El Domingo de Ramos es para la comunidad católica el inicio de la Semana Santa, donde se conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, además de ser el comienzo de las actividades religiosas con plena conciencia del camino a la pasión de Cristo.
Fieles católicos se dieron cita a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús (en el Centro Histórico de San Salvador) para dar inicio a la Semana Santa con el Domingo de Ramos.
Luis Arévalo, párroco de la Basílica, en su homilía hizo un llamado a los asistentes a mantener la esperanza, a pesar de la coyuntura actual:
“Hoy que se viven tiempos de sufrimiento es necesario que vayamos con nuestras palmas al encuentro con Jesús”.
– Luis Arévalo
Mientras tanto, en las peticiones, los feligreses hicieron un llamado a las personas que tienen las posibilidades de provocar cambios, “para que los que tienen una responsabilidad, trabajen por la paz”.
Según el relato de los evangelios, cuando Jesús entro en Jerusalén sobre un burro, el pueblo agitaba las palmas y clamaba “Hosanna”, que significa “danos salvación”, para mostrar que aceptaban la nueva vida que traía.
El Martirologio de la Iglesia Católica menciona que por esta razón la simbología les confiere a los mártires una palma, por su identificación con ese Cristo entrante. La religiosidad popular adopta la figura del burro y la paciencia en su andar, como elemento determinante para entrar en el nuevo camino de salvación.
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