“Cuando el FMLN se aleja de la gente, cuando la dirección del partido se aleja de sus bases, es cuando peor nos ha ido”

A siete meses de la presidenciales, y con las encuestas en contra, el candidato del FMLN intenta poner distancia con la dirigencia de su partido en temas claves como la desconexión con las bases, las investigaciones por corrupción en los gobiernos del Frente o las medidas extraordinarias en seguridad pública.

Foto FACTUM/Gerson Nájera


Hugo Martínez cree representar al militante del FMLN descontento con la dirección del partido. Ese mismo que le dio un aleccionador castigo al partido el 4 de marzo de 2018. Fueron cientos de miles de efemelenistas que le golpearon la mesa a la dirigencia y a su gobierno. Lo dejaron a la deriva. Sus adversarios aprovecharon y se repartieron las diputaciones y alcaldías que perdió. El partido en el gobierno pasó a la completa irrelevancia en la Asamblea Legislativa y con una veintena de municipios en manos de otros. Y las encuestas los siguen golpeando. El FMLN no es el favorito, por mucho, para ganar las elecciones de 2019. El partido que quiere llevar a Hugo Martínez a la Presidencia de la República todavía no levanta la cabeza. Pese a que este candidato haya sido elegido, también, como un simbólico castigo a una parte de la dirigencia del Frente, que había puesto todas sus cartas sobre Gerson Martínez.

Casi dos meses después de aquellas elecciones internas, Martínez nos recibe en su casa de campaña para una entrevista. Lo esperamos unos minutos mientras llega a una residencia de Cumbres de la Escalón. La casa está amueblada. Pero vacía. Aparte de la asistente que nos abrió la puerta y de la secretaria que nos recibió, un agente de la seguridad personal de Hugo y su coordinadora de comunicaciones también esperan con nosotros la llegada del candidato del FMLN.

Martínez ganó su candidatura apelando a un Frente que volviera a sus bases. Pisó bastante terreno donde la dirigencia tenía mucho tiempo de no dejar huella. Y halló, como lo dice en esta entrevista, demasiado descontento. Los reclamos de las bases a la dirección del partido corroboraban que no era ninguna casualidad la debacle del 4 de marzo. El FMLN se había alejado de la gente que lo hace ganar. Hugo Martínez personifica ahora al militante que quiere revolucionar su mismo partido. Pero la candidatura presidencial no significa un cheque en blanco y Martínez ha sido flanqueado por la dirigencia: su jefe de campaña es Medardo González, principal responsable de la derrota electoral, y Gerson Martínez, su adversario que venció en las internas, es el coordinador de su programa de gobierno. Este domingo 22 de julio, la diputada Karina Sosa, una efemelenista cercana a la dirigencia, resultó elegida como candidata a vicepresidenta. Hugo no solo tiene enfrente a sus contrincantes políticos comunes, los areneros, también deberá saber sortear las sombras de una dirección partidaria que no quiere dejar el poder, ni el de su partido ni el del país.

El candidato llega a la entrevista. Apaga sus teléfonos. Lo maquillan. Su hijo, Fernando, está con él. Está apoyándolo de lleno en el trabajo de precampaña. Pronto nos dirán que tenemos poco tiempo porque tiene compromisos en agenda. Empezamos por lo que ha pasado en estos casi dos meses.

¿Qué ha pasado desde que fue elegido candidato presidencial del FMLN?

Hemos tratado de hacer lo que planteamos en las internas: cerrar filas, fortalecer el partido y comenzar ese proceso de mayor acercamiento con la población, no solamente con la militancia del partido, sino con sectores de la población, sean organizados en los movimientos sociales o sean sectores en el nivel local. Por eso he visitado muchos municipios, muchos territorios, pero también me he reunido con muchos sectores en la dirección de fortalecer ese vínculo que ciertamente se había debilitado con los movimientos sociales y, por qué no decirlo, también con la población.

Entonces, la mayor parte de mi tiempo ha estado destinada a eso. Por supuesto que una parte de mi tiempo a la organización interna, a la formación del comando de campaña, a la reunión con los secretarios departamentales, a la conformación del equipo de plan de gobierno, a la conformación de todo el equipo territorial también. Entonces, ha sido una mezcla de actividad externa muy intensa, pero también de actividad interna como preparando y poniendo a tono el partido para garantizar este desafío que se nos viene con la elección presidencial de 2019.

¿Por qué estas actividades en las que ha estado envuelto no han sido tan amplificadas desde las redes sociales, desde los mismos medios de comunicación?

El concepto de estas actividades no es el concepto masivo con el que originalmente se había trabajado. No se pretenden hacer las grandes caravanas que yo critiqué, porque no hacía un contacto directo y una plática directa con la población. Lo que buscamos es hacer un contacto directo, una conversación directa con la población, y que la población nos diga sus preocupaciones, sus problemas, sus preguntas, etcétera. Y la proyección que estamos haciendo en este momento es una proyección más que todo en redes. No estamos en una campaña, propiamente dicho, sino que estamos informando de las actividades que se realizan. Si tú me preguntas que si hay limitantes de recursos, pues los recursos siempre un factor crítico y estamos trabajando también en un nuevo concepto de financiación de la campaña de acuerdo a las nuevas disposiciones legales que garanticen una mayor transparencia en el uso de los recursos.

Y hablando de recursos y respaldos, ¿cómo se ha comportado parte de la dirigencia del FMLN con su candidatura? Teniendo en cuenta que hacia las internas, parte de esta dirigencia estaba en pleno apoyo al exprecandidato Gerson Martínez.

Yo creo que algunos de ellos recibieron con sorpresa el resultado electoral, porque fue un resultado arrollador, en el sentido de que yo tuve más del 72 por ciento de los votos. Pero al momento en que se dieron los resultados, yo hice un llamado a cerrar filas. Pienso que no solo en ese momento, sino que ya en el proceso interno la actitud más madura y más imparcial fue la del secretario general, Medardo González, y de allí ha habido reacciones diversas y lo que yo he ido tratando es de involucrar a todos, de no excluir a nadie y de que todos participen en la campaña electoral, pero siempre en estas últimas semanas he utilizado en varios encuentros esa frase que decía Schafik (Hándal) de que “el tren arranca, pita y emprende la marcha”, ¿ya? El que se sube se sube y el que no se sube es que no quiere, sencillamente. Yo lo que espero es que en este proceso de unidad en la acción, vamos a decirlo así, tener el respaldo de toda la dirección del partido.

¿Por qué Medardo González es jefe de campaña?

Esa es una tradición que siempre se ha tenido en el Frente. La jefatura de campaña de Schafik (2004), de la campaña del 2009, de la campaña del 2014 siempre recayó sobre el secretario general del partido. Y hay una estructura más ejecutiva: un gerente de campaña y los equipos que desarrollan el día a día y la estrategia y la táctica de campaña. Esto es algo que siempre ha sido así y que se decidió respetar la tradición en ese sentido. Pero, evidentemente, el candidato, como ocurrió en el 2014, en el 2009 y la campaña de Schafik, tiene una gran potestad de decisión de la cual yo no quiero abusar. Yo quiero consultar mucho con las bases del partido, tal como lo ofrecí en la campaña interna. Pero siempre se deja esa figura de cohesionar en el secretario general la jefatura política de la campaña.

¿Y esta tradición no le vendría a causar algún efecto negativo, precisamente porque se trata de Medardo González, uno de los dirigentes del FMLN señalados por los militantes del partido como uno de los responsables de la derrota del 4 de marzo?

Esto es como el técnico del equipo de fútbol. Hay gente que habla de esa derrota del 4 de marzo, pero no habla de las victorias presidenciales. Las dos victorias presidenciales que hemos tenido han sido bajo la secretaría general de Medardo. Yo no quiero decir que yo no tenga observaciones respecto a él. No quiero decir que no tengo críticas. Pero lo que quiero decir claramente es que no se le puede juzgar solo por los resultados electorales del 4 de marzo.

¿Y qué críticas son las que tiene usted como candidato presidencial a la dirigencia del FMLN?

Yo las he venido en la campaña interna. En primer lugar, que debemos recuperar ese vínculo con la gente, un vínculo que se fue debilitando. Debemos recuperar la alianza histórica con los sectores sociales. Y debemos ver más las necesidades, las preocupaciones y la forma de resolver los problemas de la gente que estar viendo la geopolítica, que estar viendo un posicionamiento o un alineamiento a nivel internacional del FMLN.

El candidato a la presidencia del FMLN, Hugo Martínez. Foto FACTUM/Gerson Nájera

Las últimas encuestas conocidas dan mucha ventaja a un aspirante a la presidencia, Nayib Bukele. Alguien en el partido, al ver estos resultados, le ha compartido a usted algún arrepentimiento de que haya sucedido la expulsión de Bukele del FMLN.

Las encuestas son la fotografía de un momento. Y esa fotografía quizás no ha cambiado mucho respecto al 4 de marzo. Incluso, no tenemos encuestas recientes. Todavía las últimas encuestas que conocimos se corrieron en campo cuando estábamos nosotros comenzando las internas. Vamos a ver qué pasa ahora que ya el FMLN tiene definido un candidato. Pero conversaciones y evaluaciones sobre la decisión que en su momento tomaron algunas instancias del partido, pues no hemos tenido. Yo tengo mi propia valoración, que también debe contar a su base con el análisis de contexto de lo que estaba ocurriendo en ese momento, de lo que está ocurriendo en este momento y cómo se van reacomodando las fuerzas. Cómo ciertamente mucha gente antes del 4 de marzo y después del 4 de marzo estaba buscando alternativas fuera del FMLN, y durante y después de las elecciones internas cambia el panorama. Yo me he encontrado con mucha gente que me ha dicho: “Mira, yo estaba desmotivado, yo no quería participar más ya en una campaña electoral, y con el proceso interno y con tu candidatura he tomado la decisión de que voy a tomar un papel más protágonico en la campaña electoral”.

Usted dijo que iba a tomar muy en cuenta la voz de la militancia del partido, incluso en la posibilidad de buscar alianzas y coaliciones. ¿Ve posible una alianza con Nayib Bukele?

Eso es algo que precisamente estamos dialogando con la militancia en este momento. Y es un momento bien crítico, en el buen sentido de la palabra, porque los tiempos electorales que el tribunal ha dado o más bien la legislación ha dado para el tema de alianzas, coaliciones y la definición de la candidatura a la vicepresidencia, que yo los veo ligados, ya esos tiempos se están agotando. O sea, todos los partidos debemos haber resuelto algunas de esas decisiones antes que termine este mes. Estamos en un proceso intenso de consulta con la base del partido. En ese contexto, es también importante la resolución general que se toma en la convención del partido, que dice que queda abierta la facultad para establecer alianzas amplias, con la excepción obvia del partido Arena. Eso significa que se pueden explorar, se pueden sondear diferentes formas de alianzas y o coaliciones que también se deben valorar a la luz de una primera vuelta y una segunda vuelta.

¿Con Nayib Bukele directamente o con su equipo se han tenido acercamientos?

Una conversación directa, a pesar de que somos amigos y nos conocemos hace 18 años, no la hemos tenido. Me imagino que por las mismas circunstancias que atraviesa la situación política del país. Pero yo soy una persona de diálogo. En su momento no solo corresponderá hablar con él, sino también con los otros candidatos. Porque yo he propuesto que ya entremos al centro de la campaña electoral: la discusión sobre las propuestas. Incluso, yo le he planteado a los otros candidatos, los ya definidos y los no definidos, que hagamos un gran acuerdo nacional sobre tres preocupaciones fundamentales de la gente: seguridad, creación de empleo y crecimiento económico, y el futuro de los programas sociales. También les he hecho un atenta invitación a que debatamos públicamente. Yo creo que debemos privilegiar el debate, de someter al escrutinio público nuestras propuestas y nuestra capacidad de implementar las propuestas, antes que volver a los viejos y ya casi culturales estilos de campaña en este país que privilegian el estilo personal.

Hablando de ataques, eso es lo que ya no se mira entre el FMLN y Nayib Bukele y su movimiento. ¿Se ha pactado la no agresión?

Yo no necesito pactar sobre eso. Yo siempre he dicho que Hugo Martínez no se prestó en la campaña interna a propugnar ataques contra el otro contendiente, en este caso contra Gerson. Yo siempre lo decía en los encuentros: de mí no van a escuchar ninguna frase de ataque directo o indirecto a otro compañero, mucho menos a Gerson. Y ese es el mismo estilo que yo voy a ocupar para la campaña presidencial. No necesito hacer un pacto para eso.

Si la militancia lo pide, ¿usted estaría de acuerdo en ser compañero de fórmula de Nayib Bukele?

La militancia no ha planteado esa posibilidad. La militancia y el partido FMLN tienen una autoestima muy alta y recuerdan que en términos de votación probada, incluso en el peor desempeño que tuvo, que fue el 4 de marzo, sigue siendo la segunda fuerza electoral en este país y fue la primera fuerza en las presidenciales más recientes. Así que es algo que no he escuchado, pero si es una idea que surge en la militancia, siempre estaré atento a escucharla. El factor central de alianzas que plantea la militancia es que habiendo sido yo electo por una mayoría abrumadora y habiendo sido yo electo en una votación donde participó más del 70 por ciento de los afiliados al partido, soy yo la persona que debe encabezar cualquier fórmula presidencial en cualquier negociación que se haga.

¿Qué tan complicado va a ser recuperarse, Hugo, de estos números en contra?

Sí va a ser complicado, pero yo soy una persona de retos. Yo soy una persona también que cree que el FMLN ha pasado momentos mucho más complicados que este momento actual y que el FMLN siempre ha sabido salir adelante. Porque la riqueza del FMLN ha siedo siempre escuchar a su gente. Cuando el FMLN se aleja de la gente, cuando la dirección del partido se aleja de sus bases, es cuando peor nos ha ido. Cuando el FMLN está más cerca de la gente y está escuchando más a sus bases es cuando mejor nos ha ido. Por eso he insistido en que entre más cerca de la gente estemos vamos a estar más cerca de la victoria.

¿Qué le ha tocado que empezar a reparar entre el partido y las bases? ¿En qué ha tenido que empezar a poner vendas o curitas?

Yo aspiraría a que sea más que una curita. Yo aspiraría a que sea algo más sólido que el hueso. Que el cemento de la unidad del FMLN pegue muy fuerte en esos sectores. Y, sí, lo que yo encontré fue mucho descontento. Cuando yo fui a Tecoluca en las internas, tenía la expectativa de una actividad de unas cien o doscientas personas. Había 1,200 personas en esa actividad. Muchas de pie, en un campo abierto, no en un auditorio ni nada por el estilo. Y básicamente lo que ellos me compartían es: “Mira, resentimos mucho que no se nos haya atendido lo suficiente; resentimos mucho que a los veteranos no se les haya resuelto problemas fundamentales”. A veces no estamos hablando de problemas de la macroeconomía, no estamos hablando de los problemas globales, estamos hablando de cosas pequeñas que les cambian la vida a las personas. Y por eso yo agarré un compromiso muy grande. Primero, de escucharles. Segundo, un compromiso muy grande con los veteranos y veteranas, que incluso tienen mucho q|ue aportar, no solo porque son la reserva moral del FMLN, sino porque, imagínate, muchos de ellos tienen grandes conocimientos sobre tácticas y estrategias de seguridad y se han desperdiciado en un país donde tenemos problemas de seguridad.

Uno de los clamores fundamentales no es necesariamente que les resuelvan los problemas, aunque también. Pero lo que quieren es que se les escuche, que se les tome en cuenta su opinión. Y lo que más nos decían y nos siguen diciendo es: “Mira, nosotros estamos en la primera fila; a nosotros nos enfrenta la gente para reclamarnos por una decisión; a nosotros nos piden cuentas por decisiones en las cuales muchas veces no hemos participado”. Claro, ese es un cambio bastante drástico de cómo se venían tomando las decisiones en el partido.

¿Y la militancia reconoce dónde está el origen de estos problemas? ¿Qué tanta responsabilidad tiene el gobierno del FMLN?

Según lo que yo he escuchado, hay una cuota de responsabilidad compartida entre algunos funcionarios del gobierno no solo de primer nivel, también mandos medios, y el partido. Hay mucho señalamiento a la responsabilidad de la dirección del partido sobre algunas prácticas y formas de hacer política en los últimos tiempos. Y también hay una visión autocrítica. Ya la militancia, con mayor madurez, dice: “Nosotros tenemos que reconocer que no hemos hecho lo suficiente también, que tenemos que hacer más trabajo de contacto con la población, pero tenemos que exigir más, también, a la dirección del partido”. Entonces, sí hay ese reconocimiento.

Hablando de esas conductas que han sido señaladas en estos años, ¿por qué la reacción más común ante publicaciones periodísticas, por ejemplo, de indicios de corrupción en estos dos gobiernos, es la respuestas casi automática de se trata de un “intento por dañar la imagen del gobierno”?

Aquí hay una mezcla de dos factores. Un primer factor es, como dice el dicho popular: “El que se quema con leche hasta la cuajada sopla”. Es claro que en un momento determinado algunos medios de comunicación, no todos, han tenido una agenda dirigida y una opción por un sector por la política de este país. Entonces cuando ha ocurrido eso, hay una tendencia a generalizar por todos los medios. Eso es lo primero. Y lo segundo es que evidentemente cada quién podrá tener su versión, pero no siempre todos los funcionarios están acostumbrados al escrutinio público y al escrutinio de los medios de comunicación. Y no siempre es cómodo. Yo creo que esos son dos factores que influyen para que se tenga esa reacción. Pero la reacción lógica, la reacción madura y que uno la puede decir en un estadío de tranquilidad es que, pues, bueno, dialoguemos, veamos qué datos tiene, veamos qué datos yo tengo y aclaremos la situación. Y yo creo que eso ayudaría mucho a romper muchos tabús y muchas especulaciones que a veces se generan sobre un caso en particular. Yo no quiero darles la razón necesariamente a los funcionarios que se resisten a contestar y que la respuesta más simple es “hay una agenda”, porque no es correcto. Pero quiero decir también, y ustedes lo conocen, y no hablo por el medio de ustedes, es que venimos de una práctica en la cual algunos medios han estilado montar alguna agenda determinada. Creo que esa práctica se tiene que ir dejando atrás también, así como la de los funcionarios de rehuirle a un tema espinoso, investigativo.

El candidato a la presidencia del FMLN, Hugo Martínez. Foto FACTUM/Gerson Nájera

Por ejemplo, Hugo, ¿qué opina del caso contra Mauricio Funes?

Yo lo que opino es que se debe llevar la investigación a fondo. Que si se encuentran personas culpables, deben responder ante la ley. Que esas personas individualmente deben responder y que si al final el veredicto es de culpabilidad, pues deben ir a para a la cárcel. Eso es así para este caso, pero también para el caso de los dos expresidentes que también estaban siendo procesados. Bueno, uno de ellos lamentablemente falleció. Pero son casos en los cuales se ha llevado una investigación. Yo creo que en ninguno de los tres casos hay ya una resolución de juzgado. Y eso sí es un factor sobre el cual siempre he señalado que no solo se deben abrir los casos, sino que se debe avanzar en la investigación y cerrar con un veredicto, sea culpable o inocente la persona, porque si no en todo ese ínterin se van alimentando especulaciones, se van haciendo ataques, contraataques. Pero mi posición de principio es que se debe investigar independientemente del sector político, económico y social al que pertenece la persona a la que se le han señalado indicios de corrupción. Que esta persona debe responder individualmente por sus actos y que si se le encuentra culpable se le debe aplicar todo el peso de la ley. Ningún partido político, ni empresa ni institución tiene por qué apañar las responsabilidades individuales de funcionarios en momento alguno.

Revista Factum publicó que dentro de este caso del expresidente Mauricio Funes también se utilizó una cuenta a nombre del actual presidente, entonces vicepresidente, en la cual hubo desvíos de dinero que la Fiscalía acusa de movimientos ilegales. ¿Qué opina también de eso?

Yo creo que de igual manera la investigación tiene que producir los resultados e insisto en que cada quien debe responder individualmente por sus actos. Pero hay que, también, tener un mínimo de observación: yo nunca he visto un acto de ostentación de parte del vicepresidente (sic), de hecho, cuando ganó las elecciones decidió seguir viviendo en su casa, en la colonia Layco, su casa de toda la vida. Entonces hay algo allí que no cuadra con la acusación. Pero de todas maneras no soy el abogado defensor de nadie y pienso que cada quién debe responder por sus actos. Si tú me preguntas si hay prácticas en el Estado que se han venido desarrollando por años, por décadas, y que deben erradicarse, te digo: estoy de acuerdo. Fíjate, cuando yo llegué a la cancillería encontré que se tenía una tarjeta de crédito para los gastos del titular. Yo inmediatamente la eliminé y me preguntaron los funcionarios que venían de administraciones anteriores por qué y yo les dije que porque no me parece correcto, y me dicen que es así que se ha venido haciendo siempre. Entonces, ese tipo de prácticas se deben ir eliminando. Y eso a veces el sentido común se lo dice a uno.

Una de esas prácticas que se han venido repitiendo son los sobresueldos y el uso de cuentas de gastos reservados de la Casa Presidencial que va para ese fin. Usted, de llegar a la presidencia, ¿qué haría con este tema?

Es que esas son prácticas que se deben eliminar y se debe transparentar lo más posible este tipo de situaciones. Ojalá de ahora en adelante, con anticipación y no después de un hecho consumado, nos lo vayan diciendo. Por ejemplo, antes existía la práctica en gobiernos anteriores e incluso en la primera parte del gobierno 2009-2014 de las transferencias entre ministerios y secretarías o hacia la Presidencia, etcétera. Después se cambió la ley y esas transferencias ahora tienen que ser aprobadas por la Asamblea Legislativa. Entonces yo creo que aquí se deben de ir transparentando cosas que deben oficilizarse en el nivel que a la población le parezca adecuado. Sin tampoco satanizar alguna situación.

¿Usted estaría de acuerdo en aumentarles el salario a los ministros, secretarios, titulares de autónomas?

Yo estaría de acuerdo en que se haga una revisión desde la perspectiva general, porque no me parece adecuado que se esté discutiendo un aumento para secretarios y ministros si mucha gente está con el mínimo o con menos del salario mínimo. Pero hay que encontrar en esa discusión, también, el reconocimiento al esfuerzo y a la capacidad de cada quién. Es decir, a cada quién según sus capacidades. Pienso yo que es aplicable en este caso y no es un enfoque clasista, sino que es un enfoque en el cual habrá personas que agregan valor con una mayor preparación, pero eso no es en detrimento de otras personas que hacen otras tareas que también son importantes pero que han requerido una menor preparación.

Hugo, cuando estaba pasando todo esto de lo que ahora se acusa a Mauricio Funes. ¿Cómo fue que usted no se dio cuenta de todo eso?

Yo estuve hasta hace poco y en el primer gobierno del Frente en una responsabilidad muy especializada, incluso una responsabilidad sui géneris porque ahora que se hicieron los gabinetes de gestión, pues, cancillería no podía aglutinarse en un gabinete en particular. Y por esa misma razón, cancillería está más enfocada hacia los esfuerzos al exterior. Cancillería no está enfocada ni ha estado enfocada nunca en los temas fiscales, financieros, y por lo único que rinde cuentas la cancillería es por los recursos de la cooperación que se consiguen y que administra la cancillería salvadoreña. Hay que tener en cuenta que también en la última parte del anterior gobierno yo ya no estuve como ministro de Relaciones Exteriores. Estuve en un organismo internacional y eso es un factor que limitaba desde cancillería y desde fuera poder estar al tanto de los intríngules, de lo que pasaba en un área determinada. Si lo tomamos con una empresa grande, transnacional, que tiene varios departamentos, es como pedirle a recursos humanos que se dé cuenta de lo que está haciendo ventas. Creo que la complejidad misma del Estado plantea esa limitante.

Hay personas como Mitchell Guzmán que obtuvieron pasaporte oficial. En ese caso sí fue un asunto de cancillería. ¿Usted firmó para que ella obtuviera ese pasaporte?

No, nunca lo firmé y es un tema que ya lo he aclarado, esta sería la enésima vez. Es un asunto en el que ni siquiera cuando se tomó la decisión yo estaba enterado porque fue una orden directa de la Presidencia a una dirección particular de la cancillería, incluso instruyendo que no se diera la pauta para que yo me enterara de esa decisión. Entonces eso ya fue público, ya salió en los expedientes de Fiscalía cómo sucedió. Incluso hay gente que dice “cómo es que no se dio cuenta”, precisamente por eso, porque se dio una orden a la persona que ejecutó esa indicación de que no se comunicara absolutamente a nadie, que se hiciera prácticamente debajo de agua, como dicen.

La sentencia de la CIDH sobre las hermanas Serrano Cruz. En el seguimiento de la sentencia que ha hecho Pro-Búsqueda ha denunciado que no se ha avanzado en las políticas de reparación que ha tenido que ejecutar el gobierno. Y cuando se pide acceso a la información pública, se deniega aduciendo confidencialidad.

Me parece extraño, porque ha habido una relación. No sé qué pasa ahora porque ya no estoy en el ministerio, pero siempre hubo una relación de comunicación fluida entre Pro-Búsqueda y el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Dirección de Derechos Humanos, particularmente. Y recuerdo que yo estuve al frente de algunas medidas de reparación moral de ese y de otros casos. Pienso que será el Instituto de Acceso a la Información el que tendrá que zanjar esa diferencia. Particularmente, creo que hay información personal de las víctimas que todavía es un riesgo compartirla. Pero esa es mi opinión personal. Si el Instituto de Acceso a la Información dice que se debe compartir, pues se tendrá que compartir. Sin embargo, hay que recordar de dónde venimos. Estamos hablando, para quienes nos van a leer, de las hermanitas Serrano, que fueron desaparecidas y que quedó una secuela de persecución de la que hay gente que no se repone psicológicamente. Entonces, esa es la pate que a mí me preocupa, la integridad de los familiares de las víctimas. Y desde mi perspectiva se debe proteger esa integridad.

El candidato a la presidencia del FMLN, Hugo Martínez. Foto FACTUM/Gerson Nájera

¿Usted comparte la posición del FMLN de respaldar al gobierno de Daniel Ortega en esta crisis política que tiene Nicaragua?

No. Y yo he sido claro en condenar los hechos de violencia en Nicaragua.

El gobierno se ha negado a reconocer los desplazamientos forzados por la violencia. ¿Para usted no existen desplazamientos forzados por la violencia en este país?

Es que depende de esa definición. Porque aquí se ha querido extrapolar el fenómeno de desplazamiento que se dio durante la guerra, que tuvimos incluso campamentos en los países vecinos, a una situación de movilidad muchas veces temporal aquí en el país. Yo creo que el tema no es centrarnos en una discusión de cuál es el nombre que se le da a la situación que tenemos. Basta con reconocer que hay una situación complicada, la cual se tiene que trabajar para resolverla y para eso debemos concursar todos los sectores. No podemos estar tirando la culpa entre unos y otros y discutiendo sobre cómo le vamos a llamar. Para mí lo más importante es resolver esa situación.

¿Qué opina de que hayan brotado en la Policía algunos grupos de exterminio?

Yo no me atrevería a decir que es dentro de la Policía. Yo diría que son personas que, actuando a título personal, amparándose en la institución policial, cometieron hechos fuera de la ley y a esas personas les debe caer el peso de la ley. Y se debe seguir investigando, y si hay más personas involucradas hay que castigarlas.

Y las medidas extraordinarias en seguridad, en su continuación, ya no son extraordinarias. ¿Usted admite que la violencia sigue desbordada?

Creo que, si nos basamos en las estadísticas, hay que reconocer claramente que ha habido una disminución en los homicidios. Cualquier dato que queramos revisar respecto a 2016, por ejemplo, siempre nos reflejará un dato de que tenemos menos homicidios en este momento. Esto no significa que debemos darnos por satisfechos, porque sigue habiendo homicidios. Pero utilizar la palabra de que la violencia sigue desbordada en un contexto en el que más bien hay una reducción de homicidios no sé si sería lo más conveniente. Pero sí reconozco que sí seguimos teniendo un problema con el fenómeno de la violencia en este país y que tenemos que trabajar con el concurso de todos para disminuir la violencia en este país. Yo estoy convencido de que las medidas extraordinarias se deben revisar y en la medida que van disminuyendo los homicidios se debe de ir volviendo a un factor de normalidad, que no significa darle un cheque en blanco a los criminales para que actúen a sus anchas.

El FMLN siempre estuvo en contra de los abusos de los agentes de la autoridad del Estado. Pero ahora que son gobierno, tenemos otras realidades: desde las comunidades salen denuncias de estigmatización de los jóvenes que los asocian con violencia y lo hacen los agentes de la autoridad. ¿Cómo es posible que ahora el partido de izquierda que gobierna El Salvador desatienda o ignore, en todo caso, esta estigmatización y persecución a jóvenes que no son pandilleros?

Todos debemos estar en contra de cualquier medida de estigmatización. Pero también debemos estar muy atentos a que haya gente que ocupe como cobertura una situación determinada para cometer hechos criminales. Yo estoy en contra de que se estigmatice a los jóvenes. De hecho, en mi planteamiento genérico sobre la lucha contra la violencia y la inseguridad he dicho claramente que vamos a trabajar en generarles oportunidades a los grandes sectores de juventud que existen en nuestro país. Esa es la mayoría de nuestra población y no pueden pagar ellos por un grupo de personas que han hecho del crimen una industria y un modo de vida. Ya hablar de criminales que tienen veintiuno o veintidós crímenes tras sus espaldas no creo que se les esté estigmatizando. Pero yo, que viví la estigmatización por el hecho de ser joven y estudiante universitario, estoy en contra de que se estigmatice a los jóvenes simple y sencillamente por ser jóvenes. Y estoy en contra de que los criminales se escuden tras esas masas de juventud. Siempre voy a defender a los jóvenes honestos.

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