“A mí no me consta que Saca o Funes hayan pagado (por justicia), pero les dieron oportunidad de desvanecer”

Factum entrevistó a Leonel Flores Sosa el pasado viernes 2 de diciembre en la Ciudad de México, donde el que fuera director del ISSS —de 2011 a 2014— vive en la actualidad. En un restaurante del almacén Liverpool ubicado en Polanco, la histórica y acomodada colonia de la capital mexicana, el exfuncionario se presentó con el ánimo de explicar su situación jurídica.

Foto FACTUM/Orus Villacorta

Pero no solo ello, Leonel Flores también afirmó que su asesoría legal le había recomendado defenderse del daño que, a su parecer, ha sufrido en otro juicio que incluso ya ha dado por perdido: el del veredicto mediático.

A continuación reproducimos algunas de las respuestas respecto a distintos temas que se abordaron en la entrevista (que puede escucharse por completo en el audio anexado en esta misma publicación).

Sobre Best Quality Services, la empresa en Virginia a la que Flores en principio atribuyó haberle generado ingresos en virtud de un asocio con Dionisio Rivera, quien es su compadre. Sin embargo, Factum determinó que ese asoció nunca existió y que Flores nunca recibió ingresos de esa empresa.

Dionisio Rivera es mi compadre, yo soy padrino de una niña de él, tengo chats con él. ¿Como es posible que un año antes El Diario de Hoy haya sacado una foto diciendo que yo había reunido a la diáspora salvadoreña para hacer promoción a favor de Saca? Ya voy a llegar a la respuesta, y entonces es interesante que la foto que ellos ponen es esta [la muestra]: el que está primero a la izquierda es mi compadre. ¿Qué sucedió? En 2011, él (Rivera) me preguntó si tenía dinero ahorrado y le dije que sí, que lo tenía en El Salvador y en Estados Unidos. Y me dijo: «por qué no se asocia con la empresa, con Best Quality Services». Yo le dije que yo no era empresario, pero mi hermana sí, en Nueva Jersey, y vino a reunirse con él. Y ahí fue que comenzamos la sociedad. Y ahí sale el nombramiento. En octubre (Funes) me llama, que ya no podía sostener la huelga en el Seguro Social… Me convenció el 20 de diciembre (de asumir como director). Antes de irme me reuní con mi compadre y le pregunté si las cosas seguían en pie, y me dijo que sí, que no había problema, que mi hermana me representara. Y cuando ya iba a declarar patrimonio surge la duda de si debo pagar impuestos en Estados Unidos o en El Salvador. Pregunté y me dijeron que era difícil porque Estados Unidos no reconoce doble ciudadanía. Me recomendó (un asesor) que declarara en ambos lugares. Me dijeron que pusiera la sociedad en ambos lugares y ahí metí la carta (que le dio Best Quality Services). Luego tuve una diferencia (personal) con mi compadre, y no se llegó a nada; por lo tanto, hubo un error de mi asistente administrativa que la volvió a meter (la carta, en la declaración patrimonial de salida de ejercicio). Mi compadre no tiene ningún ilícito en esto, porque sí hubo un compromiso verbal, pero no escrito.

Pero Probidad dice que es fotocopia y no tiene validez legal…

No es fotocopia… Mire: quizá no tiene validez legal porque —tampoco me lo dijeron en Probidad— quizá tenía que ir notariada. No me dijeron nada en ese momento. Con mi compadre íbamos a ser socios…

Pero más allá de la carta, ¿qué otro documento tiene para probar que recibió ese dinero?

No, ninguno. Es que si yo hubiera recibido ese dinero estaría en más problemas. ¿Por qué? Porque el patrimonio hubiera crecido desorbitadamente. Yo nunca lo recibí y lo he dicho en público: eso nunca se concretó. ¿Por qué mandé la carta? Por recomendaciones de una empresa que me asesoró… Si tú averiguas, la Ley de Probidad es obsoleta, porque te da sesenta días (para declarar bienes al entrar al cargo)… (La empresa con que me asesoré) me dijo que si yo no metía esa carta, aunque entonces no se hubiera dado eso, y si luego se daba, iba a estar en problemas. Pero qué es lo más risible de Probidad, que si uno no presenta la declaración, la falta vence a los dos años y es una multa de 100 dólares. Hubiese preferido eso, pero no, yo hice las cosas como tenían que ser… Yo estoy de acuerdo en que me investiguen. En lo que no estoy de acuerdo es en que yo haya sido el primer funcionario. ¿Por qué habiendo casos en Probidad cercanos a prescribir, comenzaron conmigo? Son respuestas que no tengo.

¿Y cuál es su sospecha?

Creo que sí hay una intención… No me considero perseguido político. Yo no soy político; soy técnico.

 Usted ha dicho que es una persecución contra Mauricio Funes…

Y lo sostengo. En cualquier parte del mundo, cuando uno es gerente, uno manda a sus empleados a hacer trámites. En el Seguro yo los mandaba a ellos (empleados a quienes Probidad señaló por hacer depósitos a las cuentas de Flores). Cuando (Probidad) los entrevistó a ellos, me sorprendieron muchísimo las preguntas de Probidad, porque se debían haber limitado a la investigación de Probidad, pero fueron más allá. Les preguntaban: ¿al doctor Flores le llegan a dejar maletines con dinero? ¿Y el presidente llega a ver al doctor Flores con maletines? ¿Llegan los hijos del presidente Funes a ver al doctor Flores? ¿Hay propiedades que el presidente Funes le haya regalado al doctor Flores? ¿Les ha regalado cosas carísimas el doctor Flores? Entonces, ¿a qué van esas preguntas? Si eso es potestad de la Fiscalía General de la República. Lo que no acepto es que Probidad las haga. ¿En base a qué? (sic). De ahí comienza el punto de que ellos pensaban que yo era testaferro del presidente Funes. Quizá yo a algún magistrado le hice algún favor con algún paciente, porque me avisó que iban a poner un punto express, que era mi caso. Y lo mandaron inmediatamente a la Cámara. Voy a decir algo claro: a mí no me dieron la oportunidad de desvanecer nada; al presidente Funes sí; a Saca sí. Les mandaban cartas con preguntas para que desvanecieran… Quiere decir entonces que la justicia en El Salvador funciona con quien tiene el poder, con quien la pueda pagar… A mí no me consta que Saca o Funes hayan pagado, pero les dieron oportunidad de desvanecer. Pero yo no tengo poder económico, político ni partidario, entonces a mí me agarraron sin darme la oportunidad de desvanecer nada.

Sobre los carros comprados a Miguel Meléndez (Mecafé) y Herbert Saca…

El caso de los vehículos es bastante importante aclararlo. El 14 de abril de 2011 compré el Mercedes Benz. Entra la lógica que a tres meses de entrar al ISSS: ¿cómo es posible que yo ya tenga $60,000 para comprar un vehículo? La lógica es que a los tres meses yo ya estaba volando con mis finanzas o que estaba usando dinero del ISSS o que lo estaba lavando. No es así. Yo ya tenía dinero en El Salvador. Mi hermano me tenía dinero, mi suegro me tenía dinero. He desenmascarado este día a gente que decía que yo nunca tuve nada en Estados Unidos, cuando yo compré una casa de $530 mil en Estados Unidos. ¿Qué sucedió con eso? Hicimos una transferencia con mi suegro para que él se llevara ese dinero y lo hemos presentado a la Cámara, en original, la transferencia de dinero. Lo que no puedo presentar —pero hay declaración jurada— es el dinero que me tenía mi hermano, que eran $50,000 o $60,000. Ahí cometimos un error porque nos peleamos y le dije que mejor me lo diera y me lo depositó en el banco… $50,000 de un solo. Ese dinero lo cuentan tres veces, porque él lo depositó en el Agrícola; y yo lo pasé a Promérica y luego al Hipotecario. ¿Por qué? Porque ya para venirme, yo tenía que dejar dinero para pagar la casa. Yo sí tenía dinero para comprar el carro. Yo le pedí una constancia a Herbert Saca, pero no me la quiso dar ya cuando yo estaba en el problema. Yo a él no lo conocía. No me acuerdo a qué persona del gobierno le dije: «yo necesito una camioneta porque mi esposa ya se va a venir». Me dijeron que le preguntara al presidente. Le pregunté que a quién me recomendaba, (y) me dijo que fuera donde Herbert.

El sitio web El Salvador Times dice que usted les dijo que el proceso en su contra es una especie de vendetta del magistrado Belarmino Jaime. ¿Así se los dijo?

Lo que yo dije a El Salvador Times es que yo tengo muchos detractores, porque la gente creyó que yo era el poder detrás del trono, pero están equivocados: a mí Mauricio Funes nunca me invitó al gabinete de salud que presidía la doctora Rodríguez; mucho menos al económico o al de seguridad. Yo no formaba parte de ningún gabinete; era amigo de Mauricio Funes, no del presidente. Yo no tenía injerencia, a menos que me preguntara de Estados Unidos. En ese contexto, yo dije (a El Salvador Times) que Manuel Ortiz Benítez —que era mi director de comunicaciones— es de Intipucá, y que (el magistrado) Sidney Blanco es de Intipucá y que ellos se veían frecuentemente. En ese contexto, Benítez me dijo que los cuatro magistrados le habían pedido reunirse con Funes para hablar del tema Cel-Enel… En ningún momento dije ‘negociación’. Dije solo el tema Cel-Enel. Y solicitaban una reunión en una finca de uno de ellos. Y luego dije que cuando yo mandé la respuesta del presidente que no estaba interesado, probablemente el magistrado (Jaime) se molestó, y así fueron los ejemplos que fui dando… Por ejemplo, gente que me pedía darle los servicios de la comida o la limpieza, gente de Estados Unidos, y les decía que no conocían las leyes de El Salvador. Mucha gente pensó que al estar yo en el cargo y cercano al presidente se iban a dar cosas que no se dieron y eso generó resentimientos. Esa es la explicación al caso del magistrado Belarmino Jaime.

[A continuación escucha el audio de la entrevista completa]


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