Kanye West y otras controversias que nos dejaron los Grammy

El domingo pasado se llevó a cabo la 57ª ceremonia de entrega de Premios Grammy, que condecoró a los artistas de la industria musical que más han agradado al gusto de los miembros votantes de la Academia Nacional de las Artes y las Ciencias durante el ejercicio del año 2014.

Aquí la lista de los ganadores en las principales categorías:

  • Grabación del año: “Stay With Me”, de Sam Smith.
  • Álbum del año: “Morning Phase”, de Beck.
  • Canción del año: “Stay With Me”, de Sam Smith.
  • Mejor artista nuevo: Sam Smith.
  • Mejor interpretación de pop (solo): “Happy”, de Pharrell Williams.
  • Mejor álbum de pop vocal: “In the Lonely Hour”, de Sam Smith.
  • Mejor interpretación de dúo de pop vocal: “Say Something” (A Great Big World y Christina Aguilera).
  • Mejor álbum de pop vocal tradicional: “Cheek To Cheek”, Lady Gaga y Tony Bennett.
  • Mejor álbum de música alternativa: “St. Vincent”, de St. Vincent.
  • Mejor álbum de rock: “Morning Phase”, de Beck.
  • Mejor canción de rock: “Ain’t It Fun”, Paramore.
  • Mejor video: “Happy”, Pharrell Williams.
  • Mejor interpretación de R&B: “Drunk In Love”, de Beyoncé y Jay-Z.
  • Mejor álbum urbano contemporáneo: “Girl”, Pharrell Williams.
  • Mejor álbum de dance/electrónico: “Syro”, de Aphex Twin.
  • Mejor grabación de dance: “Rather Be”, de Clean Bandit y Jess Glynne.
  • Mejor interpretación de rock: “Lazaretto”, Jack White.
  • Mejor álbum de música regional mexicana: “Mano a mano. Tangos a la manera de Vicente Fernández”, Vicente Fernández.
  • Mejor álbum tropical latino: “Más + Corazón profundo”, Carlos Vives.
  • Mejor álbum de blues: “Step Back”, Johnny Winter.
  • Mejor interpretación de metal: “The Last In Line”, Tenacious D.
  • Mejor ábum de rap: “The Marshall Mathers LP”, Eminem.

A continuación algunas de las controversias que nos dejó la premiación:

Kanye West es un maestro de la mercadotecnia y Beck debería estarle agradecido  

A esta altura ya sonará a cuento viejo contarles lo ocurrido y que terminó por atraer a los titulares principales de la prensa mundial: el rapero Kanye West actuó en dos ocasiones durante la gala, primero en solitario y luego en compañía de Sir Paul McCartney y Rihanna, pero nada de esto fue lo trascendental del mass media. Lo importante fue que West repitió su célebre desaire ante la decisión de la Academia de premiar a Beck –reconocido músico de corte alternativo aunque quizás no tanto para West– con el galardón como “Mejor Álbum del Año”, por su trabajo con el disco “Morning Phase”.

No es la primera vez que Kanye expresa de manera tan salvaje su desacuerdo con una premiación (en favor del enorme placer que le causan los videos y discos de Beyoncé). Ya Taylor Swift lo vivió en 2009, en una ceremonia de los MTV Video Music Awards.

La queja de West está basada en simple apreciación subjetiva. Él opina que el haber premiado a Beck con el mejor álbum del año es una decisión irrespetuosa para otros artistas, en especial, para Beyoncé.

“Si quieren que los verdaderos artistas vuelvan, tienen que dejar de jugar con nosotros, no vamos a jugar más con ellos […] Beck tiene que respetar el arte y tendría que haberle dado su premio a Beyoncé”

– Kanye West

Es posible que el rapero, ganador ya de 21 premios Grammy, tenga cierta razón en su argumento. “Morning Phase” no es precisamente el disco que vino a redimir a la música contemporánea. No es un disco muy vivaz o innovador. Al contrario. El disco es lento, desconcertantemente lento si se compara con las súper producciones digitales de la industria musical de tiempos modernos. All Music Guide lo describió como “un álbum lento y brillante, deliberadamente en la onda de los LPs clásicos del estilo cantante/compositor“.

¿Es el mejor disco del año? Eso es bastante debatible. Y no solo si se analiza también al autodenominado álbum de Beyoncé, sino también con los trabajos de Ed Sheeran, Sam Smith y Pharrell Williams, además de otros que no fueron nominados, pero que igual merecerían una consideración.. (¿Alguien dijo St. Vincent?)

El problema –que no es tan problema– es la manera en la que Kanye West manifestó su desacuerdo, sobre todo cuando ya existía un precedente. ¡Que Luis Suárez le recomienda a su psicólogo!

Las reacciones no se hicieron esperar, en especial, la carta abierta que le escribió Shirley Manson (cantante del famoso grupo Garbage):

“En tu intento de menospreciar un gran talento en favor de otro te burlas de todos los artistas y de toda la música de cualquier género, incluida la tuya”.

– Shirley Manson

Lo cierto es que en este episodio aplica aquello de que “no existe mala publicidad”. La polémica alrededor de Beck ha hecho que las ventas de su disco se hayan disparado al punto en que han aumentado en un masivo 1 mil 342 %, de acuerdo con el periódico The Guardian, ubicando a “Morning Phase” en el segundo lugar en las ventas de discos en Inglaterra, justo detrás del álbum debut de Sam Smith, el gran ganador de la ceremonia.

Así que en realidad es mucho lo que Beck debería agradecerle a Kanye West.

¿Su disco estaría recibiendo tanta atención de no ser por la polémica que desató el eterno defensor de Beyoncé?

Pese a haber ganado como Mejor Álbum del Año, me aventuro a opinar que la respuesta es… NO.

¿Y quién es el César de Roma?

Cesar de Roma

Con tanta controversia, seguro salta la pregunta: ¿quién decide quién gana y quién pierde?

Bien sabemos que en esto de la música, las apreciaciones subjetivas suelen primar en el juicio de muchos de nosotros –simples y terrenales amateurs–. Por eso es necesario aclarar que en los Grammy (presuntamente) no hay espacio para que gente ajena al circuito de los verdaderamente entendidos emita el sufragio, a diferencia de lo que suele pasar en otras prestigiosas premiaciones que también llaman la atención mundial. (*cof… cof… Balón de Oro… cof… cof…*).

La Academia está compuesta por más de 19 mil músicos, productores, ingenieros de grabación y otros profesionales. Pero no todos ellos votan. El sitio web de los Grammy aclara que para llegar a ser un miembro votante de la Academia, el músico debe tener un crédito de creativo o técnico con un mínimo de seis grabaciones en al menos una de las disciplinas en las que se vota; y además el álbum debe haber sido lanzado comercialmente en Estados Unidos.

Así es como esa lista infinita se reduce drásticamente. Y así es como realmente se limita a gente entendida en materia musical para que decida quién gana y quién pierde.

Aquí además la explicación de otros parámetros de votación:

“Los miembros solo pueden nominar candidatos y votar en sus campos de especialización. Los votantes reciben la confianza de que votarán objetivamente por el producto hasta la nominación, haciendo caso omiso de la información sobre las ventas de los discos, el rendimiento en las listas, el sesgo personal y las obligaciones con una empresa en particular o compañía discográfica. Los electores tienen cinco nominaciones para elegir en cada categoría y el candidato que reciba el mayor número de votos es el que gana el Premio Grammy”.

Como ven, se les pide que sean lo más objetivos posibles para crear la lista de nominados, y luego, a partir de ella, se vota nuevamente para obtener un ganador.

Por supuesto, la historia del premio está lleno de incuestionables injusticias u omisiones (*cof… cof… The Beatles… cof… cof…*). Pero esto es lo que hay… y lo que habrá.

Las discrepancias han llevado a que Los Simpsons constantemente hayan bromeado con el ¿valor? que le dan a esta presea:

 ¿Esto es lo mejor que el rock actual puede ofrecer?

Y vuelvo al disco de Beck.

“Morning Phase” no solo debería entrar en controversias por haber ganado en la categoría de Mejor Album del Año. También me parece controversial que se haya impuesto también en la categoría de Mejor Álbum de Rock, de la cual fue vencedor sobre otros nominados como The Black Keys, Ryan Adams y un par de leyendas como Tom Petty and the Heartbreakers y U2.

Quien me conozca bien sabrá que soy un desencantado de las propuestas que el rock nos viene dando en los últimos diez años (¿15? ¿Quizás 20?), pero basta con escuchar con mínima atención “Morning Phase” para notar que hay muy poco de rock en esa producción. Y sí, es necesario flexibilizar un poco los patrones y adoptar como rock a sonidos que quizás no son tan fieles a la pureza del género, pero la misma ceremonia dejó una impresión de artistas contemporáneos chupando sangre de las grandes leyendas del pasado: ACDC, Jeff Lynne (Electric Light Orchestra), Sir Paul McCartney, etc.

Y créanme: no soy el único que está en desacuerdo con el precepto de que Beck y Paramore (una banda con un sonido muy cercano al pop y ganadores de la categoría “Mejor canción de Rock”) son lo mejor que el rock actual tiene por ofrecer.

Al menos, la gente de la banda Trapt también opina lo mismo, tal y como lo dejaron claro en una publicación en su cuenta de Facebook:

“El hecho de que Paramore haya ganado un premio a la Mejor Canción de Rock y que Beck ganara como Mejor Álbum de Rock muestra que tiene que haber una conspiración dando vueltas por ahí para destruir la esencia de lo que se trata la música rock. El stablishment no quiere nada demasiado amenazante o en su cara para sacarlos de quicio; ellos sólo quieren que les hagas un guiño al pop punk adulto; o la electrónica, el indie folk y pensar que eso es ‘rock’…”.

– Trapt

Y hay mucho sentido en lo que Trapt –una banda que nunca ha sido siquiera nominada a un Grammy– apunta. La discusión en este sentido no es si el disco de Beck es bueno o es malo.  Más bien, la pregunta es: ¿”Morning Phase” es rock? ¿A qué le llamamos rock hoy en día?

¿Recuerdan cuando en 1988 la Academia añadió una categoría para las interpretaciones de Hard Rock y Heavy Metal en la 31º edición de los premios Grammy? Esa vez, Jethro Tull –que tiene tanto de Hard Rock y de Metal como Kanye West tiene de prudente y recatado– venció a Metallica (“…And Justice for All”), AC/DC (“Blow Up Your Video”), Iggy Pop (“Cold Metal”) y Jane’s Addiction (“Nothing’s Shocking”).

Como ven… Hay cosas que parecen no cambiar demasiado.

 Otras controversias

  • Algunos premios dejan cierta sospecha de que muchos de los votantes quizás no han escuchado a conciencia todos los discos nominados y se van por el “big name“. Por ejemplo, en la categoría Mejor Disco de Rock Latino Urbano o Álbum Alternativo, lo fácil es irse con Calle 13, pues su “marca” posee mejor sonoridad. Pero que hayan ganado ellos por “Multiviral” (uno de sus discos más deficientes), imponiéndose sobre “Vengo”, un trabajo excepcional de la chilena Ana Tijoux; o de “Bailar en la Cueva”, de Jorge Drexler, representa una absoluta injusticia.
  • Por favor. ¡Ya basta! Es hora de alejar al metal de los Grammy. Queda muy claro que este género musical no es muy comprendido por los votantes. Ya basta de ultrajarlo de esa manera tan salvaje. Sé que la mancha del caso Jethro Tull es imborrable (como también es imperdonable la vez que Nine Inch Nails se impuso en esta categoría sobre Megadeth)… Pero lo del 2014 ya es mala leche, ya parece que es con saña, con mala intención… ¿Cómo es posible que Tenacious D –un dúo cómico integrado por los comediantes/actores Jack Black y Kyle Gass–  haya vencido en la categoría de Mejor Performance de Metal sobre los trabajos de Motorhead, Slipknot, Anthrax y (¡sobre todo!) Mastodon? ¿Qué debemos esperar para el 2015? ¿Que lo gane Moderatto?

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#Música