Gallegos: “Jamás voy a estar de acuerdo con que grupos terroristas participen en un acuerdo de paz”

El diputado Guillermo Gallegos no cree que sea correcto que dentro de los nuevos acuerdos de paz que anunció el presidente Salvador Sánchez Cerén, y que respalda la ONU, se incluya a las pandillas. Para este dirigente del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana), y presidente de la Asamblea Legislativa, el único ofrecimiento que puede haber para las pandillas es cárcel, con penas más severas e incluso, como lo ha repetido en cuanta intervención hace en el tema de seguridad, la pena de muerte.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


Gallegos incluso asegura que él se retiraría de las negociaciones, como presidente de la Asamblea Legislativa, si nota la intención de que se incluya a las pandillas como propuesta de cualquier sector que va a integrar la mesa de donde resultará lo que el presidente Sánchez Cerén ha dado por llamar “segunda generación de acuerdos de paz”.

La paz que se busca, en la visión de este diputado, es una paz social en la que se termine la polarización político-ideológica en la sociedad. Gallegos descarta la búsqueda de la paz con quienes son actores principales en el escenario de una nueva guerra que se ha desatado en las calles y que se cobra la vida de pandilleros, policías, soldados y personas que no tienen relación con ninguno de ellos.

¿A qué le suena todo el nombre “segunda generación de acuerdos de paz”?

Este es un acuerdo de paz que debe de buscarse entre la misma sociedad salvadoreña, entendiendo esta sociedad como actores políticos, económicos, religiosos, empresariales, sindicales. Es decir, tratar de derribar lo que hemos venido cultivando producto de una mala herencia de los Acuerdos de Paz, que es la polarización. Creo que el presidente Salvador Sánchez Cerén, cuando hace esta invitación, hace referencia, pues, a que estos acuerdos de paz sean para derribar la polarización estéril que hay en nuestro país.

¿Y el término “paz”? Para usted, ¿paz con quién?

Paz social y paz política, que es lo que nos falta a nosotros como país. Entonces, se refiere a eso justamente, a paz para derribar la polarización a la cual estamos sometidos diariamente.

Ya tuvimos a la Organización de Estados Americanos (OEA) apoyando un proceso de pacificación pero que la administración del ex presidente Mauricio Funes lo convirtió en una tregua entre las pandillas y el gobierno. ¿Qué de diferente percibe usted en este nuevo proceso que va a buscar acuerdos nacionales y que está especialmente respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU)?

Nosotros damos la bienvenida a este delegado, el señor Benito Andión. Lo recibimos con todo gusto. Lo que sí es importante hacer notar es que, cuando hablamos de una segunda generación de acuerdos de paz, aquí no estamos involucrando grupos al margen de la ley, entendidos estos como narcotraficantes, pandilleros terroristas, este tipo de grupos de la sociedad no entran en esta negociación. Yo descarto cualquier intención que se tenga. Es más, conmigo, como presidente de la Asamblea Legislativa, no contarían si es que se deciden convocar a este tipo de sujetos a una mesa de negociación. Yo me retiro de inmediato de esa mesa. A ellos lo que les toca es pagar con la ley y afrontar la justicia por todos los delitos que han cometido.

¿Entonces usted, el presidente de la Asamblea Legislativa, no está de acuerdo en que las pandillas posiblemente integren la mesa para buscar nuevos acuerdos de paz?

Jamás estaré de acuerdo con que grupos terroristas que han causado tanto daño puedan participar en un proceso de acuerdos de paz de segunda generación. No me parece a mí que eso sea correcto.

En el tema de seguridad, ONU siempre ha apostado más a dos pilares: prevención y reinserción. Usted, su discurso político, se centra con acento en la represión. Incluso lo hemos oído hablar de pena de muerte. ¿Cómo su discurso puede encajar en apuestas por la prevención y reinserción?

Yo sostengo y reitero que para los pandilleros terroristas hay que aplicarles represión, penas fuertes, sanciones drásticas y, si fuera posible, la pena de muerte, con la cual yo estoy de acuerdo para estos sujetos que causan tanto dolor y sufrimiento para los salvadoreños. Sin embargo, creo en la prevención y en la rehabilitación y reinserción, pero en otro sector de la delincuencia. Creo en la prevención para menores de edad, niños, jóvenes que no han entrado a las pandillas. Y a ellos les vamos a proponer y a proporcionar todo lo que podamos según nuestras capacidades. Y en la rehabilitación y reinserción, yo no hablo de pandilleros, porque estos ya hicieron una forma de vida: el asesinato, el sicariato, la extorsión, el narcotráfico. Entonces, esta gente no entiende. Ya su mundo es ese. Pero sí puede haber reinserción para otro tipo de delincuencia, pero que no sea de pandillas. Es decir, yo excluyo de todo tipo de rehabilitación y reinserción a pandilleros, porque con esa gente es por demás. La gente que ha intentado rehabilitarlos y reinsertarlos ha terminado muerta a manos de ellos mismos. Hay un sinfín de casos que podemos enumerar.

¿Entonces la paz social que se va a buscar no es la paz con el enemigo social?

Bueno, es que si hablamos de paz social, mi concepto de paz social lo hablo en términos de las diferencias políticas que tienen como principal ingrediente la polarización, que no nos ha permitido a nosotros llegar a acuerdos económicos, sociales, políticos. Esa paz social no pasa por concederles beneficios ni concederles privilegios a los pandilleros. Ahora, esto sí es una cosa importante: si ellos, voluntariamente, quieren dejar de cometer delitos, pues la oportunidad se les va a dar, pero van a tener que pagar por todo aquello que han hecho. Pero más les vale que lo puedan hacer, porque últimamente hemos visto a la fuerza pública estar actuando con contundencia y a diario está repeliendo y eliminando a pandilleros.

¿Usted cree que si el FMLN y ARENA no hubieran buscado pactar con las pandillas con fines electorales en las votaciones presidenciales de 2014, las pandillas no tuvieran la presencia que tienen ahora?

Yo no sé qué tanta influencia podrían tener los pandilleros en un proceso electoral, pero no creo que sea mucho a nivel de votos, pero sí mucho a nivel de coacción, de miedo, para que la gente no vaya a votar. Eso sí podría influir. Pero no sé si ellos votan porque ellos ni dui tienen y una gran cantidad de ellos, hoy en día, está presa. Pero, si esto ha sido así, tanto para ARENA como para el FMLN, es lamentable que ellos hayan utilizado como estrategia influir o hacer acuerdos bajo la mesa con grupos terroristas. Es reprochable que con fines meramente electorales ellos hayan buscado tener estos acuerdos con criminales.

El área que se quedó pendiente de ejecutarse en los Acuerdos de Paz de 1992 fue la concertación social y económica. Ahora hemos visto que el modelo neoliberal por el que el ex presidente Alfredo Cristiani apostó se convirtió en un sistema en el que predomina el consumismo sobre la producción. ¿Este problema y sus soluciones deberían introducirse en los nuevos acuerdos?

Yo creo que, como neoliberalismo, es un sistema económico de libre mercado y a mí me parece que este sistema es muy bueno. Es un sistema el cual permite al ser humano desarrollarse y desarrollar sus capacidades. El problema es que en nuestro país ha habido mucho abuso de este sistema y lo que debemos de hacer es poner controles bajo los que el ser humano se pueda desarrollar pero que las diferencias económicas entre los estratos sociales no sean abismales. Este sistema debe procurar que aquel que produce arriba pueda hacerlo en función de hacer producir también a los de abajo. Pero aquí no ha habido eso. Yo creo que hay que seguir fortaleciendo el libre mercado, pero hay que ponerle también ataduras para que no se den estas desigualdades que en nuestro país son muy grandes.

¿Entonces sí es un tema que debe abordarse en los nuevos acuerdos?

Buscar el bienestar de las grandes mayorías siempre debe ser un objetivo y por supuesto que debe ser parte de un acuerdo de la segunda generación, como se le ha llamado.

Uno de los problemas que crea la desigualdad abismal, como usted la llama, es también la desigualdad en el acceso a la justicia, que en este país parece estar determinado por el poder político y el poder económico.

La justicia en nuestro país, en los últimos años, ha ido cambiando y está apuntando a todas las direcciones y está llegando a todos los estratos sociales. Está en el camino correcto y yo creo que hay que seguirla fortaleciendo. Y, claro, que en toda mesa en donde se busquen acuerdos el acceso a la justicia para todos debe ser un punto central. Yo tampoco descarto que en esta segunda generación de acuerdos de paz el tema justicia sea un punto que va a estar en la mesa.

¿A usted ya lo llamaron para alguna primera reunión sobre los nuevos acuerdos de paz?

No, no tengo nada todavía. Pero estoy a la espera de que haya una convocatoria y, si así lo desean, yo pueda participar en calidad de presidente de la Asamblea Legislativa, como diputado, o incluso como dirigente de mi partido político. Ya recibí al delegado regional de la ONU sobre derechos humanos, pero no fue sobre este tema. Ya pasaron casi 15 días y estamos a la espera de que este proceso de segundos acuerdos de paz puedan iniciar. Inmediatamente el presidente dio este mensaje, yo lo apoyé como presidente de la Asamblea Legislativa y como dirigente político porque creo que la paz es un esfuerzo que debemos buscar cada día y al que no podemos renunciar.

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