Arena y FMLN deben lograr acuerdo sobre las finanzas

Arena y el FMLN deben negociar y lograr acuerdo sobre el futuro de las finanzas públicas en el mediano plazo; no hacerlo tiene un costo demasiado alto para el país. En los próximos meses existe una ventana de oportunidad para que los dos partidos políticos mayoritarios acuerden refinanciar la deuda del país, de hacerlo se lograría: reducir los pagos en interés que el país hace cada año sobre la deuda que ya tenemos, ahorrándonos más de $ 70 de millones de dólares al año; lograr una mejor calificación financiera de país, reduciendo el costo de todo financiamiento que el país –sectores público y privado– utilizan; dejar una mesa limpia al nuevo gobierno en el área financiera, permitiéndole así mayor gobernabilidad; y mejorar la imagen de país, especialmente ante posibles inversionistas.

La ventana de oportunidad se da en estos próximos meses pues ambos partidos creen que pueden ganar las elecciones. Cuando empiece la campaña política será mucho mas difícil, y cuando se sepa el resultado de las elecciones, todavía más. Un buen acuerdo debería abarcar toda la deuda que el país tiene hasta casi el final del próximo periodo presidencial, es decir, hasta el 2023.

Un acuerdo de ese tipo no implica aumentar deuda; solo implica renegociar los plazos e intereses de la deuda actual, algo que es usual en los mercados internacionales. Sin embargo, como el país tendría mejor calificación después del acuerdo que cuando se contrajo la deuda actual, las tasas de interés serían menores.

Los mercados y organismos internacionales han identificado “la polarización política” como el nudo gordiano de nuestras finanzas.  Un acuerdo de refinanciamiento enviaría claras señales que ese obstáculo ha desaparecido, por lo menos en el campo financiero, lo que llevaría a las agencias calificadoras a mejorar la calificación del país, lo que implica menores intereses sobre la deuda del país. El Salvador debe pagar una deuda de $ 2,600 millones hasta el 2023. Se estima que una mejor calificación, junto con el negociar refinanciamiento de un monto mucho mayor -pues sería por el total de la deuda de los próximos cinco años- podrían bajar la tasa de interés hasta en unos 3 puntos, ello significaría pagar unos $78 millones menos por año sobre esa deuda.

Esa mejor calificación de país también permite -al sector publico y privado- obtener financiamiento futuro en los mercados internacionales a menor costo. Incluso el financiamiento que existe en el país, la disponibilidad de crédito para la banca y el Estado sería mayor. La calificación negativa que ahora tenemos limita la capacidad de financiamiento disponible. Si la banca tiene mayor y mejor financiamiento, los ciudadanos deberíamos tener más y mejor crédito.

Si el próximo gobierno tiene una ruta definida, y no tan difícil en las finanzas públicas, se le facilitará enormemente el gobernar y ser mas transparente. Ese gobierno no tendría que negociar cada año con los políticos, por lo menos en ese tema, y puede imponer una nueva y más transparente forma de gobernar ya que basa su financiamiento en ese acuerdo que debería ser de conocimiento público.

Un acuerdo de este tipo también proyecta una mejor imagen de país, da mayor confianza a inversionistas, tanto internos como externos. Se esperaría que bajo ese escenario se dé mayor inversión, no importa que partido gane.

Lograr ese acuerdo es una buena ocasión para que los partidos nos demuestren a los ciudadanos que están por encima de sus intereses partidarios, que están para servir a la nación, como nos están diciendo en sus campañas. Para los candidatos es una buena ocasión para demostrar su liderazgo, su capacidad de ser buen gobernante, de que sus intereses son los de nación y el de gobernar para todos los salvadoreños.

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