenada” según dice DHS en ese comunicado.

El TPS es un beneficio de caracter temporal que Estados Unidos mantuvo durante 16 años para que miles de salvadoreños indocumentados pudieran quedarse después de los terremotos que dejaron en crisis a El Salvador en el año 2001.

En palabras de la embajadora Manes: “el TPS siempre fue de caracter temporal”. Tanto así que una de las premisas para cortar este beneficio, según el DHS, es que las condiciones que le dieron origen han desaparecido. El comunicado dice, por ejemplo, que El Salvador ya está listo para recibir a sus ciudadanos, de lo cual son pruebas los miles de migrantes salvadoreños que ya han sido deportados, unos 39,000 en los últimos dos años. Dice DHS que “la incapacidad temporal de El Salvador para recibir adecuadamente a sus ciudadanos después del terremoto se ha abordado”.

Pero incluso las declaraciones optimistas del canciller Martínez dejan ver la realidad. “En los últimos años hemos recibido más de 30 mil compatriotas de los cuales hemos logrado beneficiar con diferentes programas a cinco mil”. En el mejor de los casos, solo el 16 por ciento de esos 30 mil han recibido algún apoyo del gobierno salvadoreño después de ser deportados, un apoyo que no significa necesariamente un empleo.

Sentado frente a la prensa, y con la embajadora estadounidence al lado, el canciller Martínez trató de anunciar el fin de esa vida legal como un logro. “Yo sé que a veces se hacen publicaciones alarmistas”, dice, tratando de explicar el escándalo que ha causado la noticia a nivel nacional e internacional. Y añade: “Pero lo importante es que hay TPS para hasta septiembre de 2019”.

Martínez no está solo. Un comunicado de la Presidencia salvadoreña lo respalda bajo el título “El Salvador recibe prórroga por 18 meses más para el TPS”. Y un párrafo de este mismo lo hace parecer todavía más alentador: “la administración del presidente Salvador Sánchez Cerén considera que esta decisión constituye un reconocimiento al aporte de nuestros compatriotas”.

Pero no. Lo cierto es que este día se estableció la fecha última en que miles de salvadoreños dejarán de tener permiso para vivir y trabajar en los Estados Unidos. Sin embargo, aún existen oportunidades para optar a una estancia legal bajo determinadas condiciones.

Los esfuerzos de la cancillería, empero, no estarán enfocados en prepararse para recibir a los miles que no lo logren. Más bien, el canciller Martínez anunció que la principal solución a buscar es tratar de introducir una ley que dé una solución permanente. Una ley que debe ser elaborada, introducida, discutida y aprobada durante la administración del presidente Donald Trump en menos de 18 meses.

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