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Adrenalina: un regreso que se fraguó por la nostalgia de la necedad

Dos de los integrantes del grupo de rock Adrenalina, Moisés Anaya y Carlos Galicia, concedieron una larga entrevista con Revista Factum. En la primera parte de la charla que a continuación compartimos, hablamos con ellos acerca de cómo se gestó su regreso, quince años después de haberse despedido sin haber tenido la cortesía de decir “adiós”.


Los reencuentros no se caracterizan por ser cómodos. Cuando Moisés Anaya y Carlos Walter —dos tipos con notorias carencias comunicativas— fueron a tomarse un café al Shaw’s que está frente al Pricemart de Santa Elena, ambos sabían que el muro de hielo que por quince años se había erigido frente a ellos y que había interrumpido una fuerte amistad, podía derrumbarse. Claro, antes debían superar sus issues. El primer paso lo dio Moisés. Platicaron. Hablaron sobre la familia y aterrizaron en el tema de Adrenalina, la banda de rock que décadas atrás formaron con otros amigos y con la que le pusieron un sello imborrable a la historia del rock salvadoreño. Carlos se desahogó y dijo cómo se sentía por cosas que él pensaba que Moisés había dicho. Moisés le afirmó que esas cosas no eran ciertas. Aclararon esos puntos y al día siguiente se reunieron en una bodega ubicada en el Plan de la Laguna. Ahí se reencontraron dos amigos que con palabras no se comunicaban tan bien como con instrumentos musicales. Ahí montaron un jamming de funk, jazz y R&B que duró cuatro horas. Les acompañó Octavio Salmán en batería. Y así, con Moisés al bajo y Carlos Walter en la guitarra, el trío montó la base para el regreso de Adrenalina, aunque en ese momento no pensaran en reencuentros al estilo Menudo, sino más bien como una simple improvisación musical. Aprovecharon para grabar aquella sesión y se dieron cuenta de que old habits die hard. Terminaron con diez demos bajo el brazo, volviendo a crear música. Y aquello fue la semilla de lo que hoy es “El Nues”, el disco que esta semana volvió a colocarlos como banda activa entre una escena que, pareciera, nunca aprendió a trascenderlos.

Pero si bien ambos son esenciales en la existencia de la banda, Adrenalina es mucho más que Moisés, Carlos Walter y las memorias de la Escuela Alemana. Por este colectivo de irreverencia pasaron algunos de los músicos más insistentes y llenos de talento que tuvo una generación que aún se recuerda con nostalgia. Esa era una banda con personajes dispares que, de alguna manera que ni ellos mismos saben explicar bien, remaban en sincronía para perseguir un sueño que terminaría por disiparse.

Por ahí pasó Hugo Fajardo, que era baterista, rapero, percusionista y hasta saltimbanqui cuando así lo quería; pasó Aarón Sztarkman y su colección de camisetas de equipos de fútbol; pasaron Quique Torres, Gerardo Sibrián, Roberto Mora, Leonel López, Keith Sánchez y David Mendez, con etapas diversas, algunas errantes, otra efímeras y otras muy efímeras. Y también participaron Raúl Lara y Carlos Galicia, cuya amistad se sostuvo a pesar del tiempo transcurrido. Ellos vivieron uno de los momentos más difíciles del grupo, a comienzos del nuevo siglo, cuando ambos fueron cortados de Adrenalina.

Esa es la banda que ha regresado. Y lo ha hecho en la comodidad del placer que les provoca hacer lo que más les gusta: producir canciones, aunque ya no haya mucho espacio para tocarlas en vivo. Más allá de la motivación por volver a tarimas, Adrenalina afirma que el interés de su regreso radica en la creación de nueva música. “Tenemos bien claro que no existe la banda”, sentencia Moisés Anaya. “A estas alturas del partido, para nosotros, hacer conciertos es lo más complicado. Y ser ‘true’, en el sentido estricto de la palabra, para los fans que quieren ver nuevamente una alineación completa de Adrenalina… Eso no va a pasar”, agrega Carlos Galicia, sabiendo que la mitad de la banda está repartida por distintos países del mundo.

Eso y mucho más dijeron Anaya y Galicia en la siguiente entrevista que le concedieron a Factum, cuya primera parte reproducimos a continuación:


Me gustaría comenzar esta entrevista pensando en ciclos, identificando el ciclo que se cerró luego de un concierto en La Luna (Casa y Arte), en el que –al parecer– se pelearon y, sin despedidas, no hubo más Adrenalina. ¿Eso fue así? ¿Realmente ocurrió? Y lo pregunto porque aquel fue el final de varios ciclos en la historia de la banda. Para entonces, el grupo ya no incluía ni a Carlos Galicia ni a Raúl Lara.

Moisés: Para esa etapa… estás hablando… ¿del 2000… del 2002? No fue pelea… Te lo prometo que no fue pelea, sino que era tan obvio que ya no íbamos a volver a tocar juntos que ni siquiera se discutió. No crees que fue de: «Te odio… ¡maldito!». No, para nada.

Galicia: O que se haya puesto sobre la mesa aquello de: «Hey… Este es el último toque».

Moisés: No, nada que ver. Para que veas lo bien que nos llevamos –inclusive después de ese toque–, yo hice un disco después, con Carlos Walter, que se llamó “Quixote” y que nunca lo sacamos, ni nada… Muy bueno, por cierto. Buen material. Y lo trabajamos durante años…

Entonces esa “obviedad” de la que estás hablando quizás no era tan obvia, porque si se sabía que aquel era el último toque de Adrenalina era porque ya estaban hartos… cansados…

Moisés: Ya estábamos hartos de hacer música y esfuerzos juntos. Es que una de las cosas que sí quisiera dejar bien claro con Adrenalina es que, inclusive ayer salió un blog bien chiquito… Creo que “Rock y más” se llama… en el que sacaron las “25 mejores canciones de la historia del rock (salvadoreño)”… Y no estoy de acuerdo ni con la mitad siquiera. Pero esas huellas chiquitas, medianas, grandes… lo que sea… eran logradas porque los cinco, cuatro, seis que estuvimos en Adrenalina éramos los cinco, cuatro, seis más necios en la escena nacional. ¡Es la única razón! No existe otra razón. O sea: no es porque Carlos Walter sea guapo; no era porque yo había estudiado Administración de Empresas; no era porque era la mejor música… No éramos los mejores músicos. ¡Hey! Hay mejores guitarristas, mejores bateristas, mejores bajistas. ¡Todo! Lo que querrás…

Galicia: Mejores bandas…

Moisés: Sí, mejores bandas… Pero personas más necias…. y más…

Galicia: “Dedicadas”, diría yo.

Moisés: En inglés hay una palabra: “Driven”. Es más, es algo negativo. Te lo estoy aceptando. Es bien negativo, porque la gente no quiere mucho a este tipo de persona. Y precisamente porque éramos necios –¡pero necios!– es que se lograron cosas. No es porque: «Wow… ¡Qué talento!». La música que tocamos, ya sea con Carlos (Walter), sin Carlos, durante o después, no es muy popular que digamos. Hey, en nuestras canciones hablábamos desde sexo anal hasta anticatolicismo del más extremo… ¿Y eso me querés decir que iba a lograr cosas? No, para nada. Lo que logró eso fue la necedad de todos los que estábamos en Adrenalina. Es difícil de creer que alguien como (Hugo) Fajardo, es decir, alguien que vos decís… pasa una mosca, y ya pierde la atención… ¡Pero es de las personas más necias y trabajadoras que te podes imaginar!

Galicia: En ese sentido… eso es cierto…

Moisés: Ese tipo, ahí donde lo ves, a la hora de sentarse y escribir letras, no se levanta hasta que terminaba. Y luego hay que cargar cosas, él te dice: «OK. Démosle».

Para terminar de entender lo del final, supongo que aquello fue un proceso de sus vidas personales, porque pasaron quince años y…

Moisés: ¡Por supuesto!

… donde otras bandas, con mucha anticipación, hubieran limado asperezas, hubieran platicado y se hubieran puesto de acuerdo para volver a tocar juntos. A ustedes les tomó quince años…

Moisés: Pero no te estoy mintiendo cuando te digo que era obvio. Subrrayalo, en comillas, neón, en negritas: ¡Era obvio que ya no íbamos a hacer música juntos! Al menos ese siguiente año… Y de ahí, de un año pasamos a dos, tres, cinco, seis… Y ya, quince años después, una de las cosas que se dieron es que… Carlos (Walter) era bien cercano a Aarón (Sztarkman). Ellos siguieron su amistad y todo eso. Yo no soy la mejor persona a la hora de mantener una relación. No soy la persona idónea a la hora de comunicarse […] A eso agrégale que mi generación no nació con el internet y el Messenger y todo eso… A mí me costó agregarme. Hasta la fecha no tengo Facebook. Hay gente a la que se le hace más fácil. Entonces agrégale que tres, cuatro personas de la banda viven en el extranjero… ¡Y yo no soy bueno manteniendo relaciones!

Galicia: No, mirá. Una cosa que te puedo decir sobre eso es que hubo un momento en el que creo que todos estábamos tan enfocados en la banda que… ¡La onda era la banda! Y comíamos juntos, viajábamos juntos, pasábamos los fines de semana juntos…

Moisés: También eso que están pensando… También… (Bromea)

Galicia: Eeeh… Posiblemente… Entonces creo que, por lo menos en mi caso, cuando se terminó Adrenalina, de repente me di cuenta de que me había dedicado a eso y a nada más que eso. Y entonces, para mí fue un proceso completamente natural comenzar a ver qué más había. O sea, ¿qué es lo que se tenía que hacer después de vivir 24/7 para Adrenalina?

Pero cuando decís “después” es siempre relacionado a la música, porque luego armaste otra banda que se llamó Protocolo 2, ¿no?

Galicia: Ahh… por eso, pero es que Protocolo 2 fue el proceso de sanación… de buscar pegarse al sueño y todo… Y que Raúl (Lara) y yo teníamos ganas de seguir haciendo música. De hecho, aquel proyecto funcionó para nosotros en ese sentido, como un catalizador de lo que hacía falta. Pero, al mismo tiempo era como: «¿Y entonces? ¿En lugar de esto qué hay?». Entonces yo creo que también para todos fue el momento de decir: «No… Ya estamos grandes».

Como asumir otro proceso de la vida…

Galicia: Ajá… Hay que dedicarse a tu carrera… ¡A ser adulto!

Moisés: Pero cuando terminamos ese último show en La Luna, nunca más… Ni se volvió a discutir. Es más, te lo prometo: nunca más volvimos a tocar el tema Adrenalina. Nunca más. Hasta quince años después… Al menos en mi persona.

Mmm… pero entre esos quince años yo recuerdo que hubo uno que otro toque en Washington DC, aunque no estaban completos… ¿No fue así?

Moisés: ¡Exacto! Sí hubo mini-intentos. ¡Y era por culpa de Luis Ayala!

¿O sea que había otras personas que estaba más interesadas en volverlos a juntar y no ustedes mismos?

Moisés: Te prometo que esos shows lo único que causaron fue divertirnos ese fin de semana y, a la vez, recalcarnos: «Esto está más que muerto».

Algo drástico cambió entonces, para que ahorita estén de nuevo empilados… ¿Qué fue?

Moisés: Sí. Eso es bien bonito. Fijate que, a pesar de que no llevo la mejor de mis relaciones –por mi forma de ser–, el respeto siempre ha existido. O sea, Fajardo no es el mejor batero… ¡pero el groove que tiene!

Galicia: ¡No se lo quita nadie!

Moisés: Y así cada uno…

Galicia: Es ese saber de que, si te juntás con estos tipos a hacer una canción, la canción va a ser buena. O por lo menos vas a quedar completamente satisfecho con el resultado… le guste a la gente o no; lo hagás por eso o no. Yo creo que es una de las partes más importantes de poder decidirte a seguir haciendo música. Porque yo creo que nadie estaba con la idea de: «¡El regreso de Adrenalina va a ser impresionante y vamos a…!». No, fue más bien: «¡Hey! ¡Hagamos rolas!»

Moisés: Yo con la única persona (de la banda) con la que mantuve una relación fue con Aarón. Fue la única.

Galicia: De hecho, creo que Aarón es la pegatina de todo esto.

Moisés: Sí. Creo que Aarón es la pega. Él es la pega, porque le habla a todos. Aarón hasta trabajó conmigo, en la oficina. Y nunca dejamos de hablar. Fueron quince años en donde, te repito, por X-Y-Z razón, issues personales, o tonteras, tal vez me daba miedo de comunicarme con gente. Carlos (Galicia) y Carlos Walter hicieron un par de shows acústicos a los cuales ni me llamaron.

Galicia: ¡Aarón me dijo que sí! Jajajaja…

Moisés: ¡Ni me llamaron!

Galicia: Y eso fue chistoso, porque ni siquiera se planeó: «Hey, vamos a hacer un toque de Adrenalina». Sino que Carlos (Walter) me escribe y me dice: «Mirá, voy a estar allá. ¡Hagamos algo!». Pero yo… ¿Covers? Creo que me puedo diez… ¡Y mal!

¿Eso fue hace cuánto?

Moisés: En Taberu, hace cuatro o cinco años… Y a mí ni me invitaron.

Galicia: ¡Aarón me dijo que sí! ¡Ja!

¿Y no sentiste feo? «¡Ve… aquellos están tocando juntos y a mí ni me llamaron!»…

Moisés: No, porque año tras año, sí, algo tenía bien claro. Vaya: «Si vamos a hacer algo de Adrenalina tiene que ser bien hecho». Si no, no. Esa fue mi única condición: « Si no lo vamos a hacer bien, ¡no lo hagamos!». ¿Para qué?

Galicia: De hecho, los toques ni se planearon. Yo creo que ensayamos una o dos veces. Cuando Carlos (Walter) me dijo, a mí lo único que se me ocurrió fue: «Bueno, si tocamos las canciones de la banda, ahí sí podemos hacer algo». Entonces aquel accedió. Yo armé una fecha en Taberu; Raúl (Lara) consiguió otra fecha en Republik… ¡Y sorpresa! La gente llegó.

Moisés: Pero para que entendás el nivel de “Ya no Adrenalina”… Raúl organizó uno de esos shows… ¡Y él no fue a tocar a uno de los shows!

Galicia: Ajá… al siguiente (show) aquel tenía un viaje con la familia y me dijo: «Mirá, no puedo tocar porque ya tengo el viaje organizado con mi familia».

Moisés: ¿Qué banda hace eso? O sea… Jajaja.

Galicia: Entonces tuvimos que reforzar con un par de guitarristas más para sacar el toque. Igual la gente llegó, la gente cantó… Al final, no creo que haya importado tanto cuántos o quiénes éramos los que estábamos tocando, sino que la gente siempre le tuvo cariño a las canciones.

Moisés: Pero sí… Sí me di cuenta. Y la gente me preguntaba: «Hey… ¿No te dijeron?». Y yo: «No, fijate que no me llamaron». Pero entonces me di cuenta: «Hey… ¡Todavía les gusta interpretar la música de Adrenalina!». Yo tenía quince años de no hablar con Carlos Walter. Y fue mi brother… O sea… ¡Mi brother! Pero él tiene cuatro hijos, vive en Wisconsin, es ingeniero para General Electric… ¡Tiene otra vida!

Galicia: Todos tenemos otra vida…

Moisés: Y yo otra vida… Él también tiene sus problemas para comunicarse… Y yo también… Entonces, dos más dos. Pero en eso… Aarón –volvemos a lo mismo–, me dijo: «Hey, ahí anda Carlos Walter en El Salvador». Vine yo y, no me preguntés de dónde, pero le dije: «Mirá… Dame el teléfono. O, ¿sabés qué? Mejor hacé vos de conecte. Preguntale si me quiere ver». Loco, así, como si fuéramos culos.

Y como si se hubieran peleado…

Moisés: Uno… Y dos, como si fuéramos mujeres, así de viejas… de «decile que… a ver si…». Y aquel le pregunta a Carlos y él mandó a decir que sí. Entonces lo fui a traer a la casa de los suegros de él…

Entonces me estás diciendo que de vos salió el primer intento de reencontrarse…

Moisés: Sí, pero te repito, fue por verlos a ellos que querían seguir tocando música de Adrenalina. Yo pensaba que a todos les valía un poquito menos que madre la música de Adrenalina.

A ver, pero yo recuerdo que, cuando salieron (de la banda) Lara y Galicia, las cosas no estaban bien…

Moisés: ¡Estaban re-mal!

Recuerdo que yo trabajaba en Planeta Alternativo cuando ustedes llegaron a presentar al Mora (del grupo chapín Extinción) como el nuevo cantante… y las cosas estaban mal en la banda…

Moisés: ¡Re mal!

Tuvo que haber un proceso de sanación entre ustedes dos…

Moisés: Hasta ahorita… quince años después.

Galicia: Sí, pero lo que pasa es que tampoco nadie se ha sentado a lamerse las heridas, a pedirse perdón…

Moisés: Sí, esa novela no sucedió.

Galicia: Eso no ha pasado.

Yo les estoy planteando cómo lo lee alguien de afuera, alguien que les haya seguido la trayectoria, alguien que se habría quedado con la idea: «¡Ahh! ¡Estos terminaron peleados!».

Galicia: Bueno, pues en cierta forma… Raúl (Lara) y yo no nos fuimos felices, pues. ¡Nos sacaron de la banda! Y las razones que hayan sido… ¡fueron hace quince años, loco!

Moisés: ¡Exacto!

Galicia: Eso fue como a la hora de decir: «Vaya… ¡Vamos a hacer canciones!». Sin ver lo que podía resultar. Era, más bien solamente: «Vamos a hacer canciones». No más.

Moisés: Es más, quien tomó la decisión de invitar a Galicia fui yo.

Galicia: De hecho, cuando Carlos Walter vino, yo medio le dije: «Mirá, yo estoy haciendo algo (de música solista). ¿Por qué no hacemos algo?». Y me dijo que él se había ido a meter con Moisés e hicieron un par de cosas ahí… Entonces, bueno, dije: «Hasta ahí». Y al rato me habla Aarón para decirme que Moisés había preguntado que por qué no volvíamos.

Moisés: Es lo que te digo… No es “peleados”, si no…

¿Distanciados?

Moisés: ¡No! ¡Problemas psicológicos! Hey… si yo no estoy dando excusas. Te estoy diciendo: yo tengo issues de comunicación. Eso te lo acepto. Es más… tocaste ahí… ¿Raúl Lara? También fue invitado para esto […] El segundo lugar de los momentos más satisfactorios a la hora de volver a tocar fue cuando le dije a Aarón: «Hey, ¿por qué no le decís a Galicia… y le decís a Raúl (Lara). Yo no tengo ningún pedo (con ellos)». Aquel me dijo: «¿¿¿En serio???». Así se dio el momento de satisfacción de trabajar melodías, letras y estructura… Carlos (Galicia) y yo. Que para serte sincero, nunca lo habíamos hecho. El método de este disco fue diferente, porque antes nos metíamos al estudio y “a ver qué sale”. Y salía un merengue, un cha cha chá, un metal, una canción de Daniel Rucks… Nunca entramos a un estudio de grabaciones sabiendo qué íbamos a hacer. Esta es la primera vez, y más o menos, porque con Galicia nos sentamos a hacer una ‘disque’ pre-producción.


LEA LA PRÓXIMA SEMANA LA SEGUNDA PARTE DE ESTA ENTREVISTA