“Gore” (de Deftones), un intenso filme sobre la violencia y la madurez

Finalmente fue publicado el octavo disco de estudio de la banda californiana Deftones: “Gore” (2016). Algunos de sus fanáticos están satisfechos, otros no tanto. La prensa especializada publicó reseñas positivas sobre este, incluso antes de su lanzamiento oficial. Actualmente Metacritic, el sitio que promedia las calificaciones de publicaciones internacionales, le otorga 82/100.


A esta banda se le toma en serio, por eso sus álbumes provocan discusiones. No pasan sin pena ni gloria, como la mayoría de trabajos lanzados recientemente por sus congeneracionales, es decir, por los grupos surgidos en esa etapa oscura de la música –léase “oscura” como peyorativo– llamada nü metal.

Root

La etiqueta de nü metal siempre fue exigua para Deftones, desde su primera producción, “Adrenaline” (1995). Si bien en su catálogo cuentan con un par de canciones que podrían ser catalogadas así, siempre llevaron más allá su música. Esquivando las recetas de moda en busca de la experimentación controlada. O sea, reinventándose sin perder ese factor indescriptible que los vuelve únicos.

Con un espíritu más cercano al hardcore que al metal y con una curiosa sensibilidad pop, Deftones ha sostenido una carrera ejemplar. Sin giros bruscos, han llevado a los seguidores de la rabia de sus primeras producciones a atmósferas musicales bastante densas en sus últimos trabajos. La bisagra… la pieza clave para esto fue “White Pony” (2000).

A los antecedentes de “Gore” hay que agregar el fallecimiento de Chi Cheng, bajista de la banda, en abril de 2013, tras haber estado en coma desde noviembre de 2008. Además de provocar la única alternación, a la fecha, de la alineación original de la banda desde su disco debut, Cheng era fundamental en el sonido de Deftones.

Change (in the house of flies)

Pese a esto, y con un nuevo bajista, Sergio Vega, resurgieron en 2010 con “Diamond Eyes” e iniciaron un ciclo de coqueteo más explícito con el post metal.

Parte de la explicación de este sonido está en los últimos dos proyectos paralelos de su vocalista, Chino Moreno: Crosses (estilizado †††), de electronic y darkwave; y Palms, de post rock y post metal.

Mediado por esto, Chino Moreno, acompañado de Sergio Vega, Stephen Carpenter (guitarra líder), Frank Delgado (teclados y tornamesas) y Abe Cunningham (batería), cierra el triángulo equilátero compuesto por los discos: “Diamond Eyes”, “Koi No Yokan” (2012) y “Gore”.

Gore

“Gore”, título ad hoc para 11 canciones que transitan pasajes grotescos y oscuros, en algunos casos líricamente y en otros musicalmente. La violencia también está presente, a veces de forma evidente, otras sutilmente. En su cuenta en Twitter, Moreno bromeó con el nombre del disco al insinuar que está inspirado en el cerebro de la banda Depeche Mode: Martin Gore.

Lo sencillos liberados antes de su publicación fueron tres: “Prayers/Triangles”, “Doomed User” y “Hearts/Wires”. De estos, el único que brilla por sí mismo es el tercero. Los otros dos no decepcionaban pero tampoco impactaban. Sin embargo, al escucharlos dentro del álbum logran sentido completo.

La producción abre con “Prayers/Triangles”, la distorsión inicial nos remonta a la era del “Around the Fur” (1997) pero inmediatamente nos trae al presente al cambiar a voces y guitarras limpias, intercalada con las distorsiones en el coro y el cierre. El ambiente sigue enrareciéndose con “Acid Hologram”, una de las canciones más destacadas del álbum. El sonido bastante stoner, mezclado con el trabajo de Frank Delgado. Capas lentas, pesadas, de fondo azul. La voz por momentos parece la de un zombi saliendo de un ataúd. 

El disco continúa con “Doomed User”, que cambia radicalmente el mood. La canción parece algún lado b del “Diamond Eyes”. Sin novedad, pero sirve para que el oyente llegue a salvo a “Geometric Headdress”, donde la batería hace honor al título de la pista, con una precisión matemática, mientras el resto de instrumentos siguen el rastro dejado por la voz, hasta en sus estallidos.

Lo recomendable sería hacer una pausa para digerir la hermosa pieza que sigue: “Hearts/Wires”. La introducción dura poco más de minuto y medio, fácilmente podría formar parte de una canción de blackgaze. Moreno permea su estado anímico a cada palabra cantada, a cada silencio.

“Pittura Infamante” hace la tregua más accesible, con un acento menos denso, más transitoria, aunque no suelta el cable de tensión. Igual papel juega “Xenon”. Pero luego “(L)MIRL” nos da otro juego de sonidos para otra memorable introducción en donde todo está puesto a favor de la armonía, hasta los gritos.

Llega otro de los momentos cúspide del álbum con la pista que le da nombre: “Gore”. La ejecución es impecable, nuevamente la batería acapara la atención y Chino demuestra que este título tampoco es gratuito. Las bombas sonoras explotan cuando deben, cuando el escucha está atrapado, observando el paisaje. 

En un disco tan oscuro no podía faltar un representante de Alice in Chains. La melodía va abriendo paso para que Jerry Cantrell entre en escena con su guitarra y guíe el camino mientras confirma que su sonido es marca registrada. Este corte,”Phantom Bride”, es un afortunado capricho de la historia.

Finalmente llegamos a “Rubicon” que da cátedra de cómo se cierra un álbum, tal y como Deftones sabe hacerlo desde “Adrenaline”, cuando pusieron el punto final (oficial) con el tema “Fireal”.

La canción es perfecta para que aparezcan los créditos de esta pieza del cine gore donde el público debe notar el nombre de Matt Hyde, el productor de este álbum, que también ha trabajado con Hatebreed y Slayer. Hyde evidentemente entendió el concepto y lo llevó al punto de ebullición.

Headup

Deftones es una banda de cuarentañeros que sigue huyendo de su zona de confort. Como adultos que son, tampoco saltan al vacío. “Gore” es la nueva pieza de un rompecabezas que probablemente dentro de unas décadas explicará varias ramificaciones subterráneas y alternativas del rock.

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