Virginia Clemm: pasado, presente y futuro

Con poco menos de nueve años de fundación, la banda salvadoreña Virginia Clemm es considerada ya como uno de los referentes del metal centroamericano. En 2008 publicaron su primer trabajo: “Veneno en el espejo”. A ese disco le siguieron otros materiales como “Una eternidad de incertidumbre” (2010) y “Sin misericordia” (2013). Actualmente están en plena promoción de su nuevo álbum, “4” (2016), y a punto de embarcarse en una gira por México de más de 20 fechas.


La gira mexicana no será la primera salida del país en la trayectoria de Virginia Clemm. Esta banda cuenta con la experiencia de haber presentado su música por toda Centroamérica y haber llegado a los escenarios distantes de países como Alemania (Wacken Open Air) y Estados Unidos.

Desde sus inicios, Virginia Clemm ha visto desfilar diferentes músicos en su formación. De la gestación original, el único superviviente era su fundador y vocalista, Salvador “Chamba” Díaz, quien llegó hasta la grabación del nuevo disco, “4”. Tras su salida (pues ya reside fuera de El Salvador), la actual alineación de Virginia Clemm está formada por: Alejandro “El Chele” Paredes (guitarra), Roberto Tévez (batería), Diego Escobar (bajo) y, como último fichaje, Jorge “Garga” Morán (voz).

Con la excusa de este nuevo material, Revista Factum conversó con los cuatro actuales integrantes de la banda sobre el pasado, presente y futuro de Virginia Clemm. A esto agregamos dos bonus track, es decir, dos entrevistas adicionales, al final de la principal.


El disco “4” aún lo grabaron con Salvador Díaz. ¿Cómo quedó la relación entre ustedes y él?

Alejandro Paredes (AP): Esto lo queremos dejar bien claro, porque ya sabés que la mara siempre se inventa su versión, si no hay una versión oficial. Nosotros no quisimos hacer una versión oficial por respeto. Le dimos su tiempo a aquel (Salvador Díaz) para que pensara bien las cosas. Ya la decisión fue tomada, sino no tuviéramos a Jorge (Morán) con nosotros ahorita. Él tomó la decisión. Es más, él sacó un comunicado un día en su página diciendo que todavía estaba en la banda, que no sé qué… Nos tomó por sorpresa, porque nosotros se lo habíamos pedido desde antes. Le dijimos: «Chamba, si te vas, hacelo (el comunicado), por respeto a la mara, porque la mara quiere saber qué ondas». Y aquel nos dijo: «No lo puedo hacer. Ustedes como que me están echando». Y, sinceramente, aquí en la banda no se echa a nadie. Uno se va porque quiere. Creo que aquel andaba con un puño de cosas en la cabeza, como la muerte del papá. Además irse del país no es fácil. Cualquiera que se va del país entra en una depresión bien difícil y creo que en ese momento estaba él; como que se quería aferrar a cosas que ya no las podía tener y lo sabía. Hubo un ratito… no de enemistad ni de pleito, sino que estábamos como que ‘descoordinados’. De repente, todo le cayó a Chamba, se cambió de lugar con otras personas y como que le cambió el cassette, y cayó en cuenta que él no está aquí y que nosotros no tenemos que parar. Sinceramente, la relación es buena. Yo habló un par de veces a la semana con él. Hace poquito nos mandó unos recuerdos y siempre está preguntando… Siempre nos dice que le metamos con la banda y felicitándonos. Tal vez en un futuro podemos coordinar en algún escenario con él. Todo está bien, no hay ningún problema.

¿Qué significa para la banda presentar este disco sin el vocalista que lo grabó?

Diego Escobar (DE): Es un reto, ¿veá? La vez pasada le preguntaron al ‘Chele’ si iba a cambiar algo, pero al final la esencia de la banda siempre es la misma: esa fuerza y esa energía que viste en vivo, que siempre has visto con la banda… siempre se va a mantener.

Obviamente cada quien tiene sus estilos diferentes. Tévez no tocaba como Juan (Lecha), ‘El Chele’ como Óscar (Alas), yo como ‘El Sensual’ (Juan Carlos Romero) y ‘Gargas’ como Chamba. Cada quien es totalmente distinto y tiene su estilo. Es un reto, pero a la vez ahí está la calidad. Siempre va a estar la calidad en el estilo de cada quien. ‘Gargas’ siempre tira el mismo punch, el mismo flow, la misma energía de la banda.

Jorge, ¿qué ha significado tu reincorporación a Virginia Clemm? Esta vez como vocalista y reemplazando a quien era, además, el frontman de la banda.

Jorge Morán (JM): Fue una decisión difícil de tomar para mí, al principio. De hecho ellos me llamaron para el (festival) Navimetal y tomé la decisión de no hacerlo porque pensé que aún Chamba podía regresar. Pero cuando ellos me informaron que Chamba había tomado la decisión de no quedarse, ahí fue donde tomé la decisión de decir «bueno, hagámosle huevos, démosle con todo». Y sí es un reto bien difícil llenar ese espacio; más el de un frontman que se lleva el 90% de la imagen de una banda. Entonces es mucho más difícil que cambiar un guitarrista, un bajista, un batero, porque es el que maneja al público. Es bastante responsabilidad, y más siendo vocalista de Virginia Clemm, porque Virginia es conocida como una banda que abre ciertos caminos en la escena. No solo es el público salvadoreño el que se va a atender, sino también es todo el público latino que conoce a la banda y en Europa y Estados Unidos. En ese momento yo sentí que iba a ser demasiado difícil, pero la banda, como lo dijo Diego, ha ido por cambios, ha habido cambio de todo tipo de integrantes y este es un cambio más… Y simplemente tomarlo así… Seguir adelante, ensayar y sacar la banda adelante, porque la banda no puede morir. Si la banda hasta ahorita ha seguido viva es por la misma razón que todos tenemos: la misma intención de sacar adelante este grupo y hacer cosas diferentes en el sentido de abrir nuevos caminos en la música y el metal de El Salvador para afuera. Sí, es bien difícil, porque el ser humano es bien renuente a cosas nuevas, pero al pasar el tiempo notarán que es la misma influencia, energía y todo. Solo es de esperar a que pase un poco el tiempo, que la gente vea más a la banda en vivo.

Jorge, ¿cuál ha sido tu recorrido en esta escena antes de Virginia Clemm?

JM: Mi primera… primera banda —cuando aún estaba saliendo de la pubertad—, Je je… Se llamaba Drifter. Esa la produjimos con Proderock, con Lorena Cuerno. De hecho, ahí fue donde conocí a Chamba, a Fran Maravilla y a Emiliano Rivera. Creo que Emiliano y Fran estuvieron de productores del disco. Después de eso, me salí de esa banda, al mismo tiempo que Apartamento 31 y Luna de Sangre, que eran las bandas con las que tocábamos seguido, y formamos una sola banda que se llamaba Balance. En Balance y en mi otra banda, Drifter, tocaba percusiones. Nunca me había tocado ser vocalista. Luego, me salgo de Balance como a los dos años y me retiro totalmente de la música por dos años. Luego regreso y empiezo a trabajar como drum tech con Pashpak. Me llevaba bien con José Ricardo Moreno, que era el baterista y ahora vive en Tennessee. Ahí empecé a tripear lo de la batería. Y en el caso de Pashpak, me pegué tanto a la banda, en el sentido de ser drum tech, que hubo un momento en que los dos vocales se salieron y ahí fue donde me pidieron que fuera vocal. Un año fui vocalista de Pashpak. Lastimosamente con Pashpak solo pudimos hacer tres fechas, una en Costa Rica y dos en El Salvador. La ironía es que después le dije a Chamba: «¿Qué ondas? Tu nueva banda, Virginia Clemm, ¿por qué no me invitás y nos echamos un par de rolitas?». Con Virginia creo que tocamos 22 veces en promedio, así de invitado. Hasta fuimos a Honduras y creo que ahí fue donde ya hicimos click todos y ya después me pidieron que fuera el manager. Salió Wacken, trabajamos Wacken. Después de eso, tomé la decisión de salirme de la banda y hasta ahí. De ahí solo he trabajado de manager. He trabajado con El Ático, La Sexta Virgada, con Analogy, con Rosenrot. Mayormente de manager. No había estado trabajando nada de tocar en escenario. Con Virginia habíamos hablado de que trabajara de stage management y hasta ahí. Ahora retomamos la cantada con ellos, que me invitan a regresar.

Virginia Clemm atraviesa una etapa de cambios. La banda salvadoreña está a punto de realizar un tour por México, promocionando su nuevo disco.

Virginia Clemm atraviesa una etapa de cambios. La banda salvadoreña está a punto de realizar un tour por México, promocionando su nuevo disco.

Alejandro y Roberto, ustedes son los miembros más antiguos de la actual alineación. ¿Qué ganancia ven para la banda con la incorporación de Diego y Jorge?

AP: ¡Ninguna! Je je je.

RT: En realidad vamos para atrás, ja ja ja… No, ya en serio, creo que todos los cambios que ha ido teniendo la banda han sido en pro. Creo que ninguno ha sido para atrás. Ha ido cambiando y se ha ido ajustando a los tiempos. El hecho de que entre ‘Garga’ y que no esté Chamba también le da como un aire nuevo a la banda, porque él no es Chamba; él es Garga. O sea, tenemos que quitarnos de la cabeza a Chamba. Yo sé que es muy buen vocalista, muy buen frontman, pero él ya está aparte, ya está en otro lado. Obviamente, le deseamos la mejor suerte y esperamos que él pueda hacer una banda allá –que es una de sus ideas–. Cuando metimos a Diego fue otro problema, porque iba a sustituir a Juan Carlos, un dios en el bajo. Era «¿cómo vamos a hacer?». Y la banda tan inestable, teníamos el tour encima, teníamos la grabación de este disco y Chamba estaba inestable también. Entonces había un montón de relaciones que prácticamente solo entre nosotros dos las agarrábamos y era como «¡Ah! Tanta presión». Entonces nos terminábamos dando verga con este (Alejandro), porque a veces solo éramos los dos los que estábamos componiendo. Sentíamos la presión, pero empezamos a pensar. Y este tira el anuncio y se hace la incorporación de Diego. La verdad que Diego llegó con muy buena vibra. Llegó al principio engañado prácticamente, porque Diego iba para otra banda, nunca se le dijo que era Virginia Clemm. Nunca llegó creyéndosela, nunca llegó temeroso. Siempre llegó con carisma y siempre le inyectó ese carisma a la banda, que era lo que necesitábamos en ese momento, que eran cosas positivas, energía fresca. Alguien que pudiera creer, como nosotros, y abonar a toda esta idea. Lo mismo pasó con ‘Gargas’. Es normal que cualquiera tenga esos miedos o esos paros personales de decir: «Puta, no voy a perder mi tiempo en que estoy volándole verga para aprender un pijo de canciones, para que a los dos días venga el otro y me quede yo cantándolas cuando cago». Al final entra a la banda y nosotros nos quedamos con esa pequeña duda de si será o no será. Y, de hecho, lo habíamos hablado y después se lo dijimos. Teníamos dos toques en Nicaragua y Honduras, y era la prueba de él. Pensábamos que si él quería esta mierda la iba a hacer y lo iba a sentir. Sabíamos que lo podíamos hacer. Llegaba nervioso y todo, pero te daba esa chispa que pensábamos nosotros que se iba agotando. Este cabrón te daba esperanza de que esta onda otra vez iba a volver a agarrar. Creo que la incorporación de ellos dos ha sido bien esencial en el momento que se ha necesitado, porque necesitábamos aires nuevos. Diego en la composición ayudó bastante porque le dio otro toque a la música y ‘Garga’ por la forma. Por ser el frontman de ahora en adelante, le va a dar una nueva cara a Virginia Clemm.

AP: En la música, si uno no evoluciona, es un proyecto que está condenado a muerte. También en toda forma de arte. La cosa es proponer. Se ha visto, desde el primer disco hasta este último disco, que la propuesta va cambiando. El ser humano está propenso a cambios y uno tiene que abrirse. Al final lo que va a imponerse es la actitud. Al final, este trabajo de ser músico es más cuestión de actitud que de talento. Porque podés tener a aquel que todos lo admiran, pero de nada te sirve si no podés contar con él. Debés tener a alguien que tenga actitud y que le podás confiar tu trabajo, porque son más de ocho años que tenemos en esto.

Diego, vos venís de una escena muy diferente a la metalera. ¿Cómo te has sentido en Virginia Clemm?

DE: La verdad, a mí siempre me gustó la banda, porque yo siempre he escuchado de todo tipo de música. No es que yo me casé con un género o con un tipo de música. Siempre escuché desde música súper tranquila hasta música pesada. Lo que sí, es que nunca había tenido la experiencia de tocar ya con una banda del género. Al principio cuesta porque hay cosas técnicas que tenés que ir aprendiendo. Hay detalles que tenés que ir aprendiendo. El choque fue aprenderme las canciones. Yo soy malo para esa onda que me digan: «Tomá, tocá esto así». Uno, porque estoy acostumbrado a construirlas y es distinto tocar algo que vos no has hecho. Obviamente tenía que hacerlo en este caso, sacar dos discos. Lo que siempre me ayudó es que estos majes me dijeron que obviamente no iba a tocar las canciones igual que ‘El Sensual’, que no iba a hacerlas exactamente. Hay cosas que, por el género, sí tienen que ser iguales, pero le pude meter mi estilo. ‘El Sensual’ tocaba con los dedos y yo toco con uñeta, eso, por sí, ya es una gran diferencia, en un vergo de cosas. Ha sido una experiencia totalmente nueva. Tocar con Virginia es como hacer un deporte extremo, que lo necesitás para desestresarte.

Recién lanzaron su nuevo disco. ¿Cuál fue el proceso de producción?

RT: El proceso empezó en el cuarto de ‘El Chele’. Con aquel siempre componemos así: él me da una idea, un riff de guitarra; o yo le doy un beat de batería o le empiezo a tararear la canción. A veces en el trabajo estaba y le mandaba una nota de voz y le decía en qué parte incorporarlo. Aquel venía, modificaba y adaptaba y logramos tener los tres machotes que teníamos de canciones. Lo empezamos en 2014, casi que al final. Teníamos las líneas de guitarra y batería. Yo tengo una batería eléctrica que nos ayudaba. En ese tiempo fue que pusimos el paro y le preguntamos a Juan Carlos que qué ondas, porque no daba respuesta. Le preguntamos a Chamba que qué pedos. Juan Carlos se fue de la banda, entró Diego. Y Diego ya tenía un par de líneas que podía hacer. Ya sabía manejar otras cosas. Pudimos grabar mi batería en la computadora de aquel, como ideas y él le pudiera meter bajos. Empezamos a trabajar con Diego e hicimos nueve canciones. Con nueve canciones nos fuimos a Estados Unidos, haciéndonos falta una. Esa “una” la fuimos a armar en la casa de la ex novia de ‘El Chele’, en Kentucky. Chamba no había llegado a la mayoría de ensayos. No sabíamos letra alguna de las canciones. Al final llegamos al estudio y todo se dio cagadísimo de la risa. Yo jamás pensé que iba a salir así. Así de una sola.

DE: Lo que ayudó bastante fue que, en este caso, sí se hizo una pre-producción. Porque ahuevo grabamos las canciones. Grabamos todo el disco primero nosotros, supermal, pero ya llegamos con una idea de cómo es todo. Ya tenés estudiado todo.

RT: Ya cuando llegamos al estudio de un solo hablamos con el productor y le dimos los tiempos de la canciones. Grabó las líneas de las guitarras y después empecé yo la grabación; luego Diego y después Chamba. Prácticamente lo terminamos en una semana. Fue un proceso muy diferente al anterior que hicimos aquí. Era como un hotel donde grababás. Después de grabar nos fuimos del estudio.

AP: A los quince días nos mandaron la primera muestra ya masterizada y mezclada. Después le pedimos otra que la mandaron como a la semana. Le pedimos una tercera que nos dijeron, bien claro, que ellos no hacían eso, pero que iban a hacer una excepción con nosotros, porque les había gustado cómo habíamos trabajado. Y nos mandaron la que fue la final.

¿Con quién trabajaron allá?

AP: Se trabajó en Estudio D, que es como una sucursal de Standby Records. Y se trabajó con Jeremy Stimper y Don Debiase Jr, que son dos productores. Uno tiene más enfoque al metal y otro al rock, blues, un poco nu-metal, e intercambiaban.

¿Quedaron satisfechos con el producto final?

RT: Más que satisfechos. Como todo goloso, hubiese querido un par de canciones más, que tuviese 13 tracks, como “Sin Misericordia”. Pero prefiero que tenga 10 canciones (más el intro), porque es un disco que yo oigo y oigo, porque auditivamente no te cansa. Sentís que es un sonido fresco, no saturado, que si lo oís bastante no te va a aburrir.

AP: Es más grooveado. Incluso adentro de las canciones llevan esas líneas.

¿A qué adjudican el cambio en el sonido?

RT: Al momento que estábamos viviendo. Si escuchás el “Sin Misericordia”, es como que yo te agarre ahorita y te pegue una cachetada, porque estábamos hartos, cansados, amargados y teníamos un montón de cosas que sentíamos. Los típicos bichos emos, si vos lo querés ver así. Nada nos salía bien y todo era cuesta arriba. Ya el “4” fue parecido, pero ya tocando los pilares de la banda, porque tocaba a Chamba.

DE: El “Sin Misericordia” es un disco más exterior y el “4” es más interior, es más personal.

AP: “Sin Misericordia”, en composición musical y lírica, era: «probemos lo que podemos hacer». Por eso es rápido y brutal, por eso es bien rápido y las letras te dicen la realidad bien cruda. Este es más existencial. Las letras son más personales, más profundas, por el mismo momento en el que estaba Chamba. Aquel estaba perdido en la mierda y se vino a encontrar hasta un año después. Eso no quiere decir que su composición fuera mala. Su composición, para mí, es la mejor.

En este disco hay mucha experimentación. ¿Cómo esperan que lo reciba el público?

RT: ¡Hasta en inglés hemos cantado! Lo primero es sentirse cómodo y feliz con lo que estás haciendo y así lo va a captar la gente. En mi caso, metí algunos ritmos latinos que no es que yo los domine, pero en ese momento los sentí. Y eso se oye fresco. No es la misma balacera de siempre, que para esas balaceras hay tres mil bandas que lo hacen mejor que uno. Es muy ridículo decir: «así es y así lo voy a hacer», porque tu competencia es tan grande que vos no vas a salir de lo normal. Pero si vos le metés una cosa, por sencilla que pueda parecer, esas cosas pueden hacer que la gente te vuelva a ver. No buscamos ser los más rápidos del oeste, tampoco los más virtuosos, sino disfrutar a la hora que tocamos. Lo pensamos más en que la gente lo disfrute y que a la hora de estar tocando nosotros, ellos puedan hacer el desvergue.

AP: Al final la gente siempre va a criticar. El disco anterior fue tri brutal, tri vergón. Al menos, para mí, todavía lo pongo encima de este, porque me gusta más. Es más brutal, pero la gente siempre te va a criticar. Siempre dicen: «son culeros», «bichos con pisto», «bichos maricones». En el primer disco teníamos voces clean y lo mismo. Nunca vas a quedar bien con la gente. Lo que tenés que hacer es tocar bien y quedar bien con vos. Ya después si la gente es afín a tus gustos, pues bienvenidos.

DE: Virginia Clemm no es una banda que esté casada con un género. Yo sé que podés decir que es deathcore, pero al final vos ves que hay un montón de elementos de géneros que están metidos en este disco. Hay algo de tropical, hay algo de hardcore, hay un vergo de cosas hardcoreras en este disco; hay algo de death metal, de deathcore. No es un género tan puro. Cuando tocamos en Washington, hubo unos bichos hardcore dándose verga, unos más deathcore con las expansiones, y unos metaleros cabeceando. Al final no llegás a un solo público. Lo chivo de este disco es que lo está escuchando gente que nada que ver con el metal.

Jorge, vos tenés una opinión más imparcial, porque no estuviste en la creación del disco. ¿Qué te ha parecido?

JM: Me parece un disco más maduro, en el sentido que la bichada se demuestra en los dos primeros discos. “Sin Misericordia” es una escupida en la cara. Es rabia. Y “4” es la evolución total. Trabajar con un productor hace una diferencia grande. Es un disco que puede abrir muchas más puertas que los discos anteriores, porque es más digerible. Este abarca a más públicos.

Estas son las fechas y los lugares donde Virginia Clemm se presentará en México.

Estas son las fechas y los lugares donde Virginia Clemm se presentará en México.

 ¿Está es la alineación oficial de Virginia Clemm?

AP: Sí, esta es.

¿Qué sigue?

AP: A corto plazo, el tour de México todo septiembre. Viene la filmación de nuevos videos, viene la finalización del documental. Luego vienen todas las fechas posibles en El Salvador, fechas centroamericanas. Estamos concentrados en este disco: presentaciones, videos, poder llegar a más gente, publicitarnos diferente, expandir la banda. También estamos en la discusión de si el próximo año agarramos para arriba para hacer tour en Estados Unidos, en los otros lados que no tocamos, o si volver a México, o ir a Canadá, o bajar a Suramérica donde hay gente interesada. Esos son temas y puntos a discutir.

Nuevo vocalista y nuevo bajista. ¿La banda está en una de las mejores etapas o en una de sus peores etapas?

AP: Este no es ni uno de los peores tres momentos que hemos tenido. No es nada, no pasa nada. Si uno tiene la mente fría y los pies en la tierra y estás enfocado en lo que querés, lo vas a sacar. Diego le ha metido un flow bien diferente a la banda. Tiene actitud, tiene huevos, no cualquiera —a un mes de echarte un tour y grabar un disco— y le decís: «vámonos a los Estados Unidos»… te va a decir que sí. Te van a mandar a la mierda, porque implica pagar todo. Igual con ‘Gargas’. Son actitudes que necesitábamos, porque algo ya venía fallando. Es como un borrón y cuenta nueva. Pero lo bueno es que ya tenés todo el trabajo que has hecho y te respalda.

RT: La gente que va a ser la más renuente, que te va a poner más pruebas, tienen que dejarse de pajas, porque ellos mismos hacían mierda a Chamba al principio. Chamba porque les entró como supositorio. Es como todo, nadie nace aprendido en esta mierda. Vas a sentir el primer vergazo porque estás esperando la voz de Chamba y este tiene su timbre de voz. Diego tiene su toque en el bajo, pero cuando vos oigás eso y te des un segundo de oportunidad, vas a decir: «sí, ahuevo». Vas a sentir que ahí viene la banda con la misma patada, pero con diferente carisma, con más hambre, porque ‘Garga’, de tanto que viene guerreando con nosotros, así como Diego, quieren demostrarse a sí mismos y a la gente que critica que sí se puede.

AP: Lo bueno es que todos estamos en la misma página. Creo que eso es lo más importante. Todos quieren trabajar para conseguir el mismo objetivo, que es lo que muchas bandas de aquí fallan. Muy talentosas pueden ser, muy buenos integrantes pueden tener, pero chocan en sus ideales y en lo que quieren hacer.

Jorge y Diego, ambos tienen proyecto paralelos. ¿Cuál es su compromiso con Virginia Clemm?

JM: Realmente las demás cosas se pueden hacer siempre, en cualquier momento, y dedicarme a esto es lo que siempre he querido hacer. Mi enfoque ahora es la banda. Yo tengo familia, de hecho estoy esperando otro hijo. Estoy con lo del canal, y todo eso, pero eso no evita que yo pare de hacer esto. Al final de cuentas, estamos en una etapa que tenemos que hacer las cosas porque si nosotros no las hacemos, no sabemos quién las va a hacer. Estamos en un punto que sí se pueden dar todos estos casos. Las demás cosas, en mi caso, siempre van a estar ahí, pero sí debo darle mucho tiempo a la banda para que salga adelante. Esta oportunidad es muy importante. Con este disco y todo lo que se viene de México. México es muy importante. Se pueden dar muchas cosas que pueden dar un cambio de 180 grados. Esperamos que así sea. Y si es así, bien por la escena y bien por toda la música nacional, porque esto es para demostrar que sí hay música.

DE: Yo no me meto a una banda si no voy a tener un compromiso. Al final vos tenés que crear un estilo de vida, que no necesariamente va a ser el mejor estilo de vida del mundo, que te permita seguir lo que te apasiona. Creo que eso nos toca hacer a todos. Igual teniendo otra banda, igual tiendo otro trabajo, así te toca si querés lograr tus sueños. El compromiso siempre está con Virginia, no hay otra cosa que choque, que me haga decir: «a la mierda».

El arte visual del disco

Además de la calidad lirica, musical y de producción, en el disco “4”, de Virginia Clemm, destaca el arte visual, que estuvo a cargo del salvadoreño Luis “Cuervo” Ramos, quien a la fecha ha trabajado diseños de camisetas y un par de álbumes con algunas bandas locales y extranjeras.

Entre las locales, s epuede mencionar a: El Ático, Analogy, Virginia Clemm, Voltar, Dreamlore, The Vibes, Crossover y Slave Of Hate. Además, en el marco de la música de cámara, Ramos ha colaborado en varias ocasiones con la JOES (ahora JOCA) y realizó su logo actual.

Entre las bandas extranjeras: Zao (USA), Altar Of Plagues (IR), Wife (IR), Xibalba (USA), Mossbreaker (USA) y La Oveja Negra (GT).

Además, Luis “Cuervo” Ramos, ha colaborado con la nueva imagen de Corazones Incendiados, productora de eventos en Guatemala. También trabajó en el diseño de afiches para algunos conciertos locales durante toda su trayectoria.

A continuación una entrevista con el artífice del arte del nuevo disco de Virginia Clemm:

Portada Virginia

Esta es la portada de “4”, el nuevo disco de Virginia Clemm. El arte estuvo a cargo de Luis “Cuervo” Ramos.

 ¿Cuánto tiempo tenés trabajando artes para bandas?

He trabajado con bandas desde hace de seis años, aproximadamente.

¿Cómo iniciaste en eso?

Siempre tuve la inquietud de aplicar mi trabajo a la música, desde antes de estudiar diseño gráfico. Posteriormente, con el pasar de los años, llegué a un punto donde me sentía capaz de dar vida a este proceso, el cual comencé formalmente con la banda El Ático, en su disco “Encuentros Paradójicos”. Con la banda también trabajé un DVD derivado del disco antes mencionado.

¿Cuál fue el proceso creativo en el caso del último disco de Virginia Clemm?

Recibí un brief de parte de la banda, con el mensaje que estaba reflejado en el disco, la situación de la banda y su esencia con el pasar de los años. Esto me llevó a retratar la etapa de Virginia Clemm de forma más abstracta, creando un concepto: el punto de equilibrio cósmico alrededor de un ser más grande al que representamos.

¿Qué buscabas transmitir o interpretar con este trabajo?

De forma literal se presentan cuatro planetoides que giran alrededor de una deidad en un trono (una forma de representar a la banda). Sus cuatro integrantes en total equilibrio para llegar a ese punto de trascendencia. La banda misma expresa que sus letras y esencia en este nuevo disco son más espirituales, más reflexivas e introspectivas. En conclusión, el cuatro es un número clave para la banda, donde este se repite de muchas maneras para volverse el factor de equilibrio (pueden encontrar el número en muchos de los detalles de la pieza).

Finalmente, ¿qué significa para vos este trabajo en particular?

Un nuevo paso, ya que es el cuarto álbum en el que pongo mi trabajo en su totalidad. Por lo que representa, la confianza construida en el gremio musical, y que me causa grandes expectativas de lo que se viene en el futuro. Cada nuevo proyecto presenta nuevos caminos, aprendizaje y experiencia ganada. Sin duda no es un mercado fácil en este país, pero en la era del Internet, los límites están solo en uno mismo.

Creo y espero que el país siga dando más talento musical, porque va a cambiar la industria local y se abrirán nuevas puertas de cooperación con toda Centroamérica y espero ser parte de más proyectos involucrados en esto.


“Los destinos se separaron, pero los sueños siguen siendo los mismos en común”

Una parte indispensable para el disco “4” de Virginia Clemm fue su ex vocalista, Salvador Díaz. El aporte de “Chamba” no solo fue por haber grabado las voces, sino por dar letra a las canciones y concepto al álbum. Actualmente reside en el extranjero, pero aceptó dar a Revista Factum una pequeña entrevista.

Salvador Díaz fue por mucho tiempo el vocalista de Virginia Clemm. Ahora, a la distancia, habla con Factum acerca de la nueva etapa de la banda.

Salvador Díaz fue por mucho tiempo el vocalista de Virginia Clemm. Ahora, a la distancia, habla con Factum acerca de la nueva etapa de la banda.

 ¿En qué términos quedaste con Virginia Clemm?

En la banda, antes que compañeros de trabajo somos amigos, casi hermanos. Ellos saben los motivos por los cuales yo decidí seguir mi camino aparte, buscando nuevas oportunidades para el futuro. Simplemente, los destinos se separaron pero los sueños siguen siendo los mismos en común. Creo que lo que me motivó a explorar las profundidades del océano fue perder mis miedos y de eso se trata aprender en la vida, cuando tomás valor de enfrentarla solo.

Las letras de “4” son bastante personales, ¿qué las motivó?

Las letras representan todo el proceso de cambio que estaba pasando la banda y mi persona en ese momento. Son letras duras, directas, crudas y con mucha actitud, que cualquiera las podría atribuir al momento importante que teníamos con la banda, pero al final me di cuenta de que, más bien, representaban la ansiedad que tenía por dejar mis miedos atrás y dejar de esperar que las cosas sucedan y en su lugar ir por ellas.

¿Cómo incidió la muerte de tu padre en esta etapa?

La partida de mi padre es algo de lo cual nunca creo poder recuperarme. Todo me hizo comprender que la cuenta es regresiva. Todos nos vamos a ir de esta realidad física en la que vivimos y no podemos pasar esperando que las cosas sucedan. Hay que ir por ellas o al menos decir que lo hemos intentado. Yo pienso ahora en mi futuro y en el de mi familia, quiero tener algo diferente que ofrecerles, algo por lo cual sacrifiqué muchas cosas en algún momento de mi vida.

Este disco es más digerible que el anterior, ¿a qué adjudicarías esto?

Este disco tiene mucha más experiencia técnica al momento de su composición, y que fuimos adquiriendo con el pasar de los años. Cuando escribo música, no trato de impresionar a nadie. Me imagino si yo fuera el público que la va a escuchar y cómo debería sonar. Al final, lo que importa es que la gente se sienta identificada con un sentimiento y que la música vaya acorde al mismo.

Con tu salida de Virginia Clemm, ¿pensás en otros proyectos musicales o das por cerrada esa etapa de tu vida?

La música es algo que no puedo dejar de hacer. Creo que si no tuviera la oportunidad de crear algo, no tendría sentido la vida. En el lugar en que estoy actualmente, estoy trabajando en proyectos nuevos. Tengo hambre de seguir aprendiendo, quiero más experiencia y obviamente volver a pararme en un stage pronto. Por ahora se están creando nuevas historias dentro de este nuevo océano que he decidido explorar.

Finalmente, ¿qué te parece la incorporación de Jorge Morán a Virginia Clemm?

Pues, ¿qué te puedo decir? ‘Garga’ es un gran amigo y brother de la banda. ¿Qué mejores manos para dejar esta responsabilidad que en él? Sé que hará las cosas lo mejor posible, ya que estoy seguro de que entregará todo de sí. La única duda que tengo sobre él es por qué no me habla. Ya tenemos meses de no hablar y no sé si he hecho algo que le molestara. Pero aparte de eso, me parece excelente que él suba al stage con Virginia Clemm.

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