Fotos al desnudo

Desde los grandes falos que representaban las fiestas de Dionisios (entre egipcios y griegos, consideraban los falos como talismanes de abundancia, fertilidad y buena suerte) y las vasijas que eran grabadas con representaciones zoofílicas, ha existido una tendencia por el erotismo en todos los campos de la historia, incluso, en los que lo han negado.

El cuerpo humano ha sido catalogado (y descatalogado) como algo impúdico, castigado como lo natural que es y rechazado en su sexualidad por quienes encuentran la forma de controlar y manipular a sociedades a través de inculcar miedo a disfrutar del sexo.

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La foto erótica aparece en el siglo XIX; en su primera mitad se refería más a temas deportivos y de estudio anatómico que al arte sensual en sí.

La daguerrotipia (tipo de fotografía impresa en cobre plateado que se revela con luz solar) ha sido la madre (casi bisabuela) de la fantasía sensual. A la ciencia de la foto le debemos los primeros cuerpos ‘comercializados’  levemente envueltos en telas transparentes y las primeras posiciones sadomasoquistas, que antes solo se podían imaginar a través de la lectura o en pintura y escultura.

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De hecho, las primeras fotografías de desnudos eran de prostitutas, quienes aceptaban dinero por su tiempo para ‘posar’. Ese arte se movía en lo clandestino de las altas esferas que lo codiciaban.
¿Les suena el nombre Moulin? Fue uno de los primeros expertos en el daguerrotipo especializado en producir imágenes eróticas. París era su sede.

Llegando a 1850  comenzó cierta producción masiva con fines científicos para estudiar el cuerpo humano (seguro es lo mismo que usted le decía a su madre de adolescente ¿verdad?) A finales del siglo XIX se comienza a diferenciar las fotos de desnudos antropológicos (para retratar otras etnias y razas) del arte erótico y de las postales con fines eminentemente porno.

Ahí encontramos a las bailarinas del burlesque semidesnudas, la mujer barbuda de un circo con los pechos al aire y las mujeres de piel blanca en poses victorianas sobre un sofá de terciopelo rojo.

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Comenzando el siglo XX terminó la censura europea y nacieron las imágenes ‘refinadas’ en la pose de la modelo que no necesariamente invitaba a la sexualidad (pero si el ser humano es sexual, todo llama a eso ¿no?).  De ese ‘refinamiento’ (no me gusta esa palabra) nacen Play Boy y los Club de Cámara.

Ahí comienza a mezclarse el concepto de ‘chica vecina’ que trajo la idea de las Pin Up girls: erotismo puro, con la belleza natural que da la impresión de ser alcanzable. El mismo gobierno de Estados Unidos regalaba esos afiches a los soldados para mantener elevada algo más que su moral.

Esa corriente en particular quiso desligarse del erotismo común al contar una historia con el cuerpo/pose, dando un valor un poco más conceptual además de un cuerpo sexy. La narrativa en la fotografía erótica… uffff, una belleza.

Así recordamos a la eterna Marilyn Monroe en la primera edición de Play Boy el 1 de diciembre de 1953:

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Y esa fue la chispa que hizo explotar lo que ahora nos inunda. Surgen los calendarios y revistas especializadas en sensualidad pura, las que se caracterizan en lo porno, el modelaje al desnudo que no tiene nada que ver con lo anterior, las fotos de culto al cuerpo que han hecho famosas a marcas como Sports Illustrated y una infinidad de autores que dibujan con luz y hacen uso de herramientas de edición para crear mundos imposibles basados en el cuerpo humano.

Ivonne Veciana recolectó fotos eróticas que hoy nos ofrece en una galería. Véalas aquí.

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