A propósito de memes y violencia de género

Las sociedades han desarrollado significaciones que determinan las concepciones sobre mujeres y hombres, promoviendo ideas que luego se asumen como creencias de los papeles que debemos asumir y reproducir según nuestra anatomía. El cuerpo se convierte entonces en un terreno de disputa social en donde todas las mujeres están —estamos— sujetas a valoraciones positivas y negativas de lo que deben ser, creando un tipo de violencia simbólica de la que muchas veces ni siquiera nos percatamos.

Los memes, como el que se creó de la meteoróloga del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Sandra Martínez, son un claro ejemplo de esta violencia simbólica, que vista desde el concepto de Bourdieu (1987) es un tipo de violencia que se ejerce sobre un agente social con su complicidad o consentimiento.


“Para cambiar el mundo es necesario cambiar las maneras de hacer el mundo, es decir la visión del mundo y las operaciones prácticas de las cuales los grupos son producidos y reproducidos”

–Pierre Bourdieu (1987)


¿Por qué socialmente reproducimos este tipo de contenidos? No debería causarnos ninguna gracia la objetivación de la mujer, ni el lenguaje visual sexista. Repudio totalmente la violencia de género manifestada en este tipo de acciones y todos deberían repudiarla.

El cuerpo se convierte entonces en un objeto que debe perfeccionarse y sobre el cual debemos trabajar. El culto al cuerpo se vuelve una tiranía —como lo explica Susie Orbach (2010)—, porque se nos juzga físicamente por él. Nuestra posición social y económica depende de cómo nos veamos y de cómo se perciben nuestros cuerpos. Estamos en una época en la que sectores de la sociedad luchan por la equidad de género, por los derechos de la comunidad LGBTTTI, por la legalización del aborto, pero también estamos en una época en la que las resistencias machistas y el comportamiento misógino se expresa de manera más pública y con una voz más fuerte.

La ciudadanía y la participación se construyen en el ámbito social en el que también se reproducen relaciones de desigualdad, jerarquía y exclusión. La modernidad estableció el binario de lo público equivalente de lo masculino y lo privado social a lo femenino. Este binomio permitió la exclusión de las mujeres del ámbito laboral, del ejercicio del poder y de los asuntos públicos. Si bien se reconoce que los movimientos feministas han tenido un papel relevante para el reconocimiento de las mujeres, tampoco ha variado sustancialmente la redefinición de estos conceptos. Sino, ¿por qué Sandra Martínez tiene que justificar sus 20 años de carrera, sus especializaciones y su conocimiento en el área?

Una cantidad mayor de mujeres en posiciones de mando es interpretada como signo de avance en la construcción de ciudadanía, pero éste es un indicador limitado porque, parafraseando a María Luisa Tarrés (1994), aunque exista un aumento de la representación, la cultura sexista invade las instituciones, las normas y las prácticas en el terreno de lo público.

Si no es así, pregunto yo: ¿por qué las mujeres siempre tenemos que justificar y reafirmar nuestros currículos, estudios académicos y experiencias laborales para demostrar nuestro valor y conocimiento, y acceder así a oportunidades laborales y salario iguales o mejores que el de los hombres?

Seguramente el lector dirá que me estoy dando golpes de pecho por esta situación que a la persona afectada quizá sólo le causó gracia y que, de manera muy inteligente y creativa se manifestó ante esta burla; sin embargo, es un hecho que nos da la pauta para analizar a nuestra sociedad y poder sacar a la luz —una vez más y las veces que haga falta— nuestra lucha contra la violencia de género.

Finalmente, las opiniones en las redes sociales me crean un conflicto de análisis —no se me malinterprete por favor, creo que tenemos un terreno amplio que explorar— pero, ¿qué hace que un meme sí sea “políticamente aceptado”? ¿Por qué las burlas y críticas sí pueden ser para unos y para otros no? ¿Alguien se manifestó de esta manera con las burlas hacia Lady Melaza o hacia la presentadora de televisión que se lanzará como diputada?


  • Alexia Ávalos: Salvadoreña. Residente en México. Comunicadora. Maestra en Estudios de la Cultura y la Comunicación por la Universidad Veracruzana. Actualmente trabaja como encargada de comunicaciones del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación y coordinadora de la Revista Balajú editada por el mismo centro.

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