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“Tengo como amantes a las palabras y al cine, pero mi mujer es la música”

Visto como un estribo trascendental en el desarrollo de la canción rock en Argentina, Fito Páez sostiene firme las riendas de una carrera artística prolija e inagotable. En estos días, el músico, cineasta, guionista y escritor argentino, se encuentra sumergido en una gira corta de conciertos en México, un país que suele alojarlo con la veneración que un artista de su condición merece. Él, por su parte, sabe retribuir el cariño mexicano con su mayor agradecimiento al premio de saber vivir… ¡Con música!

Por eso es que Fito decidió reunirse con la prensa mexicana para hablar sobre su actualidad artística. En una conferencia de prensa muy concurrida, el rosarino habló sobre muchas cosas, por ejemplo, de su último trabajo discográfico —”Locura total”, un encuentro Argentina/Brasil en colaboración con Paulinho Moska—, como también habló sobre la fuente de su inspiración, sobre sus facetas como escritor y cineasta… Y hasta tuvo palabras sobre la despenalización de la marihuana, un tema muy discutido en estos días en México.

Revista Factum tuvo la oportunidad de escucharlo e incluso de lanzarle una pregunta acerca de su análisis de la composición de algunos de sus mejores discos después de distintos momentos de crisis en su vida.

A continuación lo mejor que dejó Fito Páez en conferencia de prensa:


 Tomando en cuenta tu reciente trabajo con el brasileño Moska, y la recientemente colaboración del cantautor Omar Giammarco junto al brasileño Arthur de Faria, ¿crees que hay una tendencia de acercamiento entre la música argentina con la brasileña?

Mirá, no sé si se podrá hablar de una tendencia. Creo que hay muchos años… por lo menos en la Argentina…. una comunicación muy directa con las músicas populares. Y Brasil también es una máquina de arte muy poderosa, ¿no? Entonces sería muy saludable que se establezcan estos vínculos con Brasil. No sé si con estos trabajos alcanza para hablar sobre una tendencia, pero el disco que grabamos con Paulinho (Moska) va a acentuar más la larga cadena que tiene el vínculo de Brasil con el resto de América Latina.

En la extensa carrera de Fito Páez, ¿cuál crees que ha sido tu mejor momento?

El mejor momento es hoy… Ahora. Es el momento que estás viviendo.

¿Qué significa para ti la ciudad de Rosario?

Y Rosario es mi casa, el lugar donde nací. Eso ya está dentro de uno. Cada uno de nosotros tiene una casa donde nació y eso va a marcar tu vida para siempre, ¿no?

¿Podrías hablarnos un poco sobre tu actualidad como cineasta y si se verá un poco de ello en tus conciertos?

Mirá, casualmente uno es uno y sus circunstancias, ¿no? En los últimos tiempos estoy quitando material de audiovisual, digamos… ¿no? Me estoy concentrando mucho en la música y estoy tomando caja negra. Por supuesto que uno siempre tiene sus fantasías de armar el combo con imágenes y todo aquello, pero hay momentos en los que francamente, lo que hago, donde estoy concentrado es en la música. Y por otro lado casi te diría que es una decisión. A ver si podemos escuchar música sin tener que ver una imagen, ¿no? No es que reniegue de las imágenes, pero digamos que por el momento estoy concentrado en que la música se lleve la atención del concierto y de los corazones que van a los conciertos.

A tu juicio, Fito, ¿la locura es un mero cliché o es algo presente e incesante en el poeta y en el músico?

Mirá. Hace poco murió un gran artista argentino, que fue el Tato Pablovsky, un hombre del teatro y de la psiquiatría. Y él decía algo así como que había que entrar en la locura y había que saber salir de la locura, para no transformarse en un hombre que repita palabras de otros… Y, por supuesto, que es un tema largo. La locura no es opcional, es una situación de padecimiento, pero a lo que se dirigía Pablovsky con esta idea era que un artista necesita entrar ahí, necesita conocer… Y también necesita salirse, para no quedar atrapado y poder transmitir aquello, ¿no? Y no transformarse en una oveja… Esa es la idea.

Fito Páez vertical

Fito Páez posa en su encuentro con la prensa en México. Foto de Orus Villacorta.

 Tu disco anterior fue un tributo a Charly García… ¿Podrías hablarnos un poco sobre cómo está él en estos momentos?

Ok. El “Rock & Roll Revolution” fue un álbum que Charly me dictó, de alguna manera, por todo lo que yo aprendí de él.  Y está dedicado a él por esa fuerza tan presente desde la composición, la grabación y la mezcla del álbum. Eso no tiene que ver con su vida, digamos. Eso lo hizo él y yo tuve la suerte de poder montarme en eso, ¿no? Lo vi a Charly hace poco y está genial, estaba bien. Se está recuperando de una operación de cadera. Está de excelente humor y está haciendo un disco, no digo buenísimo, sino excelente. Así que hay buenas noticias sobre Charly, de Charly.

¿Cómo recuerdas tu primera visita a México y cómo han cambiado tus sensaciones de aquello si se compara aquello con la actualidad?

Mira, la primera vez que vinimos estábamos en el Festival de Varadero, en Cuba. Entonces Tania (Libertad) nos invita a tocar aquí (en México), en un concierto con la Maldita Vecindad. Estábamos en Cuba delirando y nos propuso la locura de tocar acá. Fue un concierto maravilloso. Ese fue el primer eslabón de 30 años de venir a tocar a México. Y casi diría que esta es mi casa, porque aquí tengo mis amigos, tengo mi historia aquí… Amo este lugar. Me siento querido, escuchado y me siento parte de la historia de la cultura del lugar. Te diría que cada vez es más largo el vínculo, cada vez es más pasional. Sentir las cosas que suceden aquí con la misma necesidad que sentís en tu barrio.

Alguna vez Andrés Calamaro comentó que México le regaló a él que en las fiestas populares se escuchará la versión en cumbia de su canción “Mil horas”. Enrique Bunbury también ha declarado que le sorprendió que un grupo de mariachis cantara sus canciones en Plaza Garibaldi… ¿A ti qué te ha regalado México?

Uuuuuhh… ¡No terminamos jamás! No sé… México me ha regalado a (Jaime) Sabines, me ha regalado la Revolución Mexicana, a Pancho Villa, Armando Manzanero… El primer mezcal inolvidable en Huatulco… No sé, muchos amigos.

¿Cuál es tu opinión acerca de la despenalización de la marihuana?

¿De la legalización? Creo que en cada lugar se piensa diferente. Hay diferentes teorías. Una es que se fuera la idea de la clandestinidad… Que eso Pepe Mujica lo está probando ahora bastante bien ahí en Uruguay, y le está funcionando bien. Y luego, pues hay otros que opinan que no hay que legalizar porque… no sé qué… Que los pibes van a consumir más… ¿Viste? ¡Disparates! Claramente, todo lo que es legal —en el sentido moral, que es lo que busca cierto sector conservador— va a ser más normal. Entonces creo que el que no quiere legalizar es porque tiene ciertos intereses muy claros ahí adentro. Entonces, estamos ya en el Siglo XXI como para seguir discutiendo esas cosas, ¿no? Es un poco antiguo todo eso.. ¡Hay que legalizarla, por supuesto!

¿Te considerás un hombre de izquierda?

Sí, yo creo que sí, creo que sí… Por supuesto que hoy hay muchos debates acerca de que ya se acabó la derecha y ya se terminó la izquierda… ¿Viste? Es difícil pensar en esos términos… De todas maneras, yo soy un hombre de la música y de las palabras y del cine, en todo caso.. ¡Ahhh! Y soy el padre de mis hijos, básicamente. Y bueno, de pronto sí me cae más simpática la gente de izquierda, sin ninguna duda.

¿Cuál es la diferencia creativa que encuentras entre tu práctica musical, de cine o escritura?

Mirá… es complicado hablar sobre eso. En un punto busquemos las cosas en común que hay, que son muchas… Por ejemplo, escribir el guión de la película sería como escribir las composiciones del álbum. O escribir los capítulos de una novela sería parecido a escribir las canciones de un disco. Después la idea de la grabación de un álbum se parece mucho a la filmación de una película. La idea de una mezcla es también similar a la edición. Entonces tienen muchas cosas similares y yo aprendí mucho de la música, que es mi mujer… Después tengo amantes, como la palabra y el cine, pero mi mujer es la música, que ya me deja salir de vez en cuando a emborracharme por ahí con otras chicas. Pero en realidad se parecen mucho las tres disciplinas, tienen mucho en común…

Hablando con muchos fans que siguen tu música y han seguido toda tu trayectoria, fans de verdad, de los que han seguido de corazón tu música, muchos me dicen que lo que más les ha gustado de tu producción ha sido lo que has creado a partir de los momentos más difíciles de tu vida. Por ejemplo, cuando llegó la tragedia a tu familia y creaste “Ciudad de pobres corazones” o más adelante, cuando publicaste “Naturaleza sangre”. ¿Qué pensás de esta manera de analizar tu música en donde a partir de lo difícil surge los que consideran como tus mejores discos?

Mirá… Yo sería un poco más salomónico con las cosas, ¿sabés? Justo los años frustran en eso… Eeeh, no es tan así. O en todo caso será así para ellos. Y en general uno siente siempre identificaciones muy personales con las músicas, con los cuadros o las pinturas o las películas… ¿Viste? Como cuando la gente dice: «No, es que esa película de Woody Allen… No sé qué… Y la otra es una genialidad… O Almodóvar y tal película…». Ehhh… Es difícil, ¿Viste? Porque son artistas que están atravesando una vida, están respirando a través de sus expresiones… Están haciéndose respirar y probablemente haciendo respirar a un montón de gente. Entonces creo que es un poco pretencioso, de parte de un oyente, decir que… Bueno, tal cosa le puede gustar más que otra. Lo que no se puede hacer es evaluar si está bien o está mal, porque eso en la música no existe. En las expresiones no existen…. La moral de que hay “una múúúúsica académica” y “la múúúúsica popular” ahí abajo. Jaja… ¿No? Todo eso… Son falacias, francamente. Igual me hace gracia… Eeeh… Les aconsejaría que la pasen bien al momento en que intenten hacer música, para que vean que también se disfruta mucho y que no todo es dolor. Y que el dolor no es el único camino para el goce, ¿no?

Hablando de tu faceta como filántropo, ¿qué has hecho en el beneficio de la gente de México o de tu país?

¡Ahhhh! No quiero decir esas cosas… ¿Sabés? Porque cuando veo a la gente haciéndose los bonitos, diciendo: «yo estuve haciendo esto o aquello», pues me repugnan, cuando van y cuentan sus cosas… Las cosas que hice o hago las manejo en silencio porque son una cosa íntima. Algunas fueron muy resonantes, también, pero bueno, ya estuvieron en los diarios y ya pasaron. Las otras cosas me parece que hay mantenerlas en estado de reserva, porque muchas veces se utilizan este tipo de situaciones filantrópicas para crear una buena imagen y así vender más discos.

Dentro de tu sensibilidad como artista, ¿cuál es tu sentimiento al respecto de los sucesos políticos lamentables que han ocurrido en México en los últimos tiempos?

A ver… Es una pregunta tendenciosa, te voy a decir… porque me estás metiendo dentro de una coyuntura muy específica. ¿Qué sentimiento voy a tener? Por supuesto que el de solidarizarme… Pero me parece que también son fenómenos muy complejos… Y pues, nunca me gustó cuando venían los extranjeros a Argentina y apoyaban a las causas nobles, ¿sabés? Luego se tomaban el avión y se iban. Entonces venían, hacían su prensa con la causa noble del lugar y se rajaban. Entonces hay que tener cuidado con eso. Con los pícaro hay que tener cuidado… jajaja. Eso… Así que estas cosas se hacen en soledad, ¿viste? En silencio… Las cosas públicas, en se sentido, son muy mentirosas y muy efectistas. En todo caso, los contactos más íntimos son contactos más reales, y a partir de ahí sí podes tener una conexión real con algún fenómeno dramático de algún lugar o país del mundo.

Fito Páez, contestando distintas preguntas con muy buen ánimo en México DF. Foto de Orus Villacorta.

Fito Páez, contestando distintas preguntas con muy buen ánimo en México DF. Foto de Orus Villacorta.

En el aspecto literario o cinematográfico, ¿qué podemos esperar? ¿Vienen cosas nuevas?

Sí, vienen varias cosas por ahí. Acabamos de terminar un guión con Matías Gueilburt, que será el co-director del próximo filme, que se va a llamar “Novela”, y que posiblemente lo filmemos el año que viene. Eso por el lado de los filmes. Y después… Estoy escribiendo los diarios de toda la gira de este año, de todo el 2015, así que se está armando algo, posiblemente esto acabe en un libro.

¿Qué es para ti el silencio? ¿Qué es lo que escuchas o en qué te inspiras con el silencio en tus canciones?

A ver, el silencio lo es todo en un sentido, porque lo que uno hace cuando se sienta al piano es invadir al silencio. Es un territorio donde vos llegás con tus notas, con tus ideas, y el silencio te dice: «¡Hey! ¿Qué estás haciendo acá?». Entonces cada vez hay más respeto por el silencio. O ni siquiera respeto, porque el silencio es como la muerte en cierta medida, ¿no? Es poderoso, es omnipresente… Entonces hay que aprender a escuchar al silencio y la mejor manera que tenés de vincularte con él es estando en silencio.  Y en algún momento parece aquello imprevisible que se torna necesario. Así que sí, el silencio es todo… incluso en la escritura. En todas las expresiones, me parece, ¿no? El swing es lo que se crea entre nota y nota. En ese silencio está el swing, tu decisión, tu manera de estar arriba del piano o de las cosas. ¡Así que bienvenidos al silencio! Jajaja…

¿Y qué música estás escuchando en este momento?

Ahorita estoy con todo lo de 1700. Estoy con Haydn, con Mozart, con Beethoven, con Bach, con Mahler… Estoy escuchando a Bernstein, a Barenboim… Estoy como medio obsesionado con eso, como intentando ahí parar el oído… Bueno, hace años, no es de ahora… Pero se ve que me quedé ahí, cuando me levanto es lo primero que pongo. Incluso si querés un momento medio tenso, entonces te ponés un Stravinsky, te ponés una tensión dura ahí, ¿no? Te ponés un Varese… ¿no?