Mayweather vrs Pacquiao: ¿quién es el culpable de tu decepción?

¿Decepcionado? ¿Timado? ¿Encabritado?

¿Así te sentiste luego de ver “la pelea del siglo” entre Floyd Mayweather Junior y Manny Pacquiao?

Pues no sos el único. Hasta Mike Tyson te acompaña en el sentimiento.

Sin embargo, quizás no has razonado bien quién es el verdadero culpable de tu decepción… Por eso te comparto el siguiente listado de posibles culpables.

PD: alto nivel de autocrítica requerido.

1) El principal culpable sos vos

Pensalo bien, antes de ordenar un Ortolan.

Pensalo bien, antes de ordenar un Ortolan.

Sí, es tu culpa, porque sos vos el que desconocía  el estilo de Floyd Mayweather Junior previo a que se diera el combate.

Tuviste tiempo, la posibilidad de revisar alguna pelea de Floyd, cualquiera, la que encontraras disponible. Pero no lo hiciste… Entonces desconocías que “Money” es un maestro de la defensa y del contragolpe. Y así lo había sido por 47 peleas previo al sábado pasado.

Y peor sería el caso si, habiendo tenido esta información, habiendo hecho la tarea de informarte, hubieras esperado algo distinto.

Si tenías conocimiento del estilo de Mayweather, ¿entonces porqué esperabas que, por el simple capricho de satisfacerte a vos (y a los millones de espectadores ocasionales), él decidiera cambiar de estilo y mandara al carajo la estrategia que por siempre lo ha mantenido invicto?

¿No te parece muy pretencioso de tu parte?

Es tu culpa entonces no saber qué platillo le ordenaste al mesero del lujoso restaurante francés al que llevaste a la chica que te gusta con la intención de impresionarla. Viste en el menú que decía “Ortolan” y procediste a ordenarlo sin saber qué diablos era… Ahora te quejás porque no te gustó el sabor del pájaro ahogado en brandy. No te gusta el brandy y mucho menos te gusta arrancarle la cabeza a un pájaro de un mordisco.

Y claro, la culpa es del chef, que no supo hornearlo bien… Por supuesto que la culpa no es tuya, que no tenías ni la más remota idea de qué diablos era un Ortolan…

O peor aún: que sabiendo qué era, esperaste que mágicamente iba a cambiar su sabor al de un manjar de dioses.

2) El siguiente culpable seguís siendo vos

Por no entender el boxeo.

Has visto demasiadas veces las películas de Rocky. Pensás que Silvester Stallone, Iván Drago, Mr. T y Apollo Creed eran grandes boxeadores porque desparramaban más sangre sobre el ring que las páginas del Más o de Mi Chero.

Te han engañado.

El boxeo no es eso. El boxeo es mucho más que un búfalo que enviste a un blanco fácil para deleite del circo romano.

“Flotar como una mariposa, picar como una abeja. Tus manos no le pueden pegar a lo que tus ojos no ven”.

– Muhammad Ali.

Cassius lo sabía: una parte del boxeo es golpear a tu rival; la otra parte es evitar que tu rival te golpee. Ambas son muy importantes.

El sábado pasado volvimos a ver una exhibición de un maestro en una de las facetas del arte boxístico. Pero lamentablemente es la faceta que vos menospreciás.

Quizás… ¡Te hace falta ver menos Stallone!

3) Seguís siendo vos el culpable

Por dejarte llevar por las apariencias.

Has compartido quejas, has visto los memes, has leído los comentarios de expertos y de inexpertos. Todos coinciden en lo mismo: “¡Mayweather no peleó! ¡Solo Pacquiao buscó el contacto!“.

¿Y si te dijera que en realidad eso no es tan cierto?

Como bien cantan los Héroes de Silencio: “La apariencia no es sincera“.  

Si aprendés a leer las estadísticas, te vas a dar cuenta de que Mayweather lanzó más golpes que Pacquiao (435 sobre 429), pero esos golpes fueron Jabs en su gran mayoría. A Floyd le interesaba guardar la distancia; a Pacquiao, acortarla. Quedó claro entonces quién impuso su estrategia.

Una pelea por decisión de los jueces (como la del sábado) se gana o se pierde en el conteo de puntos. Esas son las reglas. No se gana por la cantidad de golpes de poder lanzados. Pero incluso en eso la apariencia volvió a engañarte: Pacquiao lanzó más golpes de poder (236 sobre 168), pero no fue el que más los conectó. Hasta en eso resultó perdedor (81 sobre 63 en favor de “Money”).

Los argumentos de que Mayweather corrió más o abrazó más a su rival resultan irrelevantes a la hora del conteo de puntos. Podés argumentar eso, pero no podés argumentar que “Money” lanzó (y conectó) menos golpes. Las estadísticas te lo refutan.

4) Insistís en tu culpabilidad

Por dejarte llevar por las emociones.

Sí, Mayweather es fanfarrón, antipático, el típico cae mal que pocas simpatías despierta. Y posee un defecto mayor: es millonario y esta pelea lo volvió aún más millonario todavía.

A nadie le gusta un millonario que alardea de sus millones.

Muchos queríamos que Pacquiao lo derrotara, pero no pudo ser. Y en una disciplina tan desprestigiada como el boxeo, donde tanto influye el show business y lo extra deportivo, lo ocurrido el sábado lava mucho la cara del deporte, a diferencia de lo que muchos están opinando, a diferencia de los que piensan que la pelea fue un timo, una estafa, un arreglo.

Muy por el contrario. La pelea no fue nada atractiva y eso dignifica al deporte, porque de haber existido algún arreglo mafioso de por medio, seguro nos hubieran dado un  espectáculo mejor. A excepción del cuarto y el sexto round, Manny Pacquiao fue incapaz de imponer sus condiciones. De haberlo hecho, quizás sí hubiéramos tenido la pelea que muchos queríamos, un combate lleno de más emociones.

Pero el que se impuso fue Mayweather… Él y su estilo, él y su estrategia, él y su exitosa manera de trabajar los combates.

No fue atractivo y quizás eso fue lo mejor para el deporte, aunque no para el show biz

Es tu culpa si no lo entendés.

5) Sos cinco veces culpable

Por seguir viviendo en 1988.

En ese año, Mike Tyson venció de manera convincente y espectacular a Larry Holmes y a Michael Spinks. Canal 4 transmitía en señal abierta aquellos combates y vos te enamoraste de aquello.

Pasado el tiempo, algún ¿genio? de la televisión abierta decidió que el único deporte rentable era el fútbol, entonces desaparecieron del registro salvadoreño la NBA, la MLB y, claro, también el boxeo.

El sábado pasado, en las redes sociales, muchos corrieron a buscar los videos de Mike Tyson en Youtube para clamar al cielo afirmaciones como: “Eso sí era boxeo”.

Desde entonces hasta la actualidad han pasado muchos boxeadores de gran calidad (Félix Tito Trinidad, Óscar de la Hoya, Lennox Lewis, Shane Mosley, Juan Manuel Márquez, Wladimir Klitschko, entre un largo etcétera), pero la televisión abierta salvadoreña no los ha grabado en la mente de su audiencia. Carlos “El Famoso” Hernández algo resucitó el interés en el deporte, pero pronto el furor volvió al sepulcro. Y justo en ese lapso crecieron Floyd Mayweather Junior y Manny Pacquiao, pero esa oscuridad en la televisión salvadoreña hizo que muchos no estuvieran al tanto del aporte de estos dos grandes boxeadores a la historia de este deporte.

Por eso el lema “Pelea del siglo” te parece ahora tan insípido.

Y sí, la pelea que la historia se merecía debió haber ocurrido hace cinco años, pero quizás hasta eso (el que no fuera así) fue un movimiento estratégico bien calculado por Mayweather.

Quizá esa parte de la culpabilidad sí habría que achacársela a él… Pero que sean seis razones de culpabilidad no suena muy bien que se diga. No suena redondo…

Dejémoslo en cinco razones.

Dejémoslo en que solo vos y cinco veces vos sos el culpable de que el sábado pasado te haya decepcionado “La pelea del siglo”.

*Imagen de portada por Wayne S. Grazio, Flickr, Licencia Creative Commons.

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