El tierno proceso del técnico Albert Roca con la selección de El Salvador tropezó con sus primeras piedras. Los meses de septiembre y octubre dejaron nombres nuevos y problemas viejos: un cuarto lugar en la Copa UNCAF y dos derrotas contra sudamericanos, incluida la agria goleada contra Ecuador.
La última imagen fue la peor y quizá la que defina rumbos. Al paso de Roca lo hirió nuestra vulnerabilidad frente al pressing ofensivo moderno. Y que nuestro arquero no es un líbero, que nuestro toque no carga el temple ni la precisión para tejer dominio constante. Que no vamos a adaptarnos sin tropiezos a su sistema.
Aquí, dos procesos para mezclar al mismo tiempo: el fútbol salvadoreño abrazando las ideas del entrenador, mientras el entrenador absorbe al fútbol salvadoreño. No es un guión lineal. Un seleccionador no llega a un país donde no ha vivido nunca para imponer de inmediato su argumento. Le toca conocer quiénes somos, y le tomará años. Se le pagará para aprender. Luego veremos.
Mientras el técnico pasa este curso, en la mesa quedan tres aspectos a estudio.
1) ¿Halló Roca a su 11 ideal?
No del todo. Hasta el partido contra Ecuador, el arquero Henry Hernández lucía fijo, en parte por sus reflejos notables contra España antes del Mundial y por una Copa Centroamericana sobria. Pero sus regalos en el último choque no dejan ileso su currículum. Lo mismo para la defensa, que no discute sus nombres (Mendoza, Molina y Renderos) como sus ajustes tácticos, y cómo los tres del fondo se mezclan con un Larín versátil, quizá demasiado lejos del área rival. En medio, Roca mantendría a Richard Menjívar con dos opciones de pareja: Darwin Cerén y Pablo Punyed. Adelante, Arturo Álvarez, Andrés Flores y Rafael Burgos esperarían la competencia por el puesto de “10” entre Marvin Monterrosa, Kevin Santamaría y Óscar Cerén. Por ahora, el casting es abierto y dinámico, y sufrirá cirugías de cara a la Copa Oro 2015.
2) ¿Cómo se adaptan los seleccionados militantes en ligas extranjeras?
Por ahora, nuestras estrellas en ligas gringas funcionan. Rafa Burgos y Richard Menjívar, ambos en la NASL, sobresalieron en septiembre-octubre. “El Ruso” Flores acabó lesionado, pero su nivel y liderazgo valen. Sobre los europeos, Álvarez y Punyed seguirían en lista, como los de ligas centroamericanas, Santamaría y Larín.
3) El factor “9”
La tribuna ladra por cada mano a mano errado, pero no tenemos argumento para quejarnos. Nuestro problema ancestral fue la falta de gol porque casi nunca fabricamos llegadas ideales. No se puede culpar a Burgos; su presencia en el área, su despliegue físico y espíritu sobresalen. Se trata de un problema histórico. Ni nuestras mejores selecciones históricas fueron prolíficas al ataque.
La próxima cita de la selección, en noviembre contra Panamá, sigue el proceso y dejará otro diagnóstico: la opinión de la afición nacional, pero la construcción del 11 no se puede basar en el ánimo de la tribuna, sino en el equilibrio entre las demandas del cuerpo técnico y las capacidades del recurso humano. Por ahora, con más preguntas que respuestas.
Opina